El pasado 2 de agosto, la humanidad agotó todo el presupuesto ecológico del año. "Emitimos más carbono del que los océanos y los bosques pueden absorber en 12 meses, cogimos más peces, talamos más árboles, cosechamos más y consumimos más agua de lo que el planeta pudo generar en ese periodo", informó ese día en un comunicado la ONG Global Footprint Network. Esta vez, el bautizado como Día de la Sobrecapacidad de la Tierra llegó una jornada antes que en 2016 y 11 días si se compara con 2015. Hay que retroceder 48 años, hasta 1969, para localizar un consumo sostenible.

Uno de los indicadores más extendidos para medir el efecto de la humanidad es la huella ecológica. "Estima la superficie de tierra y agua productivas (cultivos, pastos, bosques y ecosistemas acuáticos) necesaria para generar los recursos y absorber los impactos de nuestras actividades; y después la compara con el área que existe, la biocapacidad de la Tierra", explica Georgios Tragopoulos, técnico de eficacia energética del programa de Tiempo y Energía de WWF España. Según el último informe Planeta Vivo de WWF, en 2016 el resultado fue 1,7, esto es, se precisa el equivalente a 1,7 planetas para sostener las tasas de consumo actuales.

No obstante, contra la creencia popular de que una sola persona no puede cambiar el planeta, un artículo publicado recientemente en Environmental Research Letters estima que las acciones individuales tienen un efecto más inmediato y efectivo que las grandes políticas ambientales. Un buen punto de inicio puede ser reducir nuestras emisiones de gases de efecto invernadero (GEI, medidas en kilos de CO2 –Kg eq-). Estas emisiones suponen el 60% del impacto global y se registran en aspectos tan rutinarios como la energía en el hogar, la nutrición, los restos y el transporte. Para ayudarte, te planteamos diez preguntas que te van a dar una idea de cuál es tu huella ecológica y de qué manera se puede reducir.

¿Deseas saber de qué manera reducir la huella ecológica?

1. ¿Con qué frecuencia comes productos de origen animal?

Generar un kilo de carne de cerdo supone emitir 4,8 kilos de CO2; exactamente la misma cantidad de patatas solo produce 0,13 kilos. "Los comestibles que tienen mayor huella ecológica son las carnes y los lácteos, pero se puede reducir su impacto si son productos de proximidad, de temporada y si comemos variado", comenta el dietista y presidente del Comité Científico de la Sociedad Española de Alimentación Comunitaria (SENC), Javier Arancera. Con una dieta vegetariana, dejarías de producir 0,8 toneladas de CO2 por persona y año, según asegura el estudio Environmental Research Letters.

2. ¿Haces un buen empleo de la energía en casa?

Los 25,2 millones de residencias que hay en España acaparan la tercera parte de la energía que se consume, según datos de Inarquia. En esta cifra tiene que ver que el 21% de las construcciones, siempre según Inarquia, tienen más de 50 años. "Con solo tener un buen aislamiento, se reduce la demanda energética a la mitad", explica Tragopoulos. Además, ayuda ajustar la climatización: con cada grado que bajemos la calefacción, se ahorra un 8% de energía. En verano, el ventilador de techo en vez del aire acondicionado gasta entre un 80 y un 90% menos de electricidad, apunta el técnico de WWF. Además de esto, puedes decantarse por fuentes renovables.

3. ¿Cuánta basura produces? ¿Reciclas?

Según los datos de la FAO, en el mundo entero se derrochan anualmente 1.600 millones de toneladas de comestibles, lo que equivale a 3.300 millones de toneladas de CO2. "Hay que comprar de forma planificada y aprovechar todo lo adquirido", plantea Tragopoulos. Reciclar reduce un 0,2 por ciento las emisiones por persona y por año, según el estudio de Environmental Research Letters.

4. ¿Tomas agua embotellada?

España ocupa el quinto lugar en el planeta en cuanto a consumo de agua mineral, según datos de la organización Earth Policy Institute. Esta industria, no solo capta tres litros por cada uno de ellos envasado, sino que precisa anualmente unos 2,7 millones de toneladas de plástico. Según una publicación del Journal of Environmental Management, beber 1,5 litros de agua de grifo en vez de embotellada puede ahorrar 0,34 kg CO2, que por año supone 163,50 kg de GEI menos.

5. ¿Tienes mascota?

Un reciente estudio efectuado por el investigador de la Universidad de California, Gregory Okin, estima en 64 millones de toneladas de dióxido de carbono por año el impacto de la carne que comen los 163 millones de perros y gatos que tienen las familias estadounidenses. Si todos ellos formaran un país, ocuparían el quinto puesto mundial con respecto a huella ecológica tras Rusia, Brasil, Estados Unidos y China.

6. ¿De qué manera te desplazas en tu día a día?

Pasear o ir en bici en vez de coger el coche puede ahorrar hasta 500 gramos de CO2 por persona y día. Según una investigación de la investigadora Shreya Dave, del Instituto Tecnológico de Massachusetts, un corredor solo produce algo más de treinta gramos de CO2 por kilómetro, mientras que el vehículo produce 160. Si usas el vehículo, según apunta la DGT, reduces en un 15% las emisiones de CO2.

7. ¿Qué medio de transporte usas en los viajes largos?

Los viajes en avión son los más perjudiciales para el medioambiente pues emiten unos 230 gramos de CO2 eq por kilómetro y pasajero. El segundo en el ranking sería el coche. Los transportes colectivos son una alternativa más sostenible: si empleamos el tren en vez del vehículo, cuenta Tragopoulos, las emisiones se reducirían en un 76%. Si dejásemos de emplear el avión, la reducción llegaría hasta el 90%.

8. ¿Cada cuánto renuevas el móvil?

En España se venden todos los años unos 20 millones de teléfonos móviles, cuya fabricación emite 600 toneladas de CO2 por año. "Para disminuir al mínimo el impacto, es esencial agotar la vida útil del terminal, que ronda entre los 5 y 7 años", aconseja Tragopoulos. Así mismo, es bueno decantarse por los más sostenibles. Estos dos consejos son extensibles a la adquisición de cualquier aparato electrónico (el proyecto europeo Eurotopten plantea los más eficaces).

9. ¿Libro de papel o ebook? Mejor pásate por la biblioteca.

Generar, transportar y vender un libro emite 3,80 kilogramos de CO2. Un iPad produce cerca de 0,0025 kg cada hora que se emplea, según las estimaciones de la organización Ecogeek. El impacto del libro solo se genera una vez mientras que el del iPad va a ser progresivo a lo largo de su vida útil. "No hay soluciones únicas", lamentan desde Greenpeace. O quizá sí: ir más a las bibliotecas.

10. ¿Conoces tu impacto?

Todo cambio profundo empieza por el autoconocimiento. Si deseas saber el impacto detallado de tus hábitos de consumo y ver de qué forma evoluciona dependiendo los cambios que introduces en tu vida, aquí tienes una calculadora de tu huella ecológica.

***Elvira del Pozo. Opinno, editora de MIT Technology Review en español