Un buen aislamiento es un factor fundamental en tiempos de crisis climáticala necesidad de calefacción o aire acondicionado dispara el consumo eléctrico y de gas de un hogar. La diferencia entre un hogar eficiente, tanto en sus elementos estructurales como en el consumo de sus electrodomésticos, y uno que no lo es puede traducirse en un gasto energético de entre 300 y 1.800 euros más al año.

Es dañino para el bolsillo, pero también para el planeta: según contaba a este diario Toni Marín, coordinador de contenidos de la revista EcoHabitar, los hogares en los que vivimos en la actualidad no pueden considerarse ni sostenibles ni saludables: el consumo de energía que realiza una sola familia al año equivale a casi 1.300 kilogramos de CO2 emitidos a la atmósfera.

El experto ya adelantaba que existen reformas que ya pueden hacerse en nuestros hogares para transformarlos: "aplicar aislamientos ecológicos, cambiar ventanas, incorporar fuentes de energía renovables y dispositivos de bajo consumo". Según Marín, la inversión de una reforma ecológica se recupera 10 años después porque impacta en la reducción del gasto energético y sanitario.

Los 25,2 millones de residencias que hay en España acaparan la tercera parte de la energía que se consume, según datos de Inarquia. En esta cifra tiene que ver que el 21% de las construcciones, siempre según la consultora, tienen más de 50 años. 

"Con solo tener un buen aislamiento, se reduce la demanda energética a la mitad", explica Georgios Tragopoulos, técnico de eficacia energética del programa de Tiempo y Energía de WWF España.

"Además, ayuda ajustar la climatización: con cada grado que bajemos la calefacción, se ahorra un 8% de energía. En verano, el ventilador de techo en vez del aire acondicionado gasta entre un 80 y un 90% menos de electricidad". 

En cuanto a los electrodomésticos, por ejemplo, una investigación publicada en 2018 aseguraba que los microondas que hay en la Unión Europea emiten 7,7 millones de toneladas de dióxido de carbono al año. Esta cifra equivaldría a las emisiones anuales de 6,8 millones de coches.

Pero la cosa no queda aquí. El trabajo también ha calculado que el consumo de electricidad de todos los hornos eléctricos de la UE (9,4 terawatios por hora/al año) podría ser similar al de tres grandes plantas generadoras.

Según los datos de este estudio, los microondas consumen una media de 573 kilovatios de electricidad por hora. Una cifra que equivale a la energía que consumiría una bombilla LED de 7 watios a lo largo de nueve años si no la apagásemos nunca.

Qué podemos hacer en casa

Como recuerda cada año el Día Mundial del Ahorro de Energía, el uso que se hace de la electricidad y el gas en los hogares debe llevar a que los ciudadanos reflexionen sobre el consumo que realizan en sus tareas cotidianas. 

La ventaja de un uso más eficiente de la energía es doble: ahorro económico y un aporte para el medio ambiente porque será necesario producir menos energía y, con ello, habrá menos emisiones de CO2.

Entre las medidas que se pueden adoptar en la vivienda, los expertos recomiendan, siempre que se pueda, elegir electrodomésticos y aparatos eficientes, que son los que cuentan con certificación A+++ o A++. Las bombillas son otro punto clave en el ahorro energético: cambiando a bombillas LED se pueden ahorrar más de 150 euros al año.

Otro detalle que puede ahorrar, entre 50 y 100 euros al año en la factura, es vigilar el consumo fantasma que hacen los aparatos que al apagarse tienen función standby, como la televisión. Este 'ladrón silencioso' supone más de un 2% del consumo energético total de una vivienda cada año, estiman en Kelisto.es.

También es importante mantener en la medida de lo posible la temperatura de la casa en un rango estable, ventilando en las horas de sol y programando la calefacción para mantenerla en 21ºC. Cada grado adicional incrementa el consumo en un 7%, lo que se traduce en 30 euros al año.

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