Iván Alejo, futbolista del Real Valladolid, en la entrevista con EL ESPAÑOL de Castilla y León
Iván Alejo y su sueño cumplido de volver a Valladolid: "En el mundo del fútbol se ha creado una imagen mía que no es real"
El pucelano está feliz de jugar en el Real Valladolid y tiene claro que el equipo cuenta con “cuerpo técnico, afición, y plantilla para ascender”.
Más información: El pulso contra el cáncer de Alberto, médico del Pucela: "Pasé mi aniversario de boda y la Navidad en el hospital"
Iván Alejo Peralta (Valladolid, 30 años) ha vuelto a casa. Seguramente, en el mundo del fútbol actual, no hubiera futbolista que más deseara vestir la camisola blanquivioleta que él. Así lo desprende en esta entrevista con EL ESPAÑOL de Castilla y León. Eso, y el amor hacia el club.
“He podido jugar en Primera con otros equipos que no con el Pucela. No me quiero retirar sin hacerlo con el Real Valladolid. Es lo más bonito que le puede pasar a un jugador, más de la casa”, confiesa con emoción.
El, ahora lateral diestro del Pucela, está convencido del ascenso. No se corta en decirlo. Es una de esas personas de corazón caliente, de los que no deja indiferente a nadie, pero de los que disfruta también con las cosas sencillas de la vida, las que son las más importantes.
Su vuelta a casa hace que pueda dar un paseo con Nara, su perra. Disfrutar más de sus amigos del barrio de Parquesol y también de su familia o pasar una velada en el cine con su novia.
“Son cosas que cuando no las tienes, las valoras más. Con tanto tiempo fuera trato de hacerlo”, confiesa nuestro entrevistado tras lograr volver a casa.
Ojalá consiga su otro sueño, y veamos al Pucela el año que viene en la máxima categoría del balompié nacional.
P.- ¿Quién es Iván Alejo? ¿Cómo se define?
R.- Soy una persona muy de mi gente, de mis amigos. En el mundo del fútbol se ha creado una imagen mía que no es real. Dentro del campo soy una persona muy competitiva, no me gusta perder a nada. La gente que me conoce fuera de un estadio sabe que soy cariñoso y alegre. Siempre hago bromas, a veces de más. Tengo un círculo pequeño de personas, pero es muy fiel. Trato de darles todo. Lo mío es suyo.
P.- ¿Y entre sus defectos cuál está?
R.- Soy un poco cabezón. Tengo mal perder. Ese pronto que tengo en el césped también lo tengo en la vida y me ha provocado alguna mala pasada. Con el tiempo uno trata de ir corrigiéndolo para que le cause los menos disgustos posibles.
P.- Vallisoletano de pro, ¿Cómo recuerda su infancia?
R.- Desde pequeño empecé jugando en el Parquesol. Rápidamente recuerdo que hice las pruebas del Real Valladolid. Estaba Chema Abril que es mi mentor desde pequeño. Jugué dos minutos. Hice una jugada y pensé que no me iban a coger, pero mis padres sabían que me habían seleccionado. Fue un momento muy feliz.
P.- Desde pequeño en Los Anexos.
R.- Crecí en Los Anexos. Desde pequeño me saltaba las clases para ver entrenar al primer equipo. Eso no está bien, no es algo de lo que me sienta orgulloso, pero siempre he sido muy fan del Real Valladolid. Mi vida ha girado en torno al fútbol. El fútbol, Parquesol, mis amigos, mi familia… Todas son partes fundamentales que sigo manteniendo hoy en día.
P.- ¿Era tan movido de pequeño como ahora en el campo?
R.- Sí. Siempre he sido muy revoltoso y he tenido esa picardía dentro y fuera del campo. He sido un poco travieso. Somos tres hermanos y he sido el que hacía más trastadas y el que daba disgustos a mis padres con tonterías. Mi manera de ser fuera del campo se ha trasladado a sobre el césped. A veces me puede un poco la boca. Intento, cada vez, que sea menos, porque va en perjuicio del equipo también.
Iván Alejo, futbolista del Real Valladolid
P.- Enganchado al mundo del fútbol desde pequeño.
