Las frutas y verduras son la base de una dieta saludable y según aconsejan los médicos se deben consumir a diario. Lo ideal es tomar cinco raciones al día, por eso ahora, dada la corta vida de estos productos y la recomendación de no salir a diario a hacer la compra, una conservación adecuada es clave para mantener las propiedades y sabor de estos alimentos el máximo tiempo posible. Estos son algunos trucos para mantener las frutas y verduras en buen estado durante la cuarentena: 

¿Nevera o despensa?

No es necesario guardar todas las frutas y verduras en la nevera como a veces se hace de forma sistemática. En función de sus características, hay algunos de estos productos que deben conservarse en la despensa. Por ejemplo, el mejor lugar para las cebollas son lugares oscuros y a temperatura ambiente, alejados de la humedad. También se incluyen en ese grupo las patatas, los ajos, la calabaza o los pimientos. Se suman los cítricos, el melón o la sandía. Es también el caso del tomate, que si está maduro y se va a comer enseguida, es mejor dejarlo fuera del frigorífico para que el sabor sea más intenso.

Luego hay algunos alimentos que necesitan madurar a temperatura ambiente y después conservarse en frío, por ejemplo, los aguacates. Si están muy verdes no hay que meterlos en el refrigerador, ya que se ralentiza el proceso de maduración. Es mejor dejarlos en un frutero hasta que maduren y luego meterlos al frío si no se van a comer de inmediatamente. Esto mismo se puede aplicar a los plátanos, los kiwis o las peras.

Hay otros, según señala la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), que deben mantenerse siempre en la nevera: manzanas, albaricoques, moras, arándanos, cerezas, fruta cortada, uvas, frambuesas, fresas, higos. En el caso de las verduras:  alcachofas, espárragos, judías verdes, endivias, brócoli, coles de Bruselas, zanahorias, apio, especias (excepto albahaca), verdura de hoja (lechuga, remolacha, repollo…), champiñones, guisantes, rábanos, maíz, cebolletas, puerro, nabo y berro. También las verdura IV gama, aquellas que vienen lavadas, troceadas y envasadas.

El lugar, importa

A las frutas y verduras, al contrario que a la carne y pescado, no les van bien las temperaturas demasiado bajas, ya que pueden deteriorar el producto. Por eso, lo mejor es almacenarlas en los cajones específicos para estos alimentos que ya incorporan la mayoría de neveras. Este suele ser el punto más templado del refrigerador, el mejor para este tipo de alimentos. La Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (Aecosan) apunta que la temperatura ideal de refrigeración de las neveras debe oscilar entre 0 y 5ºC. 

Además, para disfrutar al máximo de las frutas, se recomienda sacarlas de la nevera un rato antes de comerlas, de esta forma se potenciará su sabor, textura y aroma. En el caso de los vegetales, lo mejor es consumirlos en pocos días, ya que largos periodos de almacenamiento en frío pueden deteriorar su sabor. 

El envase adecuado

No es recomendable lavar las frutas y verduras ante de meterlas en la nevera, ya que la humedad puede acelerar su deterioro. El lavado para eliminar bacterias o residuos agrícolas es mejor realizarlo cuando se vaya a consumir el producto, no antes. 

Dicho esto, desde la OCU apuntan que mejorará la conservación si estos alimentos se guardan en bolsitas de plástico agujereadas, para que transpire el producto. Por ejemplo, en el caso de las fresas o las moras, a veces se venden en bandejas de plástico perforadas, un recipiente ideal para su conservación. Si no se cuenta con uno de estos recipientes, se puede sustituir por un cuenco, taparlo con un papel de film y hacerle unos agujeros. 

Las bolsitas individuales tienen otras ventajas. En el caso de otras frutas, por ejemplo del melocotón, este envase impide que se le adhieran al producto otros aromas. En otros casos, como en el del pepino, se evita la pérdida de la humedad que produce la refrigeración. En el caso de la verdura que se compra ya lavada y lista para consumir, como la lechuga o las acelgas, conviene no sacarla de la bolsa hasta que se vaya a utilizar.

Separación

En primer lugar, las frutas y verduras no deben estar en contacto con otros alimentos para evitar contaminaciones cruzadas. "Los alimentos crudos pueden contener microorganismo patógenos como la Salmonella o la Listeria, entre otros. Durante el cocinado se destruyen esas bacterias, por lo que si un alimento crudo entra en contacto con otro cocinado se produce una contaminación cruzada", explicaba a EL ESPAÑOL Beatriz Buitrón, tecnóloga de los alimentos y especialista en seguridad alimentaria.

Además, si es posible, lo ideal es separar las frutas de las verduras, ya que cada grupo de alimentos tiene sus propiedades y tiempos de maduración. Al guardar en compartimentos diferentes estos productos, se evita que el etileno que producen algunas frutas dañe las verduras.

No obstante, cada producto tiene sus peculiaridades. Por ejemplo, las manzanas maduras pueden acelerar la maduración de otras frutas y que se echen a perder antes de la cuenta. Para evitarlo, un truco es envolver las manzanas en papel de cocina para que no salga el etileno que puede deteriorar otras frutas del cajón. 

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