639 clavos de hierro de cinco centímetros de largo con un peso total de casi un kilo y medio. Eso es lo que encontraron unos cirujanos hace unas semanas cuando decidieron intervenir a un hombre que había acudido a urgencias con vómitos y un tremendo dolor de estómago.

La literatura médica, a lo largo de la historia, ha recogido cientos de casos extremos en los que se narra cómo algunos sujetos han llegado a ingerir agujas o han aparecido piezas de juguete adheridas a los pulmones de diferentes sujetos. Lo ocurrido hace algunas semanas en la India supera casi lo imaginable.

Los hechos sucedieron en Calcuta. Según recoge el diario Times of India, el hombre fue ingresado en el Calcutta Medical College and Hospital debido a su delicado estado de salud. "El paciente, de 48 años, era esquizofrénico y solía tragar clavos de forma regular. Llegó al hospital aquejado de dolor de estómago y vomitando. Tras realizarle una endoscopia, descubrimos varios clavos en su intestino, que habían acabado desplazándolo", explica Siddhartha Biswas, uno de los doctores que realizó la cirugía, al periódico indio.

Los desequilibrios que se observaron en los análisis de sangre que se le realizaron obligaron a retrasar la operación algunos días. Sin embargo, cuando finalmente pudieron intervenirlo, los médicos encontraron cientos de clavos en el tracto intestinal. "Los clavos eran en su mayoría de cinco centímetros y se veían perfectamente. Afortunadamente, no habían provocado ninguna perforación importante en el tracto intestinal", apunta Biswas.

Los doctores, que grabaron la operación que duró dos horas, realizaron una incisión en el abdomen de unos 10 centímetros de largo y utilizaron un imán para extraer todos los clavos. En el intestino del paciente encontraron también un gran volumen de tierra.  

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