A día de hoy aún existen muchos casos de tumores que responden de forma escasa o nula a la quimioterapia. En tales casos, requieren otros tratamientos como la radioterapia o la reciente inmunoterapia. Sin embargo, como sucede en el caso del cáncer de páncreas, no hay alternativas que ayuden a combatir la enfermedad.

Con esto en mente, Ravid Straussman y sus colegas del Instituto de Ciencia Weizmann de Israel intentaron determinar por qué algunas células sanas "ayudan" a las células cancerosas en su ataque, haciéndolas resistentes a la quimioterapia. Mientras investigaban este hecho, y por casualidad, descubrieron algo inesperado: las bacterias que viven en las células cancerosas pueden destruir los fármacos.

Bacterias que se comen los fármacos

Según el trabajo, publicado recientemente en la revista Science, Straussman y sus colegas descubrieron que un grupo particular de células de la piel resistieron el tratamiento con gemcitabina. Investigando el hecho más a fondo dieron con la posible causa, una bacteria llamada Mycoplasma, que no parecía estar ahí por casualidad.

La razón por la que estas células se inmunizaron contra la quimioterapia era, según descubrieron, la presencia de esta bacteria. En este caso, el Mycoplasma habría sido capaz de destruir a la gemcitabina, evitando su poder anticáncer y volviendo el tratamiento totalmente inútil.

De hecho, este hallazgo explicaría por qué tan pocos individuos con cáncer de páncreas son tratados con éxito con quimioterapia, concretamente con gemcitabina, pues las bacterias capaces de destruir este fármaco se han encontrado en tres de cada cuatro biopsias estudiadas de 113 pacientes. Entre dichas bacterias había diversos tipos, como la conocida E. coli o la salmonella, las cuales habitaban en el interior de las células cancerosas y literalmente se tragaban y neutralizaban a la gemcitabina.

Por otro lado, cabe destacar que la gemcitabina se usa también como tratamiento contra otros tumores, como el cáncer de colon y vejiga, lo cual también podría explicar los fallos obtenidos en algunos pacientes tratados.

Las infecciones entorpecen la quimioterapia

Tras estos hallazgos, una investigación más en profundidad ha analizado 2.674 bacterias, muchas de las cuales viven en el organismo humano de forma natural. El 11% serían capaces de desactivar la quimioterapia, hasta el 50% de ellas no tendrían dicho poder, y el resto tendrían el poder de desactivar parcialmente estos fármacos anticáncer.

El descubrimiento coincidiría con los hallazgos de trabajos anteriores donde las infecciones bacterianas han demostrado obstaculizar la quimioterapia, aunque en muchas ocasiones dichas infecciones se deben en parte al hecho de que algunos tipos de quimioterapia potente pueden debilitar de forma parcial al sistema inmune.

Finalmente, en otros experimentos, Straussman y sus colegas han podido demostrar que el uso de antibióticos ha logrado detener a las bacterias de las células cancerosas, pudiendo dejar vía libre al uso de quimioterapia con gemcitabina. Por ello, algunos investigadores defienden el uso de antibióticos junto a la quimioterapia estándar, aunque también afirman que será necesaria una investigación más a profunda sobre este tema.

Según Straussman, llevar a cabo un tratamiento combinado -antibióticos y quimioterapia- de forma estándar podría acarrear complicaciones, pues el uso de antibióticos se prolongaría en largos períodos de tiempo, lo cual ayudaría a la aparición de nuevas resistencias a los antibióticos.

Por el momento, Straussman y sus colegas pretenden investigar cómo las bacterias de las células cancerosas son capaces de sabotear el uso de otros fármacos quimioterapicos como el oxaplatino, ya que opinan que este hallazgo con la gemcitabina no será algo aislado.

Noticias relacionadas