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Una ermita provoca la guerra campal entre el ayuntamiento y la parroquia de este pueblo de Zamora

El Ayuntamiento de Corrales del Vino ha decidido suprimir su representación institucional en los actos religiosos organizados por la parroquia, así como su intención de no incluir ningún acto religioso en las programaciones culturales y festivas de la localidad, al enterarse de que la parroquia había registrado a su nombre la ermita de Nuestra Señora de las Angustias

9 septiembre, 2021 14:24

La titularidad de la ermita de Nuestra Señora de las Angustias ha desatado la 'guerra' entre el Ayuntamiento de Corrales del Vino y la Diócesis de Zamora. A tanto ha llegado la pelea entre gobierno local e iglesia, que el Consistorio ha decidido suprimir su representación institucional en los actos religiosos organizados por la parroquia, así como su intención de no incluir ningún acto religioso en las programaciones culturales y festivas de la localidad. Y el motivo del enfado no es otro que el registro de propiedad por parte de la Diócesis de Zamora de esta parroquia en 2015. Un hecho que el Ayuntamiento ha conocido tras la publicación del listado de bienes inmatriculados por la Iglesia entre 1998 y 2015.

El Ayuntamiento de Corrales del Vino ha mostrado su descontento por el movimiento de la Iglesia, ya que asegura que el encargado del mantenimiento y gastos de la parroquia es el propio Consistorio. Por su parte, la Diócesis de Zamora ha enviado un comunicado para defender que en base a los derechos constitucionales y al artículo segundo, punto 2 de la Ley de Libertad Religiosa, la Iglesia puede establecer lugares de culto con fines religiosos tal y como viene haciéndose en Corrales del Vino desde tiempo inmemorial, al servicio del pueblo de Dios y de la sociedad en general.

La Diócesis asegura que inmatriculó, por el procedimiento de la certificación administrativa del art. 206 LH, aquellas propiedades susceptibles de pertenecer a esta, "en el estricto cumplimiento de la ley, el Real Decreto 1867/1998 permitió que se inscribieran en el Registro los templos católicos". Y defiende que la inscripción de estos bienes en el Registro de la Propiedad "no responde a un privilegio" de la Iglesia Católica, sino a un procedimiento administrativo que solucionó el problema de la inscripción de las fincas carentes de título de dominio.

El caso de la ermita de Corrales del Vino responde para la Diócesis a un procedimiento ordinario conforme a la legalidad anteriormente citada, siendo que el Obispado actuó en tiempo y forma para el reconocimiento de la titularidad del inmueble. Relatan que la propietaria original de la ermita fue la Cofradía de la Santa Cruz que, una vez extinguida, por su condición de asociación de fieles sujeta al Derecho Canónico, "transfiere sus bienes a la entidad eclesiástica superior de la que forma parte, en este caso a la parroquia de Corrales del Vino".

Por otro lado detallan que la ermita de Nuestra Señora de las Angustias es un bien cultural por su valor histórico y artístico que se integra en el patrimonio de la localidad de Corrales del Vino. "Por esta condición y, de acuerdo con la práctica habitual de mantenimiento del patrimonio, las administraciones públicas colaboran con los propietarios de estos bienes en la conservación y recuperación de los mismos, incluso mediante la concesión de ayudas de tipo económico, como la otorgada por el programa Arquimilenios de la Junta de Castilla y León para la recuperación y mantenimiento de este templo", aseguran.

También justifican que la ermita pertenece a la comunidad de fieles cristianos de Corrales del Vino y está al servicio del conjunto de la sociedad, "siendo la Iglesia simplemente la administradora de este bien. Por tanto, no solo es un templo para los católicos, sino para todos aquellos que quieran admirar su valor cultural". 

Por todo lo anterior y en base a la sentencia emitida el 14 de abril de 2021 por el Juzgado de 1ª instancia nº 3 de Zamora, en la que se declara que la Parroquia de Santa María Magdalena de Corrales del Vino es la propietaria de la ermita. Y es por esto que desde la Diócesis muestran su "perplejidad" en la reacción del Ayuntamiento de Corrales del Vino, y piden que "no alimenten polémicas que podrían generar división entre los vecinos de Corrales del Vino y la parroquia de esta localidad".