La supuesta adicción que genera el azúcar -o carbohidratos similares- lleva años ocupando titulares en los medios de comunicación pero, hasta ahora, había pocas pruebas de su existencia. Es más, la manida frase: "Estoy enganchado al azúcar", sonaba más bien a la típica excusa del que disfruta de la comida palatable y contradice a la ciencia, que ha demostrado con creces que se puede vivir perfectamente sin azúcar

Un equipo de investigadores liderados por David Wiss, de la Fielding Schoool of Public Health de la Universidad de California en Los Angeles (UCLA) ha decidido preguntarse si existe suficiente evidencia empírica de que el azúcar causa adicción, como se habla sin rubor de la adicción a la nicotina o a otras drogas más fuertes. 

En un artículo publicado en la revista Frontiers in Psychiatry, los autores aplican la lógica más básica para dar la respuesta definitiva a este enigma y, para ello, empiezan por el principio. Así, señalan, antes de poder llevar a juicio al azúcar como sustancia adictiva hay que dejar claro qué es la adicción. 

¿Sabes cuánto azúcar comes?

Para ello, recuerdan que el término se conoce en psiquiatría como desorden de uso de sustancias (SUD, de sus siglas en inglés) y que éste es definido por la Asociación Psiquiátrica Americana -la entidad que edita el DSM - 5, la biblia de los diagnósticos mentales- como "una condición compleja, una enfermedad del cerebro que se manifiesta por el uso compulsivo de una sustancia a pesar de sus conclusiones dañinas". 

Según el DSM-5, existen 11 criterios para diagnosticar un SUD y si un paciente cumple sólo 2 de estos 11 puntos ya se consideraría que sufre adicción. A partir de ahí, los autores comprobaron si la relación con el azúcar en modelos animales cumplía alguno de esos puntos, que se agrupan en cuatro categorías: los criterios sobre problemas con el control, los referidos a problemas sociales, los que tienen que ver con un uso continuado a pesar de los riesgos y los ligados a criterios farmacológicos. 

Pues bien, los investigadores demostraron que el azúcar cumplía cinco de esos criterios, lo que la convierte de facto en una sustancia adictiva, aunque el enganche que provoca se parece más al que genera la cafeína o la nicotina que al que causan la cocaína o la heroína. 

Estas son las cinco características que permiten afirmar que la utilización de la frase: "Estoy enganchado" no es falaz cuando se aplica al azúcar. 

Dificultad para controlar su consumo

Los experimentos con ratas demostraron que los animales consumían cada vez más azúcar -su ingesta subió de forma progresiva de 37 mL a 112 mL al día- y que además la consumían por más tiempo del que pretendían. Se vio un comportamiento compulsivo asociado al consumo de azúcar muy similar al visto en humanos enganchados a la droga. 

Antojo

El término craving (Deseo intenso es la traducción más ajustada al castellano) se define como un sentimiento poderoso de querer algo o de deseo. En condiciones de laboratorio, se define como la motivación para obtener la sustancia de la que se sospecha un abuso. En los experimentos, se vio como ese antojo estaba ligado al sabor del azúcar en sí y no a su contenido calórico, porque los animales se dejaban engañar por la sacarina. Además, se vio que la administración de un fármaco para las adicciones, la naloxona, era eficaz para mitigar su deseo. 

Uso a pesar de los riesgos

Aunque los resultados de este criterio son confusos, algunos experimentos en ratones mostraron que tener que enfrentarse a obstáculos no suponía ningún problema si el resultado final era obtener la deseada dosis de azúcar. De hecho, algunas ratas fueron insensibles a los problemas que se les ponían por delante, como si no fuera con ellas, que sólo buscaban saciar su sed de este carbohidrato. 

Tolerancia

Como ocurre con algunos fármacos y drogas, el organismo va disminuyendo la respuesta al azúcar y necesita de dosis cada vez mayores para obtener el efecto inicial. Así se demostró en varios experimentos con ratones llevado a cabo por los autores del estudio. 

Mono

La película Trainspotting retrató como pocas el mono, ese "conjunto de síntomas y señales que presenta un drogadicto cuando cesa el uso de la droga o se le administra el antagonista específico de la sustancia". Pues bien, los animales participantes en los experimentos recogidos en el estudio mostraron padecer este mono cuando se les retiraba el azúcar al que les habían acostumbrado. 

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