El mijo es uno de los granos más antiguos conocidos por la humanidad. Aunque se han encontrado evidencias de su cultivo en China y África, su origen preciso es aún tema de debate entre los académicos.

Los registros arqueológicos señalan su uso hace más de 4.000 años en China, según estudios como el publicado en el Journal of Archaeological Science. Algunos historiadores, sin embargo, sitúan el reloj más atrás y señalan que ha sido parte de la dieta humana desde hace más de 10.000 años.

El mijo es excepcionalmente nutritivo, rico en proteínas, fibra, ácidos grasos esenciales y antioxidantes. También posee una amplia variedad de vitaminas del complejo B y minerales como hierro, magnesio y fósforo, según una investigación llevada a cabo por científicos de la Facultad de Ciencias de los Alimentos e Ingeniería Nutricional de la Universidad Agrícola de China.

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Antioxidantes y Fitoquímicos

Los antioxidantes en el mijo incluyen polifenoles y ácidos fenólicos como el ácido ferúlico, que son cruciales para combatir el estrés oxidativo en el cuerpo humano. Este cereal también es rico en ácidos grasos esenciales que son beneficiosos para el corazón. Además, su alto contenido de magnesio ayuda a regular la presión arterial según este estudio.

Fibra

Su alto contenido en fibra favorece una digestión saludable y ayuda a prevenir el estreñimiento, además de regular los niveles de azúcar en sangre, lo que lo convierte en una opción alimenticia beneficiosa para personas con diabetes tipo 2. Este cereal también contiene calcio, vital para la salud ósea y para prevenir enfermedades como la osteoporosis.

El mijo es bajo en calorías pero alto en nutrientes, lo que lo convierte en una excelente opción para aquellos que buscan perder peso sin comprometer su ingesta nutricional. Uno de los aspectos más destacables de este cereal es que es un grano libre de gluten, lo que lo hace ideal para personas con enfermedad celíaca o diversas intolerancias. Este punto ha sido corroborado por distintas investigaciones.

En concreto, 100 gramos de mijo crudo contienen 378 calorías, 11 gramos de proteínas, 4.2 gramos de grasa, 72.9 gramos de hidratos de carbono, 8,5 gramos de fibra, un 29% de la cantidad diaria recomendada de magnesio, un 82% de la cantidad diaria recomendada de manganeso, 28% de la cantidad diaria recomendada de fósforo y un 17% de la cantidad diaria recomendada de hierro.

Azúcar en sangre

Un estudio comparó los efectos de este cereal con los del arroz y el trigo en los niveles de glucosa en sangre de pacientes diabéticos, mostrando que el mijo tenía una respuesta glucémica más baja Esto es particularmente relevante para personas que buscan controlar los niveles de azúcar en sangre.

El alto contenido de fibra de este cereal contribuye a una mayor sensación de saciedad, lo cual es beneficioso para el control del peso. Además, la fibra es conocida por sus efectos positivos en el tránsito intestinal, lo cual podría ser de utilidad en el tratamiento del estreñimiento.

La presencia de hierro en este cereal es otra ventaja, ya que este mineral es vital para prevenir condiciones como la anemia. Tradicionalmente, se ha creído que el hierro solo se obtiene eficientemente a partir de fuentes animales como la carne, pero cereales como este ofrecen una excelente alternativa para una ingesta adecuada de este nutriente.

Apto para celíacos

Además de su perfil nutricional, el mijo es un alimento sin gluten, lo que lo convierte en una opción ideal para personas con intolerancia al gluten o enfermedad celíaca. Este aspecto lo hace altamente versátil en la cocina, pudiendo ser utilizado como sustituto de otros cereales en una variedad de platos, tanto dulces como salados.