Decía Virgilio en la Eneida que la fortuna favorece a los audaces. Y si este proverbio latino tiene algo de verdad, Lucía Gonzalo gozará de muy buena fortuna. Esta joven de 25 años, nacida en Logroño, pero llegada a Zamora con solo seis años, ha elegido una profesión que necesita grandes toneladas de valentía, y parece que ella las tiene. Aparte de una dulce voz y un saber encandilar al público, esta cantante y compositora se ha atrevido a versionar el considerado como himno oficioso de la provincia, nada menos que el Bolero de Algodre. 

Y lo hace con guitarra eléctrica, a su manera, como todo lo que Lucía hace. Su repertorio goza de gran variedad de estilos y piruetas musicales. Le gusta jugar con las versiones, hacerlas suyas, transformar y crear algo nuevo. Lucía Gonzalo no solo ha indagado en el folclore zamorano para su música, sino que también ha tomado la poesía zamorana para ponerle música. Versos de Claudio Rodríguez, León Felipe, Waldo Santos o Luis Ramos han pasado ya por su voz y su guitarra, en preciosas y personales canciones. 

Se atreve con el fado, folk, jazz o la bossa nova; porque sí, también canta en portugués, y lo hace tan bien, que junto al compositor toresano David Rivas, se alzaba con el premio de platino en los LIT Talent Awards, por el tema Tardes de licor. Tanto en ese tema, como para todo lo que hace, Lucía busca en sus propias entrañas para sacar todo el sentimentalismo y pasión que le nace y que contagia. 

Zamora, su impulso y su musa

Lucía comenzó su andadura con tan solo siete años en la Escuela de Música de Zamora. Durante cuatro años se formó en guitarra clásica, si bien, aparcó los acordes más tarde porque también se dedicaba al tenis en competiciones oficiales. Pero "con 15 o 16 años redescubrí la guitarra eléctrica", cuenta la cantante. Y como buena milenial, lo hizo valiéndose de vídeos de YouTube, con los que aprendió a tocar acordes, y comenzó a cantar. Así que, para recibir una formación más completa, acudió a la antigua escuela Do Mayor (ahora Musikea), para dar clases de canto con Héctor y guitarra eléctrica con Rubén.

Tras sus primeros pinitos en las actuaciones de final de curso en el IES Río Duero, Lucía Gonzalo encuentra su primera oportunidad profesional en el Festival Vete al fresco, promovido por el Ayuntamiento de Zamora, y que permite a los artistas locales actuar en las terrazas de varios bares de la capital. Su primera actuación fue en el desaparecido Bar Fariza, en Pinilla, donde repetiría un par de veces más. Y, a partir de ahí, el talento de Lucía y el boca a boca hicieron el resto. "Fui encontrando a gente por el camino, monté un espectáculo con la bailaría Eva Peña; también colaboré con Luis Ramos; y, de repente, todo estaba muy hilado y fui metiendo la cabeza en cosas", explica. 

De hecho, uno de los eventos de los que reconoce estar más orgullosa de haber participado es en el homenaje a Joaquín Díaz, en 2017. Una noche que reunió a un plantel de lujo de la escena musical zamorana, y donde Lucía interpretó la canción sanabresa Dime ramo verde, abriendo, además, el concierto. Y es que no cabe duda que Zamora la inspira. Por lo que no es de extrañar que una de sus primeras canciones originales esté dedicada a una olvidada Zamora, en el tema Amapola blanca. 

Con todos estos mimbres de versatilidad, amor por la tierra, dulzura, trabajo y talento, es lógico que, en muchas ocasiones, se piense en ella para poner la nota musical en eventos especiales de la provincia. Así, Lucía Gonzalo hizo parar durante unos minutos la vorágine quesera que fue la Feria Internacional Fromago, cuando en su inauguración interpretó precisamente su Amapola blanca y el Bolero de Algrode. Damos fe de que, durante su presentación, los asistentes se quedaron obnubilados por la interpretación de Lucía, que provocó un sonoro aplauso tras su actuación.

