Alba Rodríguez Sevillano ha logrado sacar plaza fija como maestra en Valladolid tras ser la nota más alta de su tribunal

Alba Rodríguez Sevillano ha logrado sacar plaza fija como maestra en Valladolid tras ser la nota más alta de su tribunal

Valladolid

La liberación de Alba tras lograr plaza fija como maestra en Valladolid: "Por fin voy a tener vida social y tiempo libre"

En su tercer intento, la joven ha logrado cumplir su sueño y, además, conseguir el codiciado puesto en su provincia natal. Un proceso lleno de esfuerzo, incontables horas de flexo, biblioteca e insomnio.

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Los nervios, quizás por ser una primera entrevista y por lo reciente de la noticia que le ha cambiado la vida, son patentes en su mirada. La sonrisa inocente e incontrolable en las primeras respuestas delatan la liberación que Alba Rodríguez Sevillano (10-3-1998, Valladolid) todavía siente pocos días después de lograr plaza fija como maestra en su provincia natal.

Han sido cuatro años de intentos y de esfuerzos constantes, incontables horas de flexo, biblioteca e insomnio. Todo ello a la vez que iba acumulando experiencia en el sector educativo privado o como interina en el público. Pero esta joven de 27 años ya es funcionaria. Y lo es, además, en una de las provincias más codiciadas.

"Por fin voy a poder vivir. Es algo importante para todo opositor, estamos todos encerrados en casa sin hacer planes y ahora voy a poder viajar, salir con mis amigos y tener vida social", relata a EL ESPAÑOL - Noticias de Castilla y León.

Graduada en Educación Primaria por la Universidad de Valladolid (UVa), Alba ha sido la nota más alta de su tribunal de oposición. Siempre tuvo claro "desde pequeña" que quería dedicarse al ámbito educativo y el contacto con las personas, "enseñar y aprender con los demás". Su sueño inicial era convertirse en maestra de música, pero con los años fue decantándose más por "dar múltiples áreas curriculares" y ejercer como tutora.

Con especialidades en inglés, música y educación física, esta joven vallisoletana vivirá su primer año como funcionaria en prácticas en Castronuño, para luego pasar a ser funcionaria de carrera. Pero lo más importante es que su plaza, a no ser que cambie de opinión, siempre estará en Valladolid. "Quería estar cerca de mi familia y mis amigos", reconoce.

En este pueblo vallisoletano ejercerá como tutora, donde podría impartir asignaturas como Lengua castellana y literatura, Matemáticas, Ciencias sociales o naturales. También podría enseñar otros contenidos como Valores cívicos y éticos o Educación plástica y visual.

Su experiencia como opositora

Tras la finalización del grado en Educación Primaria, en 2020, Alba comenzó en 2021 a prepararse las oposiciones con la ayuda de su preparador, director de un colegio en Valladolid y que desde el primer día al último siempre ha sido el mismo. A clase con el preparador asistía una vez a la semana, por las tardes.

Al mismo tiempo, Alba dedicó en una primera etapa, hasta 2022, que comenzó a tener oportunidades laborales, más de 10 horas diarias de estudio, por las mañanas y por las tardes. Cuando tuvo que compatibilizar las oposiciones con el trabajo, la joven dedicaba desde las 15:30 a las 21:00 horas al estudio.

En total, se ha presentado al examen en tres ocasiones. A veces, lo de que a la tercera va la vencida es cierto. Su sensación en este último admite que era "diferente". "La experiencia hace mucho también, el haber trabajado", incide.

Y es que esta ya ex opositora recuerda como hace tres años se presentó por primera vez a la prueba oral, "en la que defiendes una programación y una unidad didácticas sin experiencia". Una posición muy diferente a la vivida este año, donde "ya tienes una experiencia previa y te manejas en el aula de una manera mejor".

Años de preparación que, finalmente, han terminado por dar sus frutos. Sin embargo, estos no han estado exentos de intranquilidad. La ya funcionaria, aunque aún en prácticas, reconoce que los días tras la realización del examen y la espera hasta recibir la nota fueron "terribles" y "con muchos nervios".

"Intentaba hacer vida normal con mi familia y amigos desconectando", apunta. Sin embargo, fueron unas semanas en las que "no dormía" y "soñaba con las notas". "Hablar de la oposición era habitual en mi entorno y no descansas mentalmente", relata.

