La floración de algas nocivas en agua dulce se ha agudizado en las últimas tres décadas en todo el mundo, según una investigación publicada en la revista Nature, la primera que analiza decenas de grandes lagos de todo el globo. Todo apunta a que el cambio climático probablemente está obstaculizando la recuperación de las aguas afectadas. 

Los investigadores utilizaron datos registrados durante 30 años por la NASA y el satélite Landsat 5 del Servicio Geológico de Estados Unidos, que monitoreó la superficie del planeta entre 1984 y 2013, para revelar tendencias a largo plazo en las floraciones de algas en 71 grandes lagos de 33 países en seis continentes. También contaron con Google Earth Engine para procesar y analizar más de 72.000 millones de puntos de datos.

Si bien las floraciones de algas se han documentado durante siglos, en las últimas décadas se han vuelto más comunes. Este fenómeno acuático es dañino tanto por la intensidad de crecimiento de las algas, como porque incluye poblaciones de fitoplancton capaz de producir toxinas, según los científicos del Carnegie Institution for Science y de la NASA que han participado en el estudio. 

"Descubrimos que la intensidad de las floraciones de algas en verano aumentó en más de dos tercios de los lagos y que disminuyó de manera estadísticamente significativa en solo seis", explicó la investigadora Anna Michalak. "Esto significa que las floraciones realmente se están generalizando y que son más intensas, no que les estemos prestando más atención ahora que hace décadas".

Floraciones cada vez más intensas

Ante esta situación, ¿qué consecuencias tiene este fenómeno? Los efectos negativos pueden verse en el suministro de agua potable, la agricultura, la pesca, la recreación o el turismo. Este estudio indica que este problema provoca solo en Estados Unidos pérdidas de hasta 4.000 millones de dólares año. 

Pero aunque la tendencia hacia floraciones más intensas es clara, las razones de este fenómeno parecen variar de un lago a otro. No se han encontrado patrones consistentes entre los lagos al analizarse factores como el uso de fertilizantes, la lluvia o la temperatura.

Sin embargo, hay un hallazgo claro. Entre los lagos que experimentaron mejoras en las condiciones de floración en los 30 años estudiados, solo se mantuvieron en aquellos lagos que experimentaron un menor calentamiento de sus aguas. Esto sugiere que probablemente el cambio climático ya está obstaculizando la recuperación de los lagos en algunas áreas.

"Este hallazgo ilustra lo importante que es identificar los factores que hacen que algunos lagos sean más susceptibles al cambio climático", explica la investigadora Michalak. "Necesitamos desarrollar estrategias de gestión del agua que reflejen mejor las formas en que las condiciones hidrológicas locales se ven afectadas por un clima cambiante".

Hasta la elaboración de este informe, no estaba claro si se trataba de un problema a escala global, ni hasta qué punto la actividad humana —incluida la agricultura, el desarrollo urbano y el cambio climático— estaba empeorando la situación. Las algas tóxicas provocaron cortes en el suministro de agua de agua a los ciudadanos de Toledo (Ohio) en 2014. En Florida provocaron la declaración de estado de emergencia en 2016 y 2018.

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