Para poder disfrutar de una larga longevidad es imprescindible una buena alimentación. Seguir una dieta equilibrada y saludable tiene muchos beneficios para el organismo, al que se aportan todos los nutrientes, minerales y proteínas para que se mantenga en perfecto estado.
La dieta mediterránea es muy popular por ser una de las mejores opciones que se pueden seguir, pues reúne la gran mayoría de los grupos de alimentos. Además de seguir este plan de alimentación, no está de más seguir las recomendaciones de los expertos en longevidad.
Uno de ellos es John Scharffenberg, un experto en nutrición formado en la Universidad de Harvard que, a sus 102 años de edad, tiene claro cómo alimentarse para seguir manteniéndose en perfecto estado de salud una vez superado el siglo de vida.
En una entrevista para Viva Longevity! confesó que sigue una dieta en la que los vegetales son los grandes protagonistas, al mismo tiempo que indicó que la carne roja es un alimento con hierro hemo, un tipo que está presente en los productos de origen animal.
Los peligros de la carne roja y los pescados
En su entrevista, Scharffenberg quiso destacar que la carne roja "tiene hierro hemo y eso aumenta el riesgo de cáncer". Esta clase de hierro, que se encuentra en los alimentos de origen animal, como también son los pescados, se absorbe más rápido en el organismo que el no hemo.
El médico de 102 años señala que, en su opinión, ninguna carne es segura por esta clase de hierro, y que, aunque algunos médicos aprueban la carne si es magra, "no deberían hacerlo". La razón es que ese hierro se absorbe más rápido y considera que no es bueno para la salud.
Sobre los pescados tiene la misma opinión, y es que, si falta hierro, no recomienda consumirlo, ya que "aumenta el riesgo de cáncer de colon, diabetes y ataques al corazón", señala el experto en nutrición, que considera que una de las claves de la longevidad es consumir vegetales.
En su caso, ha sido vegetariano toda su vida, estando totalmente convencido de que ayuda a reducir el riesgo de sufrir enfermedades. Además, diferentes estudios respaldan su opinión con respecto a la relación entre la carne roja con enfermedades como el cáncer.
¿Por qué la carne roja es peor?
Se considera que son carnes rojas aquellas que poseen una elevada cantidad de mioglobina, una proteína que contiene hierro y que en el músculo fija el oxígeno que le transfiere la hemoglobina de la sangre.
El hecho de que una carne tenga una mayor o menor cantidad de mioglobina hará que su tono sea más o menos intenso, y que su contenido de hierro hemo también sea más elevado. No obstante, este pigmento no determina que tengan más o menos contenido graso ni su calidad.
De hecho, tanto una carne roja como una blanca pueden tener un alto contenido en grasa. También hay carne roja magra que, pese a estar clasificadas como tal, tiene poca grasa y también tienen altas cantidades de mioglobina y, por tanto, de hierro.
Desde hace tiempo se sabe que consumir mucha carne roja es perjudicial, pero una nueva investigación demuestra que incluso una pequeña cantidad de ella puede provocar, entre otras cosas, que aumente el riesgo de diabetes tipo 2.
La Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) fija como cantidad recomendada dos raciones de carne roja a la semana, pero incluso reducir su ingesta de esta manera podría tener consecuencias importantes sobre nuestra salud.
Es por ello por lo que, tras el último estudio que lo desaconseja, cada vez son más los expertos en nutrición que aseguran que no se debería comer nada de carne roja o, como mucho, porciones pequeñas una vez por semana.
Además de incrementar el riesgo de padecer diabetes tipo 2, la evidencia científica sostiene la relación existente entre el consumo de carne roja y procesada con el cáncer. Un consumo elevado de carne roja aumenta el riesgo de cáncer colorrectal o colon, pulmón y páncreas.
El Fondo Mundial de la Investigación del Cáncer clasificó en el año 2018 con una fuerte evidencia el consumo de carne roja y el cáncer colorrectal. En el resto de tipos de cáncer se clasifican como posibles factores de riesgo, aunque con una evidencia limitada.
Esto quiere decir que aún hay que continuar investigando para poder llegar a conclusiones al respecto. En los últimos años, también se evalúa la relación que puede tener su consumo con la aparición de otros tipos de cáncer como el de mama.
Uno de los aspectos a tener en cuenta con respecto a estos estudios es que aquellos que consumen grandes cantidades de carne roja tienden a consumir menos pescado, aves, frutas y verduras, por lo que también puede afectarles el reducir la ingesta de otros alimentos más sanos.
¿Hay que eliminar la carne roja?
Mientras que cada vez más expertos recomiendan evitar por completo la carne roja de la dieta, otros son más benévolos con ella, y aseguran que no es necesario eliminarla por completo, aunque sí limitar su consumo.
En este sentido, aconsejan que se consuman menos de 350-500 gramos a la semana, dependiendo del corte de la carne, el método de cocinado, etcétera. Además, supondría consumir menos de tres raciones semanales de carne roja.