La pandemia del coronavirus deja escenas inéditas a lo largo y ancho de la geografía española, imágenes nunca vistas -ni imaginadas- que esconden tras de sí historias de lucha por la vida, la supervivencia y el enemigo de la soledad. Tras el empeoramiento de la segunda ola del COVID y el cierre de las residencias de personas mayores y con discapacidad a cal y canto para dejar fuera de sus paredes al enemigo invisible, escenas como la de la imagen, en Salamanca, ya no son extrañas. Familiares de ancianos que, tímidamente asomados a una ventana, mantienen el contacto con sus seres queridos. El cariño prevalece sobre las barreras físicas, hoy más que nunca.