Pero este no ha sido el único evento de la joven. También puso voz a la campaña navideña El Mercado suena, para amenizar las compras en el Mercado de Abastos de Zamora en 2019; igualmente enamoró a los presentes con su interpretación de Lucía de Joan Manuel Serrat, durante la celebración del Día de la Mujer en Moraleja del Vino (2020), organizado por la Diputación Provincial; y también cantó, esta vez en portugués, durante la Feria Hispanolusa de la Industria Musical de Zamora. "Creo que la gente sabe que tengo un amplio abanico de temas, que hago las canciones a mi estilo pero muy variadas, y puedo defender cai cualquier cosa; pero aún así, es curioso que me llamen y que confíen en mí para estas cosas", se sorprende la joven artista. 

Y, como no, Lucía Gonzalo tiene un lugar muy especial en su corazón para La Cueva del Jazz. A nadie se le escapa que la sala de conciertos zamorana es, en muchos casos, una de las primeras oportunidades para los músicos zamoranos de subirse a un escenario profesional. "Todos los músicos de Zamora nos acordamos de la primera vez que tocamos en La Cueva, no se olvida, hasta mi padre se acuerda de mi primera vez, porque me acompañó en el escenario", relata Lucía. La joven cree que la gerencia de la sala, la familia Sotelo, "da un grandísimo apoyo a la cultura de la ciudad, y se agradece mucho que de apoyo a los grupos locales, que es lo que creo que hay que centrarse". 

El Bolero de Algodre

"Yo no nací en Zamora, llegué con seis años desde Logroño, pero cuando escuché el Bolero de Algodre por primera vez sentí que me llegaba, que quería aprender a tocarla, saber de donde venía, y me animó a conocer más del folclore de Zamora". Así cuenta Lucía Gonzalo su primer contacto con uno de los mayores exponentes de la tradición musical zamorana. 

Sobre su original versión a guitarra eléctrica de este tema, Lucía Gonzalo defiende que "vivimos en una época de continuo cambio, y más en la música". Unos años en los que está permitido fusionar el pop con el soul, o el flamenco con la electrónica o el reggaeton (y sino que se lo digan a Rosalía). La joven compositora se pregunta "¿dónde está el problema de coger una canción popular como esta y evolucionarla, tocarla con instrumentos más eléctricos?". Para Lucía, una versión como esta contribuye a que "perdure en el tiempo" y da pie a "innovar e investigar" sobre sus orígenes y sobre la contribución de grandes artistas de la provincia.

En Zamora se suele tener la mala costumbre de minusvalorar lo que somos y lo que tenemos, pero desde los ojos de una zamorana de adopción, "veo Zamora de otra manera. Tiene muchísima cultura y tradición, a los que creo que hay que sacarle el jugo y enseñarla como se merece". Y ahí está ella, entonando el Bolero de Algodre en la capital de España cuando tiene ocasión.

Y es que, aunque con contacto y presencia continua en Zamora, Lucía Gonzalo, como tantos otros, ha tenido que hacer las maletas para Madrid. La joven ha estudiado cuatro años de Musicología, para aprender "sobre géneros que yo no controlaba", y así desarrollar aún más ese talento para transformar las canciones. Y también, acaba de comenzar Producción Musical, con vistas a empezar a componer, porque cree que "mi estilo es muy personal y especial y necesito guiarme y saber cómo grabar mi música". Unos primeros pasos hacia un trabajo propio que está desarrollando con Edu Jerez, y para el que está contando con músicos de Zamora, Salamanca y Madrid. 

Pero mientras esto llega, Lucía Gonzalo acaba de lanzar su primer videoclip, creado por la Escuela de Artes TAI de Madrid, con una versión del poema de Waldo Santos, Alaciante, al que ha puesto voz y música original. Además, pronto volverá a subirse a un escenario, durante la Gala de Fin de Año de Capitonis Durii, en el Teatro Ramos Carrión. Y también, el próximo 2 de noviembre, durante la Feria de la música Trovam! en Castellón.