• 1 de 5

    1,13 kilos de mejillones cada año 'per cápita'

    Los mejillones son, junto con las gambas, el jamón, o el turrón, uno de los alimentos más consumidos durante la Navidad. Según el Informe del Consumo Alimentario en España, elaborado por el Ministerio de Agricultura, en 2018 cada ciudadano tomó 1,13 kilos de mejillones. Esta cifra convierte a los mejillones en uno de los moluscos más consumidos junto a otros grandes clásicos como las almejas o los berberechos. 

    Pero, ¿se trata de un marisco saludable? ¿Qué nutrientes aporta realmente a nuestra dieta? ¿De dónde viene el mejillón que llega hasta nuestras pescaderías? ¿Cómo hemos de conservar este marisco para evitar que se estropee? Hace algún tiempo, la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) publicó una serie de recomendaciones para arrojar algo de luz sobre estas preguntas.

  • 2 de 5

    Galicia, una potencia 'mejillonil'

    Tal y como explica la organización, la amplia mayoría del mejillón que se vende en las pescaderías españolas procede de Galicia. El cultivo en bateas de este molusco representa el 40% de la producción europea y hasta el 15% de la mundial. "Las Rías Gallegas son un ecosistema idóneo para el cultivo del mejillón debido a la combinación de aguas de cálidas temperaturas y una elevada producción primaria", subraya la organización. "El resultado es que en los cultivos de mejillón en Galicia, estos moluscos alcanzan su talla comercial (de 7 a 10 centímetros), en unos 17 meses, menos de la mitad que en otras zonas".

  • 3 de 5

    Un alimento saludable

    El mejillón, al igual que la amplia mayoría del marisco, es un alimento saludable. Se trata de un marisco que, según la Federación Española de la Nutrición (FEN), destaca por un "aporte de proteínas de buena calidad", aunque la cantidad es algo inferior (alrededor de un 10%) a la que podemos encontrar en el resto de moluscos. Por lo demás, también posee una gran cantidad de agua (alrededor del 87%) y una cantidad muy pequeña de grasa (1,9%). 

    Así, el mejillón también destaca por tener un interesante aporte de hierro, fósforo y yodo. "El hierro que contiene -4,5 gramos por cada 100 gramos de carne de mejillón- es superior incluso al de muchas carne como la de cerdo o tener, si bien hay que tener en cuenta que los mejillones se consumen en cantidades inferiores a las carnes, y con menos frecuencia", advierte el organismo. 

  • 4 de 5

    Guárdalos en la parte baja de la nevera

    Cuando vas a la pescadería, conviene fijarse muy bien cómo están conservados estos y otros moluscos. La OCU recomienda no comprar nunca un mejillón que veamos que está "en agua encharcada o sumergidos", ya que podrían abrirse y contaminarse. "Que estén cerrados y pesen mucho es una buena señal: es por el agua del mar que aún retienen dentro. Significa que están vivos y no se han abierto, por lo que no han podido contaminarse internamente durante su manipulación y transporte". 

    Una vez comprados en la pescadería, la OCU recomienda conservar los mejillones y otros moluscos como las ostras o los berberechos en la parte más baja de la nevera (la menos fría), "envueltos en un paño húmedo", y durante un periodo máximo de dos días. De igual forma, el organismo explica que una vez cocidos hasta seis meses. "Una vez en la mesa, no consumas aquellas piezas que permanezcan cerradas", añade. 

  • 5 de 5

    Al vapor vs. en escabeche

    Los mejillones en escabeche son uno de los aperitivos más populares. Esta variedad contiene "un adobo que se elabora con aceite, vinagre, hojas de laurel y granos de pimienta", explica la FEN. ¿Qué diferencias desde el punto de vista nutricional existe entre los mejillones al vapor y los mejillones en escabeche? Principalmente, su contenido calórico, que es más elevado en el caso de los segundos y tienen alrededor de 100 kilocalorías por cada 100 gramos. 

    "Esto se debe al incremento del contenido en grasa de dicha preparación (12 gramos de lípidos en 100 gramos de porción comestible, siendo un incremento cardiosaludable ya que se debe, en gran parte, a los ácidos grasos poliinstaurados", apunta la Fundación. "Respecto al contenido en minerales, en los mejillones en escabeche se ve ligeramente disminuido el aporte de hierro y calcio, y aumentado el de sodio y potasio, quedando prácticamente igual el del resto de los oligoelementos analizados".