Durante el último año los Centros para el Control de Enfermedades de Estados Unidos han emitido algunos comunicados por extraños casos contagiosos que han afectado a dicho territorio -aunque podrían afectar también al viejo continente-. Entre ellos se pueden recordar las recientes infecciones por garrapatas capaces de provocar alergia a la carne roja, o la denominada fiebre de los conejos, la cual ha llegado a preocupar a los responsables de la lucha antiterrorista.  

Ahora, el comunicado más reciente de los CDC hace referencia a un gran brote de diarrea provocado por cachorros de perro, los cuales parecen haber sido los portadores de la bacteria Campylobacter, capaz de producir fiebre y diarrea en seres humanos. Según el organismo, ya son 55 las personas afectadas por este brote, 13 de las cuales han sido hospitalizadas. En el país norteamericano, este brote ya ha llegado a ser denominado como fiebre de los perritos

Una cadena de tiendas de mascotas, el origen del brote

Actualmente la hipótesis manejada por los CDC es que el origen de todo el brote, que ha llegado a afectar a 12 estados diferentes de EEUU, podría ser la tienda de mascotas Petland.

De hecho, 14 de las personas infectadas eran empleados de dicha tienda de mascotas, y otros 35 habían estado en alguna de las tiendas, bien en contacto con los cachorros o bien llegando a comprarlos. Asimismo, 4 de estas personas fueron expuestas mediante "varias fuentes", y hubo una persona que había sufrido una exposición a un cachorro desconocido.

Cómo se contagia la 'fiebre del perrito'

Según el análisis de secuenciación del genoma de las personas infectadas y los perros portadores de la bacteria, las diferentes cepas de Campylobacter estarían muy relacionadas entre ellas. Esto sugeriría que los humanos infectados habrían estado en contacto con las heces de los cachorros, ya que es la forma de contagio que tiene la bacteria. Además, también se ha detectado que esta cepa de Campylobacter en particular es resistente a la mayoría de los antibióticos de primera línea -aunque esto es algo bastante usual en este tipo de bacteria-.

Si bien es cierto que los seres humanos no entramos en contacto con heces de perro de forma consciente, sí existen contactos inconscientes. Los pequeños trozos de heces pueden quedar en las patas o garras de los perros, incluso en el aire, lo que aumenta el riesgo de contagio simplemente por estar al lado de un cachorro infectado. A los tres días de dicho contacto, empieza la diarrea.

La parte positiva de este brote es que la mayoría de los afectados no necesitan acudir al hospital por sufrir una infección por Campylobacter, pues la mayoría de gente se recupera sin recibir ningún tratamiento específico más allá de evitar la deshidratación. Generalmente la infección dura menos de una semana.

Sin embargo, si se sufren síntomas de deshidratación o existe un empeoramiento mal controlado, sí es momento de acudir al hospital, pues es posible que sea necesario suministrar fluidos por vía intravenosa e incluso, en ciertos casos, antibióticos.

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