Imagen de archivo de la unidad de Pediatría del Hospital Río Hortega Ical
Por qué el Hospital Río Hortega lleva 15 días sin agua potable: dan botellas gratis y limpian kilómetros de tuberías
El centro hospitalario detectó niveles de metales por encima de lo establecido el pasado 31 de enero y decidió prohibir el consumo.
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El Hospital Río Hortega de Valladolid acumula ya dos semanas sin agua potable. Desde el pasado 31 de enero se prohibió el consumo después de detectar niveles de metales por encima de lo recomendado. Aunque sí es apta para higiene, desde la Junta se ha garantizado que los pacientes y profesionales tengan acceso a agua envasada.
De esta manera, tal y como confirman fuentes de la Consejería de Sanidad, se han repartido botellas de agua a los pacientes y se han colocado fuentes con bidones para que los profesionales sanitarios puedan consumirla.
Mientras tanto, se está a la espera de terminar de limipiar el circuito de abastecimiento, que comprende "muchos kilómetros de tuberías". La situación continúa no obstante "igual" que desde el pasado 31 de enero.
Ya son algunas analíticas las que están dando "negativo", pero por "precaución" se está manteniendo el no consumo de agua en todo el hospital Río Hortega.
Desde la Consejería de Sanidad avanzan que, al igual que comunicaron mediante un escrito la prohibición de consumo, harán lo propio cuando el agua vuelva a ser apta.
Estas mismas fuentes han explicado que una vez se termine de limpiar todo el circuito de tubierías se deberán volver a hacer analíticas "en todas las tomas", para posteriormente esperar a que los laboratorios correspondientes manden los resultados.
"Cuando la analítica nos dé limpia de metales o en los niveles que tiene que estar" volverán a restablecer la normalidad, sin que por el momento se puedan dar todavía fechas concretas.
"Hay que tener en cuenta las dimensiones de estas instalaciones. Se ha trabajado todo lo rápido que se ha podido, pero es que es enorme", insisten.
Según reconocían el pasado 31 de enero en su comunicado, los controles de calidad periódicos arrojaron resultados por encima de los umbrales habituales en cuanto a la presencia de metales.
Unos resultados que llevaron al centro hospitalario a colocar carteles en todos los accesos de agua de grifo para advertir a pacientes y profesionales de la no recomendación del consumo del agua, al dejar de ser potable.
Fue una turbidez anómala en el agua lo que desató la alarma y que posteriormente acabó con los resultados mencionados. No obstante, sí se ha recalcado que no existe contaminación microbiológica.