La Junta de Castilla y León ha decretado hoy el cierre del interior de la hostelería en 21 municipios de la Comunidad, en concreto, aquellos que superan los 150 casos por 100.000 habitantes a los 14 días. Una decisión amparada por el acuerdo aprobado en el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud para la contención de contagios de la COVID-19.

De estos municipios, tres de ellos alcanzan una incidencia acumulada preocupante como son Riaza (2.503 IA); Cervera de Pisuerga (1.934) y Pola de Gordón (1.153).  En esos lugares con altas tasas de contagio y con menos de 5.000 habitantes, además de las restricciones anunciadas hoy se harán esfuerzos con cribados asistenciales para detectar a los casos asintomáticos y evitar la transmisión, como ha señalado la consejera de Sanidad, Verónica Casado, en su comparecencia tras el Consejo de Gobierno extraordinario.

La situación epidemiológica está cambiando, están empezando a crecer los contagios, ha reconocido Casado, y se vislumbran ya los efectos de la semana previa a Semana Santa, por lo que ha hecho un llamamiento a la cautela para contener los casos y evitar las fatales consecuencias de la tercera ola.

Preguntado en la rueda de prensa sobre por qué no se tomaron la semana pasada estas medidas anunciadas hoy, el vicepresidente de la Junta, Francisco Igea, ha incidido en que el 26 de marzo se adoptó este acuerdo en el Consejo Interterritorial y el 31 se tomó la decisión. Además, apuntó que “se nos ha dicho que no conviene tomar medidas de hoy para mañana porque se causa un perjuicio innecesario”.

Igea ha añadido que en ese momento los indicadores asistenciales y sanitarios estaban por debajo de la medida nacional, lamentando que cuando toman medidas “se critica la precipitación y cuando no la tardanza… así llevamos un año…”, según Igea. 

Por su parte, Verónica Casado ha explicado que los datos que tenemos son los de "ahora", y que es difícil tomar decisiones, porque hay que conjugar y tener en cuenta muchos elementos. No obstante, en estos días comprobaremos si la movilidad de la Semana Santa se traduce en un aumento de casos controlado, mientras desde la Junta se espera una ola de una "envergadura pequeña", apostilló Casado.