Fotograma de 'Hereditary'.

Fotograma de 'Hereditary'.

Investigación

La ciencia tras las películas de terror: así manipulan tu cerebro para que sientas miedo al verlas

La activación de la amígdala y de otras áreas relacionadas con el peligro son algunas de claves esbozadas por los investigadores.

31 octubre, 2023 09:19

Lejos de discutir si Halloween es una tradición con cabida o no en España, la noche del 31 de octubre siempre ha sido una ocasión perfecta para ver una película de miedo. No se puede negar que, pese a todos los que dicen renegar de él, el terror es un género que triunfa. Para muestra, un botón. Según los datos de recaudación de la taquilla estadounidense, sus películas generaron 634 millones de dólares, sólo por detrás de la comedia, la aventura y la acción. Los filmes de fantasmas, asesinos inmortales y casquerías varias demuestran que tienen un no sé qué que qué sé yo que los investigadores llevan tiempo intentando definir.

Una de las teorías más referenciadas sobre la ciencia del terror asegura que el triunfo del género tiene que ver con cómo estas películas manipulan el cerebro para hacer sentir a la persona que realmente está viviendo una situación de terror. En esta línea, mucho tienen que decir los famosos jumpscare (sustos repentinos) que tanto caracterizan a este tipo de filmes y que a más de uno le hacen botar del asiento incluso los hay que reaccionan gritando.

Según esbozan algunas revisiones sobre el tema, este tipo de actuaciones lo que hacen es atacar directamente a la amígdala, una parte muy importante en cuanto al terror en humanos se refiere. Tal y como descubrió una investigación publicada en Current Biology, esta parte del cerebro es la que se encarga de generar la sensación que entendemos por miedo. No para hacernos daño, sino para que nuestro cuerpo reaccione y active los mecanismos de supervivencia.

[Tres relatos de terror sacados de revistas científicas]

Lo expuesto encaja con The Science of Scare Project, un proyecto que pretende dar con la película más aterradora de todos los tiempos. ¿Y cómo lo hacen? Evaluando la capacidad que tienen para elevar la frecuencia cardíaca de los espectadores, una señal de que la amígdala está haciendo de las suyas.

El caso de 'Sinister'

Como curiosidad, la película en el top es Sinister, una versión moderna y terrorífica de una especie de hombre del coco que, cómo no, cargadita está de jumpscares. Durante su visionado, la frecuencia cardíaca de los espectadores se disparó un 32% por encima de lo normal, llegando a los 65 latidos por minuto. Si bien, el mayor susto registrado y por ende el mayor golpe a la amígdala, lo ganó Insidious, que elevó el ritmo cardíaco de los participantes a 133 latidos por minuto.

Lo bueno es que, al cabo de un momento, nuestro cerebro se da cuenta de que no hay nada que realmente nos esté poniendo en peligro. Como confirmaba la socióloga Margee Kerr en Scream: Chilling Adventures in the Science of Fear, el salir indemne de un susto así lo que provoca después es una especie de satisfacción. Quizá puede ser ese no sé qué que qué sé yo.

A la hipótesis de la amígdala se suma un estudio editado en la prestigiosa revista Science y que demostró que al ver películas de terror se activaban áreas corticales y subcorticales del cerebro de la misma manera que lo harían en una situación de peligro.

[Así huelen el terror, la intriga y la comedia]

Para descubrirlo, sometieron a un grupo de 80 voluntarios al visionado de varias películas de terror, incluyendo clásicos como El Exorcista o Poltergeist. Mientras, se les realizaron resonancias magnéticas que pudieran vislumbrar cuáles eran las redes cerebrales con más actividad durante estas películas. "La red abarca regiones involucradas en la reorientación de la atención, el aumento de la vigilancia perceptual y el control automático neuroendocrino", describe el estudio. Es decir, esas mismas áreas que necesitaríamos en funcionamiento en el caso de estar en riesgo.

Reorganizar el cerebro

Según hallaron los investigadores, esto se produce porque las películas de miedo facilitan la activación de la noradrenalina, un neurotransmisor encargado de que estemos preparados para actuar en situaciones de amenaza. Y no sólo eso. Los autores apuntan a que la actividad neuromoduladora noradrenérgica promovía también una reorganización de recursos neuronales que ayudan al cerebro a lidiar con situaciones de estrés

De hecho, otra investigación, esta vez sobre estado de ánimo y preferencias a la hora de escoger un género u otro, demostró que las personas más nerviosas tendían al terror. "Cuando ves una película de terror, puedes cambiar la fuente de tu ansiedad", explica Coltan Scrivner, psicólogo y miembro del Instituto de Estudio de la Mente y la Biología de la Universidad de Chicago, en un pódcast de la Academia Americana de Psicología. Dicho de alguna manera, además de dar miedo, pueden ser hasta terapia para el cerebro.