La grave situación de Nivel 4 -riesgo extremo- en la que se encuentra Castilla y León debido a la elevada incidencia del COVID plantean unas navidades inciertas en las que resulta prácticamente imposible hacer previsiones de ningún tipo. A pesar de que la mortalidad y la ocupación de las UCIS crece día a día, la Consejería de Navidad apunta una tímida tendencia a la mejoría y la desaceleración de los contagios tras las últimas medidas impuestas, si bien la inercia del fuerte crecimiento de las últimas semanas auguran, como ya han indicado responsables hospitalarios, al menos dos semanas "muy, muy difíciles".

En la rueda de prensa ofrecida hoy por Verónica Casado, preguntada por Noticiascyl, la consejera de Sanidad no se ha atrevido a predecir un escenario previsible para las fechas más familiares, y ha remitido al documento con el Semáforo que establece los distintos niveles de riesgo. "A medida que revirtamos la sitaución, veremos si podemos pasar a un nivel de alerta 3, 2 ó 1", un documento que, ha asegurado, se va a utilizar no solo para imponer medidas restrictivas sino también para una nueva desescalada. "Ahora estamos en nivel de alerta extrema, en nivel 4", ha recordado, "estamos iniciando la desaceleración pero hacer previsiones es muy complejo". Mientras, las UCIS se ven abocadas a una ocupación altísima, a la par que crece el número de hospitalizaciones también en planta.