Castilla y León

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Sociedad

Un gimnasio de barrio sin prejuicios machistas ni cuerpos 'croissant'

19 julio, 2021 10:02

Una pequeña bichón maltés, engalanada con su pinza rosa para que el flequillo no le impida la visión recibe a El Español-Noticias Castilla y León en su templo, en el ‘Gimnasio 60 Minutos’ en la antigua zona de copas de ‘El cuadro’. En realidad, el gimnasio lo regenta su dueña, Montserrat Pinilla, de 53 años, pero, al traspasar sus puertas, da la sensación de que el can dirige el centro deportivo, desde su alta y acolchada atalaya que le sirve para vigilar que las máquinas, mancuernas y pesos se muevan en armonía. Montse, por su parte, limpia y desinfecta el suelo y la instalación por completo cada poco tiempo, desde que abre al público, a las 7:30 de la mañana, hasta que echa el cierre catorce horas después, a las 21:30 horas.

“Mis títulos hablan por sí solos”, destaca Montse al señalar que los clientes nunca han visto con recelo, desde que abrió su negocio hace once años, que estuviera regentado por una mujer, es más, “agradecen una mayor diversidad”. Sin embargo, señala que sus propios “compañeros, gerentes de otros gimnasios, en este campo que ha sido siempre muy machista”, tardaron un tiempo en eliminar los prejuicios hasta que, en cuestión de meses “comenzó a ir todo más rodado, porque los buenos profesionales aceptan a los buenos profesionales”.

Pinilla entiende la “cultura del fitness como un elemento necesario para la buena salud, no como una vía para conseguir cuerpos masivos e insanos, cuerpos ‘croissant’”. El estigma de la lejana década de los años 80 “ha pasado, casi por completo, a mejor vida”, según elogia la regente de este “gimnasio de barrio” sobre el compromiso de la ciudadanía con los hábitos saludables. A su vez, estima que la dieta mediterránea, tan elogiada y reconocida por oriundos como por foráneos, “ha cambiado” y ya no sólo trata de una ingesta variada de alimentos con productos frescos, sino que ha añadido “el deporte y la actividad física, desde los más jóvenes hasta personas jubiladas de mayor edad”.

También ha dado un giro radical el propio concepto del ‘gimnasio’. Tal y como valora Montse, los centros de fitness ya no los regentan “campeones de ‘x’ o ‘y’ campeonato”, personas que preparaban a sus clientes para “obtener un resultado igual al suyo y que tuviera como único fin el de la competición, no el de la vida sana”. A día de hoy, “por suerte, lo que prolifera son los centros deportivos, integrales, saludables, donde se puede, también, nadar, relajarse en la piscina de hidromasaje y correr”, destaca.

Montse exhala profundamente al entrar a valorar, no sin muestras de hastío y cansancio, un tema muy en boga como es el del consumo cárnico: “tanto la carne como el pescado, que son salud en forma de proteína, y de primera calidad, como la que abunda en España, son mis números uno”.

Por otra parte, estima necesaria la reclamación de la Federación Nacional de Empresarios de Instalaciones Deportivas (FNEID) al Gobierno de “ayudas reales” para paliar el azote económico que ha supuesto la pandemia al sector. Es reseñable que, según comunicaba la propia agrupación de empresarios durante su asamblea general ordinaria y extraordinaria que se celebró el pasado jueves, 15 de julio, no encuentran el sentido de tributar al 21% a las arcas públicas mientras se realiza una actividad esencial que mejora la salud de las personas. “No sólo lidiamos con un afán confiscatorio por parte del Estado a través de la tributación sino que, además, hemos visto aumentada la cuota de autónomos, y la factura de la luz”, lamenta Montse. Bien es cierto que se siente “afortunada” de ser plenamente independiente, “sin la necesidad de contratar a nadie y poder afrontar estos gastos con esfuerzo, pero no tanto como el de los ‘macrogimnasios’, que cuentan con ‘macroplantillas’ y ‘macroinstalaciones’".

La licenciada en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte asegura que “la salud mental es tan importante en la vida de una persona como lo es la física, y aquí los gimnasios también juegan un papel trascendental”. Tanto es así que se le quiebra el habla al compartir, sobrecogida, cómo “una compañera, que regentaba un centro de yoga, puso fin a su vida” tras meses y meses de incertidumbre laboral. “Esta pandemia nos ha venido grande”, sentencia mientras pasa la escoba sobre el suelo de ‘su templo’ y vuelve a peinar a Iris, que será muy pequeña, pero es un terremoto.