Bomberos forestales sofocando un incendio

Bomberos forestales sofocando un incendio José Vicente ICAL

Zamora

“Esto no es un decorado”: vecinos de Sanabria denuncian el turismo del fuego tras los incendios

Tras los devastadores incendios, la comarca pide respeto y rechaza la llegada de curiosos que fotografían las ruinas como si fueran una atracción turística.

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Los incendios que han arrasado la comarca de Sanabria han dejado tras de sí un paisaje irreconocible.

Montañas ennegrecidas, árboles calcinados y pueblos rodeados de ceniza forman ahora un escenario de desolación que, para quienes lo han vivido, no es una postal ni un recuerdo pasajero: es la herida abierta de haberlo perdido todo.

En medio de este dolor, ha surgido un nuevo motivo de indignación.

Los vecinos de Ribadelago Viejo, uno de los lugares castigados por el fuego, denuncian la llegada constante de coches y curiosos que suben hasta la zona solo para fotografiar las ruinas y grabar vídeos que luego circulan por redes sociales.

“Parece un circo. Esto no es un decorado, es la vida de la gente que ha perdido todo”, lamentan.

La rabia se mezcla con la impotencia. Para quienes han visto cómo ardían sus montes, sus casas y su entorno, les resulta incomprensible que se convierta en espectáculo lo que debería ser duelo.

El testimonio refleja el sentimiento de que la tragedia se minimiza cuando se convierte en contenido para la curiosidad ajena.

“Quien ha vivido aquí lo último que necesita es ver a desconocidos paseando para retratar nuestras ruinas”

El dolor que no se enseña en redes

Los mensajes que circulan desde la comarca ponen el acento en la falta de empatía.

“Ahora lo que hace falta es respeto y apoyo, no fotos ni curiosidad. Que dejen de subir a mirar, porque detrás de cada casa en ruinas y cada árbol calcinado hay una historia, una familia y un dolor que no se enseña en redes sociales”, expresan.

Sanabria afronta, en adelante, un futuro incierto tras este desastre. La magnitud de lo perdido, hectáreas de bosque, fauna, patrimonio natural y proyectos de vida, obliga a pensar en la reconstrucción, pero antes está ese derecho de duelo de quienes han visto cómo las llamas lo devoraban todo.

Ahora, la denuncia en redes sociales, busca frenar la banalización de la tragedia y recordar que lo que se ha quemado es, además del paisaje, también memoria, la identidad de un pueblo y la esperanza de muchas familias.