Existen algunos "malos hábitos" cuyos perjuicios se han transmitido de generación en generación durante décadas o que incluso los profesionales de la salud han ido divulgando año tras año como si fuesen normas universales y que, sin embargo, han acabado siendo desmentidos como tales por la ciencia.

Cabe destacar, eso sí, que muchos de estos hábitos se tomaron como perjudiciales basándose o bien en un único estudio, o bien en uno o varios trabajos con una metodología, cuanto menos, dudosa.

Desde la toma de café hasta el "exceso de ejercicio", pasando por el amor incondicional a las siestas, existen varios hábitos que realmente son saludables, algo que la ciencia ha ido reforzando progresivamente con diversos y novedosos estudios.

No, saltarse el desayuno no es malo

Aún hoy en día el desayuno se ve como una comida esencial y que jamás debería evitarse en un día cualquiera. De hecho, la publicidad continúa divulgando el desayuno como "la comida más importante del día".

Pero la realidad es muy diferente: ni es la comida más importante, ni pasa nada si un día o incluso de forma habitual nos saltamos el desayuno. De hecho, teniendo en cuenta cómo son los desayunos típicos basados en bollería industrial del mundo occidental, incluso puede ser un favor para el organismo.

Por otro lado, poco a poco el ayuno intermitente ha ido ganando terreno entre las recomendaciones nutricionales actuales, algo que implica saltarse el desayuno dependiendo de las horas de ayuno y de la hora en la cual se inicia. De momento, diversos estudios han llegado a la conclusión de que el ayuno ayudaría a perder peso incluso con mejor adherencia que las típicas dietas muy bajas en calorías: es más fácil intentar saltarse comidas que hacer varias de ellas con una densidad calórica excesivamente escasa. Así mismo, otros trabajos avalan los beneficios del ayuno intermitente como elixir de la juventud, e incluso se sugiere que el ayuno intermitente puede alargar la vida.

Por desgracia, la mayoría de estos trabajos se han realizado en animales, aunque progresivamente ya se están obteniendo datos en humanos con buenos resultados.

No, el café no es tan malo como te han contado

Por otro lado está el café, una bebida que, junto al alcohol y el tabaco, ha sido culpada erróneamente como factor de riesgo para múltiples enfermedades. Sobretodo, en el caso de las enfermedades cardiovasculares, donde el poder estimulante del café le ha otorgado una mala fama. Sin olvidar, por otro lado, casos como la reciente demanda contra Starbucks por la acrilamida del café tostado; una demanda exagerada, según los expertos. 

Sin embargo, la realidad es que los estudios sobre el café son cada vez más cuantiosos, y la gran mayoría encuentran beneficios y no perjuicios: desde prevenir determinados tipos de cáncer (cáncer de piel o cáncer de colon, entre otros), hasta alargar la esperanza de vida.

Sin embargo, no todo son buenas noticias, ya que algunos trabajos siguen encontrando perjuicios respecto al café, como reducir el sabor dulce de los alimentos, empeorar los perjuicios de la comida basura, o dificultar el cierre de las heridas.

Comer un huevo o dos al día es sano, y no al revés

Un caso a parte es el del consumo diario de huevos, algo que se habría descartado totalmente hace tan solo unos años dado el elevado porcentaje de grasa y colesterol que contienen estos alimentos. Sin embargo, los mitos sobre el huevo han ido derrocándose poco a poco.

Sí, es cierto que los huevos contienen grasa y colesterol, pero ahora se sabe que el colesterol contenido en los alimentos no modifica significativamente el colesterol general del organismo. Además, los huevos son alimentos ricos en proteínas de alto valor biológico, y muy baratos respecto a otras fuentes proteicas.

Por su parte, también se trata de alimentos ricos en vitaminas y minerales, como la vitamina B12 o el fósforo, entre otros.

Finalmente, respecto al mito del colesterol en particular, dos grandes estudios de este mismo año desterraron una vez más el mito: comer un huevo o más al día, continuamente, no perjudicaría el valor del colesterol ni disminuiría la esperanza de vida. De hecho, otro trabajo llegó a sugerir que un huevo al día puede protegernos de sufrir un infarto.

No, una dieta rica en grasas no es mala

Desde los años 90, y tras la edición de las diversas guías nutricionales a nivel mundial, entre las que destacan de forma particular las del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos, se ha crucificado a las grasas a favor de los carbohidratos. De hecho, las primeras han sido expulsadas de la dieta y limitadas a un porcentaje de entre 25 y 30% de la dieta total.

Sin embargo, la realidad es que las dietas ricas en grasas no solo no son perjudiciales para la salud, sino que incluso pueden ser mejores que las dietas ricas en carbohidratos en algunos aspectos. A corto y medio plazo, una dieta Atkins (alta en grasas y proteínas, y baja en carbohidratos) sí podría ayudar a perder peso, pero este no se mantendría significativamente a largo plazo.

Eso sí, ahora se sabe que ni una dieta baja en hidratos es mejor que una rica en grasas, ni al revés, al menos a largo plazo. 

Finalmente, también se sabe que las dietas altas en grasa tienen cierto efecto alargando la esperanza de vida, pero a largo o muy largo plazo podrían tener efectos secundarios.

No, usar las redes sociales no es perjudicial

Según algunos expertos, excederse en el uso de las redes sociales y en el tiempo frente a las pantallas podrían ser perjudiciales para la salud. Sin embargo, los más críticos sugieren que los estudios que sugerían tales males eran trabajos con una metodología deficiente. De hecho, existe evidencia de que el uso de los smartphone en conjunto no es perjudicial, sino todo lo contrario.

