Cada vez son más los padres que se preocupan por la alimentación de sus hijos. El contexto escolar es decisivo para la alimentación de los menores, ya que allí realizan dos o tres comidas.

Pero no solo es preocupante la comida que obtienen dentro del centro escolar, también de las tiendas que venden alimentos (como alimentos altamente procesados o bebidas azucaradas) no saludables alrededor de las escuelas o instituto. Allí es donde compran de camino al cole, durante el recreo o para merendar al acabar la jornada.

Por primera vez, un grupo de investigadores españoles ha analizado mediante un minucioso estudio desarrollado por el Grupo de investigación en Salud Pública y Epidemiología de la Universidad de Alcalá sobre la disponibilidad y accesibilidad de productos no saludables alrededor de los centros escolares de Madrid.

Para ello se han estudiado los establecimientos que disponen de estos productos en un radio de 400 metros de los más de 1.300 centros escolares de Madrid. El resultado determinó que el 95% de los colegios tienen cerca alguno de estos establecimientos. Concretamente, de media 17 locales ubicados a unos 90 metros de distancia del centro escolar.

Esta presencia se incrementa si estudiamos los barrios de menor nivel socioeconómico de la capital. Allí, los centros escolares tienen hasta el 62% más de tiendas alrededor que en barrios medios. En cambio, en los barrios altos se localiza un 39% menos de comercios que en los barrios medios, lo que está directamente relacionado con el ya demostrado gradiente social en la obesidad infantil.

La autora principal del estudio, la investigadora de la UAH, Julia Díez, afirma que "la facilidad que tiene la población infantil y adolescente para adquirir productos no saludables, sea comida rápida o los alimentos altamente procesados que se venden, por ejemplo, en los supermercados, es un factor clave de su entorno alimentario".

"En España, un 27%% de los niños/as y un 19% de los/as adolescentes presentaba exceso de peso en 2017. En la Comunidad de Madrid, 1 de cada 4. En la ciudad de Madrid, hay una diferencia de más de un 10% según la clase social. La buena noticia es que la obesidad infantil es, en gran medida, prevenible”, asegura la experta.

Los niños españoles, obesos

Con las cifras en la mano, España es uno de los países de Europa con mayor índice de sobrepeso y obesidad infantil. Así, sus autores defienden la necesidad de desarrollar acciones que favorezcan entornos alimentarios saludables, más allá de la mera concienciación, que ya ocurre en otras ciudades europeas.

Díez pone como ejemplo la ciudad de Londres, donde a partir de este año, los locales de comida rápida estarán obligados a cumplir unos estándares mínimos de calidad nutricional y no podrán abrir a menos de 400 metros de las escuelas.

Además, en lo que respecta a la publicidad y marketing de comida no saludable se ha prohibido en toda la red de transporte público intentando desnormalizar la comida basura.

La mayoría de las estrategias implementadas en España estigmatizan a las personas con obesidad, se enfocan en una perspectiva que responsabiliza a los individuos por lo que comen.

“Teniendo en cuenta que la fuerza de voluntad no ha cambiado en los últimos años, y que la prevalencia de obesidad se ha triplicado desde los años 70, algo tiene que haber cambiado en el medio”, indica a la Agencia SINC Manuel Franco, investigador de la UAH y científico principal del estudio.

“No debemos confiar en la autorregulación voluntaria de la industria y no podemos culpar a nadie de un problema grave con raíces en nuestro entorno. Prevenir la obesidad infantil desde el medio que rodea a los niños es un avance claro en el camino para promover la salud de las próximas generaciones”, concluye Franco.

[Más información: Niños de 10 años operados de cadera: los estragos de la obesidad infantil]

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