R.- Sí, y hasta ahora. Soy de esos jugadores que ven todos los partidos el fin de semana. Pienso que parte de nuestro trabajo es ese, saber quién es tu rival o a qué lateral te vas a enfrentar. Me gusta estar informado de todo. También, porque pienso que cuando acabe mi faceta como jugador estoy capacitado para seguir dentro del mundo del fútbol. Me gusta mucho la dirección deportiva. Le pregunto constantemente a Víctor Orta. Tenemos un equipo muy preparado. La carrera del futbolista es muy corta y me gustaría seguir ligado a este mundo cuando cuelgue las botas.
P.- ¿Cuántos años tiene cuando llega el Atlético de Madrid a por usted?
R.- 15. Me fui con una sensación agridulce. Los que me conocen saben que nunca me quise ir del Real Valladolid. Diferentes circunstancias, ajenas a mí, hicieron que me tuviera que marchar. Llegué a un gran club como es el Atlético de Madrid y crecí mucho. Es muy grande y tuve la suerte de estar con el primer equipo durante dos pretemporadas. Aprendí cosas que a lo largo de mi carrera me han servido mucho.
P.- Póngame algún ejemplo.
R.- Ahora tenemos mucha gente joven en el equipo. Trato de hacerles ver cómo era el fútbol en aquella época. Creo que se ha perdido un poco el respeto al veterano que antes se tenía. No lo digo por los jugadores de aquí que son maravillosos y tratan de aprender un montón. Es muy importante respetar al veterano. No se valora lo suficiente lo complicado que es llegar a un primer equipo. Es muy difícil. Estar en el primer equipo de tu ciudad es lo mejor del mundo. Les digo que lo disfruten.
P.- Atlético de Madrid, Villarreal, Alcorcón, Eibar, Getafe, Málaga, Cádiz, Chipre… ¿Dónde ha sido más feliz?
R.- En Cádiz. Venía de un momento malo en Getafe donde pagaron un traspaso alto por mí y no cumplí con las expectativas. Fue mi culpa. Llegué en un momento complicado y me encontré con el presidente del Cádiz que es Manuel Vizcaíno. Supo entenderme, cuidarme y darme cariño cuando lo necesitaba. También me metía caña cuando debía. A día de hoy, es mi padre deportivo, amigo, y el día que me case estará en la boda. Es el equipo en el que más feliz he sido.
P.- ¿Allí cree que dio su mejor versión, futbolísticamente hablando?
R.- Sí. Me encontré con Álvaro Cervera de entrenador, con el que no acabé de la mejor manera porque esto es fútbol, pero me acuerdo mucho de Sergio González que me cuidó, me mimó, apretó, y supo sacar la mejor versión de mí. Creo que esos dos años y medio con él es donde he sacado mi mejor fútbol en Primera División. Todo gracias a Sergio.
P.- ¿Cuánto tiempo lleva queriendo volver a Valladolid para jugar en casa?
R.- Desde 2016. Cuando estoy en el Villarreal B hay un acercamiento con Braulio, que era el director deportivo. Por diferentes circunstancias no se dio. En verano de 2021, con Fran Sánchez, estamos muy cerca con cantidades económicas y duración del contrato acordados, pero el fútbol es tan caprichoso, cruel y bonito que ese año no tocó y fue cuando mejor me encontré en Cádiz. Cosas del destino.
Iván Alejo atiende a EL ESPAÑOL de Castilla y León
P.- Las cosas se dan cuando tienen que darse, dicen.
R.- Efectivamente, así lo creo. He llegado este año, cuando el club necesita un sentido de pertenencia, de estar con la camiseta que defendemos y la gente que tenemos detrás, que es mucha, y creo que puedo ser un buen ejemplo. No me importa el jugar más o menos. He venido aquí para ser el nexo entre club y jugadores jóvenes y me encuentro cómodo con mi rol. No sé hasta cuando estaré. A la propiedad y al club les he dejado claro que será hasta cuando quieran y que cuando sienta que no puedo ofrecer más, daré un paso al lado porque no quiero ser un estorbo para el club. Me han dado una oportunidad en un momento en la vida en el que no estaba bien y hay que ser agradecido.
P.- ¿Quién llama a quién para su llegada?
R.- Yo. Hablé con mis agentes para que lo hicieran con el club para ver si se podía dar la posibilidad porque mi sueño siempre fue jugar en el Real Valladolid. Pensaba que podía aportar mucho en un momento en el que la ruptura entre club y afición era evidente. Mi llegada, habrá gente a la que no le ha gustado argumentando que vengo de Chipre, pero pensaba que podía ayudar y estoy tratando de aportar mi granito de arena en el campo y en el vestuario.