El día de la nota

La nota final le pilló comiendo junto a unas amigas en La Tasquita, uno de los míticos de Valladolid. "De repente las subieron y estábamos a la espera de que las tres (amigas) hubiéramos aprobado. Efectivamente lo habíamos hecho y dos de ellas creíamos que habíamos sacado plaza", recuerda.

Su reacción fue "gritar en el bar y salirme corriendo" para llamar a su padre, que fue la primera persona a quien se lo comunicó. "Le llamé y se puso a llorar. Y yo también", apostilla con una sonrisa en la cara.

En ese momento, una sensación de "alegría" le invadió todo su cuerpo, ya que la nota, rozando el 10, ya le aventuraba un potencial final feliz. Pero también se presentó la "incertidumbre", que durante dos semanas y media iba a estar muy presente hasta la comunicación favorable o no de la plaza.

Fueron días que Alba vivió "muy intensamente" porque "se habla de lo mismo con tus amigos y familia". Pero también repletos de "mucha ilusión".

De La Tasquita a la playa de Cádiz

Si la nota le pilló en La Tasquita de Valladolid, el día que le comunicaron la plaza fue a 700 kilómetros de la ciudad del Pisuerga, en la playa de Cádiz. "Estaba con mis amigos y salieron los seleccionados aptos para la plaza y vi como tanto mi amiga Laura Molinos como yo la habíamos sacado", apunta.

A partir de aquí, Alba comenzó a sentir "tranquilidad mental". "Tienes un trabajo fijo de lo que te gusta y un sueldo fijo. Y sobre todo no volver a estudiar nunca más", bromea entre risas.

De la plaza asignada, en Castronuño, explica que no le importaba el destino porque los interinos están acostumbrados "a vivir en muchas provincias", aunque ella tenía el deseo de estar cerca de los suyos. "Castronuño me parece genial porque está cerca de mi casa en coche. Ha sido inesperado completamente porque me podían haber mandado a cualquier lugar de Castilla y León", celebra.

Sobre si le gusta más la educación rural o en la ciudad, esta joven vallisoletana explica que el año pasado estuvo como interina en Almazán (Soria), donde se acostumbró a "vivir rodeada de naturaleza y montaña". "Además, las personas que viven en los pueblos son más cercanos y familiares, algo que me ayudó mucho en su día", asegura.

A partir de septiembre se encontrará ya en su primera experiencia como funcionaria con los niños que deberá guiar y formar durante el próximo año. En Castronuño tiene la expectativa de encontrarse con un grupo que "me motive igual que los del año pasado, que sean igual de buenos y que me ayuden cada día y yo ayudarles a ellos".

En este centro coincidirá, casualmente, con una amiga de la infancia, a la que conoce desde los 8 años, que al igual que ella ha logrado una plaza fija, en su caso de Inglés.

"Es toda una ilusión compartir esta experiencia con una amiga de toda la vida y que encima nos haya tocado en la misma provincia y en el mismo centro, que es algo muy inusual", garantiza.

Consejos a futuros opositores

A los opositores del futuro les adelanta que es una oposición "muy injusta y muy subjetiva" por la ausencia de un tipo test, ya que "tu futuro depende de la posición en la que te toque, del tribunal, o del día que tengas que leer el examen".

"Se necesita mucha paciencia y no perder la esperanza sobre todo. Es una carrera de larga distancia y al trabajar a la vez que se estudia no es nada fácil", señala.

A los que, como ella, tengan que enfrentar una oposición en el futuro, Alba les recomienda contar con un "preparador de confianza y un compañero en la misma situación que tú".

"Muy poca gente entiende lo que es este proceso. Ni tu propia familia. Yo en mi caso he tenido el mismo preparador desde el primer día hasta el último y un compañero (David Gómez) con más experiencia que yo, que me ha ido guiando y apoyando cada día", añade.

A partir de septiembre, Alba podrá disfrutar de lo que más le gusta de la profesión, que es el "convivir con personitas pequeñas cada día, que te cuenten su día a día, apoyarles, aconsejarles y enseñarles una infinidad de cosas de la vida diaria, no solo contenidos curriculares, sino a ser buenas personas y convivir unos con otros".