El primer caso de ratones concebidos por dos machos mediante un óvulo creado con células masculinas, que fue implantado en una hembra hasta dar a luz a crías saludables y fértiles, ha sido presentado en la Tercera Cumbre Internacional sobre Edición Genética que se celebra en Londres. El estudio no ha sido publicado todavía, pero ha sido reseñado por la revista Nature.  

Aunque se trata de una técnica experimental sin aplicación por ahora en seres humanos, podría abrir la puerta a procedimientos que abarcar desde el tratamiento de formas de infertilidad a la posibilidad de crear embriones de un único padre. En 2018, investigadores usaron células madre embrionarias para generar dos tipos de crías, unas nacidas a partir de dos hembras y otras a partir de dos machos. En aquel ensayo, los ratones con dos madres sobrevivieron, pero los de dos padres no.

El equipo de Katsuhiko Hayashi, de la Universidad de Osaka (Japón), extrajo células de un animal macho y las reprogramó para crear células madre pluripotentes, que cultivaron en laboratorio hasta que perdieron espontáneamente el cromosoma Y. A continuación, las trataron con un compuesto denominado reversina que promueve la aparición de errores en la distribución de los cromosomas durante la división celular. Esto propició la aparición de células con dos copias del cromosoma XX, lo que implicaba que se habían vuelto genéticamente femeninas. 

A partir de ahí, los investigadores proporcionaron señales a las células madre pluripotentes que se habían vuelto cromosómicamente femeninas para que se desarrollaran en forma de óvulos inmaduros. A continuación, los fertilizaron con esperma del segundo ratón, y los transfirieron al útero de una hembra. La mortalidad fue muy elevada: de 630 embriones, solo siete de ellos culminaron en un parto viable. Pero estas siete crías supervivientes han crecido "normalmente" y se han transformado en adultos fértiles, ha explicado Hayashi.

Esta técnica no está disponible para la reproducción asistida humana, explica el biólogo, por las "grandes diferencias" entre el organismo del ratón y el humano. La prioridad del equipo pasa ahora por caracterizar genéticamente a estos cachorros nacidos de dos padres, para determinar las posibles diferencias con los de la camada convencional. También esperan comprobar si, a medida que crecen, se registran diferencias epigenéticas; es decir, que sus genes se expresen de manera diferente a la esperada por su gestación única. 

Otra de las preocupaciones para los investigadores antes de trasladar la técnica a los seres humanos es el tiempo durante el que las células deberían ser cultivadas en el laboratorio, debido a su ciclo más largo de maduración. "Si el periodo de cultivo debe alargarse, pueden aumentar las anormalidades tanto genéticas como epigenéticas", advertía Mitinori Saitou, de la Universidad de Kioto y colaborador en la investigación. "Cuanto más breve, mejor".

Aunque se trata de un enfoque "factible" en humanos, los investigadores recomiendan mejor la eficacia aumentando la cantidad de embriones que dan un resultado reproductivo positivo. Aunque esto podría suponer una mejora para las mujeres que sufren infertilidad por motivos congénitos como el síndrome de Turner, que hace que nazcan con una pareja incompleta de cromosomas X, los especialistas instan a priorizar la "precaución, seguridad y eficiencia" al desarrollar el proceso.