Laura en su puesto de Medina de Rioseco

Laura en su puesto de Medina de Rioseco Fotografía cedida a EL ESPAÑOL de Castilla y León

Valladolid

"Solo pensaba en que el herido sobreviviese": Laura, un ángel de la guarda con uniforme de la Guardia Civil

La zamorana, que suma más de tres años en la Benemérita, en el puesto de Medina de Rioseco, completó hace unos días una gran actuación para salvar una vida en la A-62.

Más información: Una acción heroica: una agente salva la vida a un motorista británico con un brazo amputado tras un accidente

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La vida de Laura cambió para siempre el pasado lunes, 9 de junio. Ella regresaba a casa después de completar su jornada laboral cuando asistió a un grave accidente de tráfico en la A-62 a su paso por Valladolid.

Un detalle importante es que la zamorana, de 41 años, es guardia civil. Observó dos vehículos que se encontraban detenidos en el carril izquierdo y a una persona que solicitaba ayuda. No dudó en detener su vehículo.

La imagen era muy dura. Un motorista británico de 62 años estaba en el suelo con el brazo izquierdo amputado a la altura del codo. De inmediato, nuestra entrevistada, con la ayuda de una enfermera, actuó.

Lo hizo usando el ceñidor de su uniforme para ejercer la máxima posible en el brazo con el fin de contener la hemorragia hasta la llegada del equipo sanitario. Y lo consiguió.

Conocemos la historia de una zamorana que lleva uniforme de la Guardia Civil y que sirvió de ángel de la guarda a este motorista británico que, por suerte, consiguió salvar su vida tras la acción de nuestra protagonista.

Laura y la Guardia Civil

“Me defino como una persona normal. Leal y dispuesta a todo a la que le gusta la vida tranquila”, afirma, en declaraciones a EL ESPAÑOL de Castilla y León, Laura Barriga Montejo.

Nacida en Zamora, hace 41 años, residió 12 años en Reus, lugar al que se fue tras acabar sus estudios de técnico superior de laboratorio y diagnóstico clínico y de técnico superior de química ambiental. Llegó a Valladolid en el 2019.

“Cuando era pequeña recuerdo que de mayor quería ser médica. Sin embargo, y en realidad, nunca tuve claro a qué dedicarme porque no me gustaba mucho estudiar”, apostilla nuestra protagonista, amante de los deportes, los viajes y la lectura.

El padre de nuestra entrevistada es policía nacional jubilado. Siempre le llamó la atención. Al encontrar trabajo de lo que había estudiado fue posponiendo la idea de ser guardia civil, pero, desde hace tres años, ejerce de ello.

“Aprobé la oposición en el año 2020. Sumo tres años como profesional. En la actualidad ejerzo como guardia civil en el puesto de Medina de Rioseco”, asegura Laura.

Muy impactante

Sobre el suceso del pasado 9 de junio, Laura lo recuerda como “muy impactante”. “Jamás me había encontrado algo así. Solo pensaba en que el herido sobreviviese y que no ocurriese algo más grave al estar en plena A-62”, indica.

Da la casualidad de que la ruta que toma la agente para volver a su domicilio tras el trabajo, de forma habitual, no es esa. Por circunstancias tuvo que desviarse por allí ese día. A veces las casualidades no existen, dicen.

“Lo que más me chocó fue ver la amputación del brazo y que este hombre estuviera consciente en todo momento. Sé que el brazo no lo ha podido salvar pero que está vivo y con eso me quedo”, añade.

Pese a estar acostumbrada a ver de todo, más dentro de su profesión, para ella fue “muy dura” esa imagen. Ella se bajó del coche sin saber lo que ocurría y lo primero que se encontró fue esa fotografía del motorista británico con el brazo amputado.

“Es algo que jamás olvidaré. De hecho, llevo estos días con las imágenes grabadas en la cabeza y repitiéndose. Es muy duro”, argumenta la guardia civil.

Añade que “cree que es algo que cualquier persona habría hecho” y que “salió de dentro de ella el percibir que algo grave podía estar ocurriendo”. Ese olfato tan necesario para los agentes de la Guardia Civil.

La labor de la Guardia Civil

Hablando de la labor de la Benemérita a nivel general, asegura que la mejor palabra para describirla es “indispensable” y considera que son “un cuerpo muy cercano a las personas” lo que ayuda a que “su labor sea valorada”.

Añade que la Guardia Civil “se va modernizando y adaptando a las necesidades y demandas de la sociedad” con el fin de hacer un trabajo, por la seguridad ciudadana, que es importantísima.

“El futuro lo veo como hasta ahora. Quiero dedicarme a lo que de verdad me gusta y a mi familia. El objetivo y el deseo pasan por lograr que no perdamos nunca la humanidad y que mi hijo pueda crecer con los valores que espero inculcarle”, finaliza.

Laura, un ángel de la guarda con uniforme de la Guardia Civil.