Con motivo de la celebración el 2 de junio del Día Mundial de Acción por los Trastornos de Conducta Alimentaria (TCA), la Asociación Castellanoleonesa de Ayuda a Familiares y Enfermos de Bulimia y Anorexia (Aclafeba) ha lanzado una campaña para alertar de la vulnerabilidad de estos enfermos en tiempos de pandemia y concienciar sobre la dificultad e importancia del diagnóstico precoz.

En un comunicado remitido a Europa Press, la asociación recuerda que los TCA se caracterizan por una alteración persistente de la conducta alimentaria que impacta negativamente sobre la salud y las capacidades psicosociales de quien lo padece, afectando también en el entorno familiar y social.

Pueden adquirir un curso clínico de carácter crónico e incapacitante que conlleva que sean enfermedades graves. Quienes lo padecen adoptan conductas de alimentación inadecuadas, ejercen un control patológico del peso y, con ello, buscan calmar su ansiedad.

Como insiste Aclafeba, se trata de un problema de salud mental, pero el diagnóstico "no es más que la punta del iceberg de los factores desencadenantes que hay que tratar" y que son biológicos, psicológicos, la presión social o el perfeccionismo.

Según el análisis de la experiencia vivida durante el último año con la COVID-19 en Aclafeba, las personas con TCA incipiente o ya diagnosticado tienen, en tiempos de pandemia, mayor vulnerabilidad debido al malestar propio de la situación pandémica, tales como el aislamiento, la incertidumbre, el miedo y la insistente promoción de la importancia de la salud física.

De igual manera la saturación sanitaria "ha impedido a estos pacientes un acceso adecuado a la asistencia sanitaria", ya de por sí "poco preparada para este tipo de enfermos".

Con una campaña en medios de comunicación, redes sociales a través de Instagram, Facebook y con mesas informativas, Aclafeba dará información sobre qué es un TCA y explicará la labor y servicios que ofrece para atender a los afectados y a sus familiares.