Samuel en el Museo Provincial del Vino de Peñafiel
La vida de un emprendedor llamado Samuel y un famoso castillo: "Disfruto de la paz de un viñedo de madrugada"
Con una familia claramente dedicada al mundo del vino, el de Peñafiel ha creado una nueva marca con su hermano y trabaja organizando catas en el Museo Provincial del Vino.
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Samuel Redondo Aparicio es un joven de solo 28 años que lleva el vino en la sangre, desde pequeño, por todo lo que ha visto en su casa de Mélida de Peñafiel, una localidad que pertenece al municipio que se ubica en plena Ribera del Duero en la provincia de Valladolid.
Ahora, junto a su hermano, se ha lanzado a la aventura de emprender poniendo en marcha una nueva bodega y creando vinos con los que quieren ir progresando, poco a poco y expandirse al exterior.
Nuestro protagonista trabaja, además, en el Museo Provincial del Vino de Peñafiel haciendo catas y deleitando con su saber a todo al que se acerca hasta el castillo que reina en lo alto del pueblo.
La historia de Samuel
Samuel Redondo Aparicio es un joven emprendedor que ha decidido dedicar su vida a utilizar las herramientas que sus padres y el entorno le han brindado con el fin de ganarse la vida y hacer de un sueño su trabajo y pasión.
“Me definiría como una persona activa. Disfruto de la libertad y la paz de un viñedo de madrugada”, asegura nuestro entrevistado con la pasión que le caracteriza.
Su pueblo es Mélida, una localidad que pertenece al municipio de Peñafiel. Cuando nuestro protagonista piensa en su infancia, lo hace en esos recuerdos con sus amigos jugando con los perros y el barro.
“Mi mayor castigo era subir al viñedo, quien me iba a decir, que eso cambiaría convirtiéndose en mi mayor ilusión”, añade irónico, y recuerda su gusto por la Medicina cuando era pequeño.
Sin embargo, el destino le tenía preparado un futuro que iba a estar muy ligado al mundo del vino.
Comienzos en el mundo del vino
“Siempre he querido estar dentro del mundo del campo y el vino. He visto a mi abuelo levantarse con el primer rayo de luz para ir a labrar con su azadilla y también a mi padre bajando del tractor al acabar la labranza”, apunta el joven de 28 años.
Nuestro protagonista es un amante de perderse paseando con su perra por los viñedos, de pasar tiempo con su familia, de descubrir vinos nuevos y también de ir al cine con su mujer. Es técnico superior vitivinícola y sumiller.
“Pienso que la experiencia en el sector del vino me la ha aportado mi entorno familiar. Todo, acrecentado por el título académico que obtuve en el colegio de San Gabriel de Aranda de Duero”, explica.
Recuerda que, cuando tenía 13 años, ya comenzó a echar una mano con los embotellados a los señores del pueblo donde siempre la caía una propina a cambio de cargar cajas y botellas. “Era divertido y te podías comprar alguna golosina”, afirma.
Samuel con su familia
A los 18 años llegaron los primeros contratos como peón de bodega donde “tirar de manguera no era tan divertido” pero tocaba sacarse el salario para llegar a final de mes.
Poco a poco fue evolucionando para montar su bodega y también para trabajar en el Museo Provincial del Vino que se ubica en Peñafiel. Casi nada.
Su bodega y el Museo Provincial del Vino
“Ahora mismo me encuentro sumergido en mi primer proyecto personal, en el que mi hermano y yo, con ayuda de nuestros padres que nos han cedido uno de sus viñedos, hemos creado Musa Domaine. Un proyecto en el que confiamos mucho ya que hemos volcado toda nuestra ilusión y cariño”, nos confiesa Samuel.
Se encuentran en “plena evolución y proceso” con “nuevos proyectos” como puede ser la “rehabilitación de bodegas subterráneas antiguas o la creación de una bodega más moderna”.
Además, trabaja en un lugar que pasa por ser, a partes iguales, majestuoso e histórico, como es el Museo Provincial del Vino que se sitúa en Peñafiel y que este año celebra su 25º cumpleaños.
“Mi principal labor en el museo pasa por dar catas a las personas que se acercan a conocer el castillo. Se pretende, con ello, acercar a la gente a la cultura del vino para fomentar su conocimiento y disfrute”, afirma el joven.
Samuel durante una cata
Un lugar que recibe a muchos turistas al año y que pasa por ser un punto de encuentro para los amantes del vino.
La calidad del vino y el futuro
“Tanto como miedo no nos da afrontar este nuevo reto de abrir nuestra bodega. Asusta un poco pero el mundo es muy grande y siempre quedarán alternativas y mercados por los que luchar. Afrontamos el futuro con ilusión y con ganas de resolver los nuevos retos que se nos pongan por delante”, añade el vallisoletano.
El objetivo que se marca, mirando al futuro, pasa por “crecer con su nueva marca Musa Domaine” y poder “dedicar todos los recursos y esfuerzos a ello” con el fin de crecer poco a poco aumentando la producción para dedicarse en exclusiva a la actividad.
“En Castilla y León contamos con una calidad excelente de vino, no solo por la climatología que nos acompaña casi siempre, también por la tradición y la cultura que nos arropa. La experiencia es un grado y tenemos décadas de conocimiento en la materia”, apunta hablando de los caldos de Castilla y León.
Apunta que Valladolid es “el buque insignia de la Ribera” y que “cuenta con vinos espectaculares” pero añade que también hacen “un gran trabajo los vecinos de Burgos o de zonas “emergentes” como Cebreros, la Sierra de Salamanca o El Bierzo.
“El vino es hoy por hoy uno de los sectores clave de la economía provincial. Mirando a los aranceles de Trump, no nos afectan pues no tenemos abierto ese mercado, pero, si lo conseguimos, me imagino que todo dependerá de la viabilidad y rentabilidad que suponga tener mi vino en ese país”, finaliza.
De momento, nuestro protagonista quiere dar pasos firmes y seguros en su aventura. Después, ya se verá.