De hecho, durante el pasado año 2017, un estudio publicado en la revista Psychological Science quiso examinar los efectos de la exposición a las pantallas en 120.000 adolescentes de Reino Unido; así mismo, también intentaron ver relaciones entre las redes sociales y los posibles trastornos del estado del ánimo.

Según sus hallazgos, el uso de las redes sociales no era perjudicial. Y, además, en algunos casos era incluso útil para sentirse más conectado y sentir mayor apoyo emocional. Por ello, la conclusión fue que el uso moderado de la tecnología no tiene porqué ser dañino, sino ventajoso en el momento actual.

No, las notificaciones del móvil no producen ansiedad

A pesar de que recientemente la conferencia de desarrolladores de Google, la conocida como Google I / O, ha anunciado que van a mejorar el sistema operativo Android para silenciar más fácilmente las notificaciones con el objetivo de reducir la ansiedad y la falta de productividad de los usuarios, la realidad es que es posible que dicha mejora sea incluso contraproducente.

De hecho, ningún estudio ha llegado a sugerir que silenciar las notificaciones pueda ser beneficioso. Lo que sí se sabe es que silenciar el móvil por completo, con el objetivo de mejorar la ansiedad, puede incluso provocar más estrés.

Las bebidas energéticas no siempre son perjudiciales

Actualmente las bebidas energéticas son uno de los jinetes del apocalipsis nutricional, sobre todo por su elevado contenido de azúcar y, por otro lado, por su potencial cantidad de cafeína. En última instancia, ambas sustancias son más perjudiciales si cabe para niños y adolescentes, que suelen ser el público mayoritario entre los consumidores de estas bebidas.

Pero como todo, también existen versiones más saludables, o al menos no tan perjudiciales, según cómo se analice la situación. Se trata de las versiones sin azúcar, y en envase pequeño de apenas 200 ml. En dichos casos, no solo se evita el azúcar, sino que la cantidad de cafeína suele rozar los 80 mg (un café sólo suele tener entre 100 y 200 mg de cafeína).

Por otro lado, los estudios han encontrado que la taurina, una sustancia muy conocida en las bebidas energéticas, tiene algunos beneficios a tener en cuenta: desde un menor riesgo cardiovascular hasta una mejora del rendimiento deportivo.

Sin embargo, cabe destacar que estas versiones sin azúcar son muy ricas en edulcorantes, y se sabe que, aunque estos son seguros, una elevada cantidad de los mismos puede ser perjudicial para el microbioma intestinal. Por tanto, se aconseja no abusar de las mismas a pesar de ser "menos malas" que sus congéneres saturados de azúcar.

No hace falta mucho tiempo para estar en forma

Aunque comúnmente se suele pensar que para estar en forma es necesario pasar horas y horas a la semana realizando ejercicio, al aire libre o en el gimnasio, la realidad es diferente.

Los estudios más recientes sugieren que los entrenamientos "compactos", pero de elevada intensidad, pueden ser incluso más beneficiosos para desarrollar musculatura y potenciar la salud cardíaca respecto a otro tipo de ejercicios. Se trata del entrenamiento en intervalos de alta intensidad o HIIT en sus siglas inglesas.

De hecho, recientemente se han publicado las nuevas guías sobre el ejercicio físico de EEUU en la revista JAMA, donde una de las conclusiones es que "cualquier cantidad de ejercicio suma", es decir, que no es necesario dedicar horas diarias. Aunque cuanto más, mejor.

No, comer gluten no es perjudicial

Aunque la publicidad alimentaria respecto a los alimentos "sin gluten" ha causado más de un malentendido al respecto, la realidad es que esta proteína no es perjudicial ni poco saludable: tan solo provoca intolerancia a los individuos que sufren celiaquía, y síntomas intestinales más leves en los individuos categorizados como sensibles al gluten. Pero, entre ambos grupos, no suman ni un 7-8% de la población total actual. El resto no tiene que preocuparse por dicha sustancia.

Y, aunque algunos individuos han sugerido que la celiaquía puede estar aumentando durante los últimos años, un estudio reciente publicado en JAMA refutó dicha idea: la enfermedad celíaca se ha mantenido estable.

Por su parte, respecto a los individuos sensibles al gluten, un pequeño estudio de 2013 refutó la existencia de los mismos, dado que probando diferentes dietas con y sin gluten, igualmente se producían molestias digestivas, independientemente de esta sustancia. Aunque, por su parte, un estudio publicado en 2017 culpó a otra sustancia que podría explicar la "sensibilidad al gluten": Los fructanos.

Echarse la siesta es beneficioso para la salud

Durante décadas, los individuos amantes de las siestas han sido vistos como "vagos" o "perezosos", sobre todo al otro lado del charco. En España, esta costumbre se ha tomado como un hábito común e incluso necesario.

Y, de hecho, algunos estudios apoyan gratamente la costumbre española. Por ejemplo, un pequeño trabajo publicado en Brain, Behavior & Immunity comprobó los efectos de una siesta de 30 minutos respecto a los efectos de 10 horas de sueño en individuos privados de sueño intencionalmente. Según sus resultados, en ambos grupos se mejoraron los parámetros de inmunidad que habían empeorado a causa de la privación de sueño.

Finalmente, un estudio publicado en el Journal of Sleep Research, un descanso de tan solo media hora puede mejorar la toma de decisiones y ayudar a procesar la información de forma inconsciente.

Se sabe que existen hasta siete tipos de siesta, aunque cada individuo debe adaptarlas a su día a día para disfrutarlas mejor.

[Más información: El 'efecto Matrix' de la siesta: así te implanta recuerdos falsos en el cerebro]

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