En los últimos años, las redes sociales se han convertido en una poderosa herramienta para divulgar información de todo tipo, sobre todo de salud. Cada vez más profesionales sanitarios en España utilizan plataformas como TikTok o Instagram para compartir casos reales, consejos y curiosidades médicas que, hasta hace poco, solo se conocían entre bata y fonendoscopio.
Una de las divulgadoras más populares es Elena, farmacéutica y creadora de contenido a través de su perfil en redes sociales @inFARMArte. En uno de sus vídeos más virales, muestra el caso de un paciente que padece una forma extrema de gota, una enfermedad que muchos creen cosa del pasado, pero que puede tener consecuencias devastadoras si no se trata.
"Esto es lo más impresionante que he visto hasta ahora en la farmacia", confiesa mientras explica el estado de un anciano que lleva más de 20 años arrastrando esta dolencia. La enfermedad ha provocado en él la aparición de tofos gotosos, unas masas duras y dolorosas formadas por cristales de ácido úrico que se acumulan en las articulaciones, tendones y tejidos blandos.
En qué consisten los tofos gotosos
Se tratan de depósitos de ácido úrico que son llamativos a la vista humana y que aparecen cuando la gota no se trata correctamente durante años. Al mantener niveles altos de ácido úrico en sangre, este comienza a cristalizar y a instalarse en distintas partes del cuerpo.
Este exceso puede deberse a diversos factores como una dieta rica en carnes rojas, mariscos o alcohol, problemas en la eliminación del ácido úrico por los riñones o enfermedades metabólicas o renales, e incluso, en factores genéticos.
Con el paso del tiempo, los cristales se acumulan y el cuerpo los rodea con tejido inflamatorio, formando tofos duros, visibles y muy molestos.
En el caso del paciente de Elena, los tofos no solo afectan los dedos de los pies y los codos, sino que han invadido sus manos casi por completo. La farmacéutica explica que el hombre ya apenas puede usarlas, y que los tofos a menudo se le revientan, lo que obliga a extraerlos manualmente con el riesgo de infección.
"Cada poco se le revientan y hay que extraérselos con el riesgo de que se le infecten las heridas. Son muy dolorosos e incapacitantes", cuenta. También tiene afectados los dedos de los pies, las rodillas y los codos, lo que convierte su día a día en un reto constante.
Tal y como confiesa Elena, esta enfermedad no debe subestimarse. Si no se actúa a tiempo, puede evolucionar hacia formas crónicas como la de su cliente, generando un sufrimiento constante y pérdida de movilidad.
Es por ello que resulta muy importante controlar los niveles de ácido úrico con análisis regulares, seguir el tratamiento prescrito por un profesional de la salud aunque no haya dolor, hacer cambios en la alimentación y el estilo de vida, así como consultar al médico ante cualquier síntoma inusual.