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¿Y si tu salud no dependiera tanto de los genes que heredas sino de lo que eliges comer cada día? Para María Berdasco, bióloga molecular, "algunos alimentos tienen la capacidad de modular la actividad genética". Un mensaje que tiene un fundamento científico. 

Tal y como señala la especialista, todo se basa en la epigenética, ciencia que demuestra que los factores del entorno pueden modificar la forma en que se expresan nuestros genes, sin cambiar su estructura. Es decir, aunque heredemos una determinada carga genética, no todo está escrito

La dieta, el sueño, el estrés o el ejercicio pueden actuar como interruptores que activan o silencian genes relacionados con enfermedades o la protección celular. 

Berdasco explica que compartimos el 99,9% de nuestro ADN con cualquier otro ser humano, y, sin embargo, las diferencias en nuestra salud pueden ser abismales. La razón es sencilla: el entorno y todo lo que hay dentro de él, en la que se encuentra la alimentación.

"La epigenética nos demuestra que el entorno y nuestras decisiones tienen un papel crucial en nuestra salud y bienestar", confiesa.

Para ilustrarlo, la bióloga molecular pone el ejemplo de los gemelos idénticos: comparten el mismo ADN, pero uno puede desarrollar diabetes y el otro no, simplemente por llevar estilos de vida distintos

Uno de los aspectos más potentes que revela Berdasco es que "algunos alimentos tienen la capacidad de modular la actividad genética". No solo nutren: influyen en qué genes se expresan y cuáles permanecen inactivos.

Los alimentos, un factor importante

Algunos compuestos presentes en alimentos como el brócoli, el aceite de oliva virgen extra, los frutos rojos o el té verde, contienen moléculas bioactivas capaces de intervenir en procesos inflamatorios, oxidativos y de reparación celular. 

Dicho de forma sencilla: lo que eliges poner en tu plato puede actuar a favor o en contra de tu salud a un nivel mucho más profundo de lo que solemos imaginar.

Por el contrario, una dieta rica en ultraprocesados, azúcares añadidos y grasas de mala calidad, puede alterar negativamente, favoreciendo desequilibrios metabólicos o inflamación crónica y favorecer ciertas enfermedades como la diabetes y ciertos tipos de cáncer, tal y como señala la Organización Mundial de la Salud (OMS).

La experta va más allá y apunta a un fenómeno aún más sorprendente: la herencia epigenética. Según Berdasco, el estilo de vida de una madre durante el embarazo puede condicional la salud futura del hijo, incluso a nivel genético. 

Frente a quienes creen que los genes lo determinan todo, Berdasco insiste en que la genética no es un destino. La alimentación también ofrece una herramienta muy poderosa para inclinar la balanza hacia el bienestar de la persona. "Aunque no podemos evitar envejecer, sí podemos modificar el proceso para mantenernos saludables durante más tiempo", explicó.