Los pulpos son animales tremendamente inteligentes. No por su supuesta habilidad para acertar los resultados de partidos de fútbol, sino por razones más tangibles, como ser capaces de resolver rompecabezas y puzles complicados. De hecho, se ha observado que a veces muestran un claro aburrimiento si no tienen ningún problema que solucionar.

Pero lo que no se sabía hasta 2009 es que también tienen la capacidad de crear verdaderas ciudades bajo el océano. Ese año se descubrió el primero de estos asentamientos, bautizado como Octópolis, y recientemente otro equipo de investigadores se ha topado con otro, al que han llamado Octlantis. Pero lo más curioso de ambos es que tradicionalmente los pulpos se han concebido como animales solitarios, que evitan el contacto con otros ejemplares. Un campamento podía ser una simple casualidad, pero dos ya dan mucho que pensar.

¿Quién vive adosado debajo del mar?

Corría el año 2009 cuando Mathew Lawrence, científico independiente, describió Octópolis, un curioso asentamiento formado por pulpos que acababa de descubrir en el fondo de la Bahía de Jervis, situada en la costa este de Australia. Estaba compuesto por varias guaridas de pulpos, todas ellas en torno a un objeto plano de procedencia humana de unos 30 cm de largo.

Parecía un suceso aislado, pero sólo han tenido que pasar 8 años para que un nuevo equipo de investigadores, cuyo hallazgo ha sido publicado en Marine and Freshwater Behavior and Physiology, den con otra ciudad submarina similar, situada entre las costas de Sídney y Nueva Zelanda.

El plano de Octlantis.

En este caso el campamento tiene 18 metros de largo y 4 metros de ancho, en los que se encuentran un total de 23 pequeñas cuevas, 13 ocupadas por pulpos de la especie Octopus tetricus y 10 a estrenar. Todas ellas están excavadas en la arena o en pilas de cáscaras de pequeñas presas, que han ido amontonándose con el tiempo. Al tener mejores medios que en el caso anterior, esta vez los científicos han instalado en la zona cuatro cámaras GoPro, que han servido para observar durante 10 horas la rutina de los habitantes de Octlantis.

Así, pudieron ver que, en contra de lo que se creía, los pulpos a veces establecen contacto entre ellos, muchas veces con fines colaborativos. También es cierto que es cierto que en algunas ocasiones mostraron comportamientos territoriales, echando a otros ejemplares de su cueva de forma agresiva.

Ambos asentamientos tienen características comunes, como encontrarse en un lugar plano, pero con muchos afloramientos rocosos. Esto, junto a que se encuentran justo en el mismo punto del planeta podrían ser el hilo del que tirar para buscar nuevas ciudades construidas por pulpos y así esclarecer qué hace que los pulpos, normalmente solitarios, se conviertan en animales sociales.

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