P.- El sentimiento por volver a casa era muy fuerte.
R.- Únicamente pensaba en pisar el José Zorrilla. Para mí eso es lo más importante. Estar cerca de mi pareja, familia y amigos también. Me podía haber ido a otro lado, ganando más dinero, pero para mí no era lo importante. Quería ser feliz y venir, cada día feliz a entrenar, tomarme una cerveza con mis amigos tras acabar un partido o ir con mi novia al cine. Eso era más importante que todo el dinero del mundo.
P.- Se vive bien en Valladolid…
R.-Así es. Es una ciudad a la que toda persona que viene se queda sorprendida. Me gusta sacar a comer a los nuevos. Que conozcan restaurantes de Valladolid. No estamos teniendo mucho tiempo porque está siendo todo muy exigente con mucho partido los domingos, pero Valladolid es una ciudad maravillosa.
Imagen de Iván Alejo posando
.- ¿Cómo vivió desde fuera la situación del club el año pasado y la labor de Ronaldo?
R.- La fractura entre afición y club se palpaba desde fuera. En el mundo del fútbol mandan los resultados y, cuando van mal, al final todo se magnifica más. Pienso que si no se hubiera echado a Pezzolano habríamos estado cerca de mantenernos en Primera. Creo que Ronaldo ha hecho muchas cosas buenas como, por ejemplo, renovar las instalaciones del estadio que son una maravilla. El cambio era necesario en la propiedad. Tanto los dos presidentes como Víctor Orta están muy cerca nuestro y eso el futbolista lo nota.
P.- ¿Cómo lleva lo de ser lateral derecho?
R.- Víctor me comentó la posibilidad. Me dijo la manera de jugar de Almada, de mucho esfuerzo e ida y vuelta, y sabía que me podía adaptar bien. Me encuentro bien físicamente, tengo recorrido, aunque sí que es verdad que en alguna situación defensiva sufro, pero trato de aprender y jugar, sea en la posición que sea.
P.- ¿El ascenso es factible o se debe aspirar a cotas menores?
R.- El objetivo tiene que ser ascenso. Somos un club grande y, a corto plazo, tenemos que volver a Primera. Somos un club lo suficientemente grande como para estar arriba. Otra cosa es lo que pase en una categoría tan complicada. Cualquier equipo te pone en problemas como cuando vino la Cultural Leonesa o el Mirandés. Muchos conjuntos vienen a encerrarse. Debemos saber que somos grandes y salir a ganar cada choque. Tenemos cuerpo técnico, afición y plantilla para ascender. Lo vamos a intentar hasta el final.
P.- ¿Cuánto de mal hizo la derrota contra la Cultural y cuanto de bien la del pasado domingo en Burgos?
R.- El día de la derrota contra la Cultural es el que más jodido ha estado el grupo. Nadie lo esperaba. Nos dio un golpe de realidad para saber lo que es esta categoría. Cualquier equipo te puede ganar y tú puedes ganar a cualquier equipo. Ganamos en Burgos y lo que me transmitió la gente, la afición, me puso la piel de gallina, el poder dar esa alegría. Ahora tenemos que refrendarlo con el Sporting en casa el domingo.
P.- ¿Le da pena perderse ese partido? Lleva cinco tarjetas en nueve jornadas…
R.- Es mi tipo de juego. Antes hablaba mucho. Son cosas que debo mejorar, pero no quiero perder mi esencia. No voy a dejar de ser agresivo o pesado porque es parte de mi fútbol y pienso que me da más beneficios que perjuicios.
P.- ¿Cuál debe ser la fórmula del éxito para el ascenso?
R.- El trabajo y no va a faltar. Con Guillermo Almada lo estamos haciendo como nunca. Nunca había entrenado tanto. El míster dice que la repetición es la madre de la perfección. La exigencia es alta. Son diez meses y el premio es muy gordo. En Segunda División el que sea más regular va a ascender.
P.- ¿Quiere triunfar en su ciudad?
R.- Me quiero retirar aquí. Ya he hecho cosas en el mundo del fútbol como para estar orgulloso por ello. He podido jugar en Primera con otros equipos que no son el Pucela, pero no me quiero retirar sin jugar en Primera División con el Real Valladolid. He venido para eso y hasta que no lo consiga no me iré. Poder ascender con el Real Valladolid es lo más bonito que le puede pasar a un jugador, más si es de la casa.