Santiago Luguillano en sus inicios de novillero

Santiago Luguillano en sus inicios de novillero Foto cedida

Valladolid

Doce Toreros de Valladolid: Santiago Castro “Luguillano” (V)

Capítulo I

16 enero, 2023 11:31

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Nombre Santiago Castro Sanz. En los carteles: Santiago Castro “Luguillano"

Nació en Mojados (Valladolid) el 16 de diciembre de 1943. Se inicia en el toreo con el antecedente de su hermano Clemente, el primer torero de la saga  de los “Luguillano”.

Así nos explicaba el bueno de Santiago su primera vez

 “La primera vez que me puse delante de una becerra fue en la finca de don David Salgueiro, y mi primer novillo lo maté en Santiago del Arroyo. Tenía 19 años y no me resignaba a quedarme en Mojados arando en las tierras, en la huerta que teníamos y en los quehaceres de la tienda-carnicería de mis padres. Aspiraba a hacerme rico y en mi hermano vi la solución”.

Clemente lo apunta en la popular oreja de plata, un concurso para novilleros noveles que se hacía en las mañanas feriales. Fue, según el libro de Ricardo Furones, el viernes 23 de septiembre de 1960 con Curro Lago y Manolo Martín. Santiago cortó cuatro orejas y fue proclamado ganador del trofeo "La Oreja de Plata".

“Ahí arrasé y le corté las orejas al añojo, -nos comenta Santiago con enorme entusiasmo- luego toreamos mi hermano Clemente y yo muchas tardes juntos en los festejos que montaba. Era para ir aprendiendo el oficio. Entre 1960 y 1961 sumé unas cincuenta novilladas sin picadores y en agosto de ese año llega el debut con caballos en La Coruña y remato la temporada en Zaragoza.

Santiago Luguillano junto a Manolo Martín y Curro Lago. Plaza de Valladolid 1960

Santiago Luguillano junto a Manolo Martín y Curro Lago. Plaza de Valladolid 1960 Foto cedida

Tras el debut en La Coruña llega la cornada en Zaragoza

El 15 de octubre de 1961 debuta en el coso de Pignateli con Rafael Chacarte y Antonio León y recibe una cornada. En Valladolid torea con caballos el 31 de mayo de 1962 con Andrés Hernando y Rafael Chacarte. Repite en plena feria de San Mateo con Perucho y Antonio Espartaco frente a utreros de Molero. Pero se resiente la cornada mal curada

Santiago, siempre sincero como su toreo, nos comentó que todo fue muy precipitado; que se debía haber esperado a estar más hecho. Su falta de oficio le restaba conocimientos y por ello fue corneado por tres veces en Roa, Zaragoza y Santander. Sus facultades quedaron disminuidas, pero su ánimo y tesón quedaron patentes porque, entre otras cosas, empezaba a ver el color del dinero…

“En agosto de 1961-nos dice Santiago- teníamos un compromiso firmado para torear Clemente y yo un festival en Tudela de Duero. Venía recuperándome de la cornada de Zaragoza, que cada vez que hacía un esfuerzo se abría y sangraba y me cosían en el coche poniéndome papel de periódico, a falta de gasas, porque decían que aquello “secaba mejor”.

En Tudela, la herida se volvió a abrir con sangrado abundante. Pero mereció el esfuerzo porque esa tarde cobré 25.000 pesetas de la época”.

Cartel de una de las corridas.

Cartel de una de las corridas.

Se presenta en Barcelona con puerta grande

En la temporada de 1962 debuta en Barcelona y corta dos orejas. Y en la siguiente sale a hombros otra vez en Barcelona, El 29 de junio de 1963 se presenta en Madrid con novillos de Albaserrada, tiene como compañeros a Curro Montenegro y al portugués Amadeo Dos Anjos. En esta misma temporada torea otras dos tardes en Madrid dejando en ambas una gratísima impresión.

Sigue sumando fechas hasta que el día 4 de septiembre de 1963, en la feria de Palencia, un novillo de Castillo de Higares le infiere una grave cornada en el muslo derecho, pese a lo cual termina la temporada con 26 novilladas.

1964: puerta grande en Las Ventas

Ese año de la alternativa sumó trece novilladas, cinco de ellas en Madrid, en una de las cuales, el 7 de junio, cortó tres orejas a los utreros del Marqués de Albaserrada. Fue la primera salida triunfal a hombros por la puerta grande de la plaza de Las Ventas del Espíritu Santo.

Presentación en Sevilla y oreja

El día antes de Sevilla toreó en Valladolid y le cortó las dos orejas al segundo novillo. Santiago lo recuerda así: “Yo quería que mi despedida de novillero hubiera sido en mi tierra, pero mi apoderado me lo pidió con insistencia y accedí torear en Sevilla”.

Santiago Luguillano en una de las tardes de Las Ventas.

Santiago Luguillano en una de las tardes de Las Ventas. Foto cedida

“Perdí la Puerta del Príncipe, Santos -nos dice Santiago con el rostro entristecido, recordando aún aquella tarde del coso del Arenal- fue la faena de mi vida y me pidieron la oreja tras pinchar ocho veces”.

La sinceridad de un gran torero

Santiago nos habla de precipitación en sus inicios de novillero:

“Yo no tenía oficio, ni escuela taurina donde me hubieran enseñado a torear. Todo lo que aprendí fue de ver a mi hermano y lo que a mí se me ocurría, además del valor que siempre demostré, como por ejemplo la técnica del temple tan importante en el toreo. Eso lo aprendí de Ordóñez y en mis entrenamientos en Mojados con un perrito que se llamaba “Chamaco”. Por eso, debutar con caballos sin apenas torear ni estar rodado, me pareció una temeridad, pero yo confiaba en mi apoderado, en mi hermano y en Prudencio Encinas”.

Luguillano paseando las orejas en Las Ventas en 1967

Luguillano paseando las orejas en Las Ventas en 1967 Foto cedida

Alternativa, triunfo en su tierra y confirmación

El 2 de agosto de 1964 se doctora en Castellón, de manos de Antonio Bienvenida y con César Girón como testigo ante astados de Antonio Pérez de San Fernando, al último de los cuales cortó una oreja.

Santiago recuerda los preparativos de lo que sería una triunfal alternativa, además de ver cumplido su sueño:

“Para mí -comenta Santiago- supuso uno de los grandes momentos de mi vida, torear con el maestro Antonio Bienvenida, que fue mi padrino, y de testigo otra figura como César Girón fue el colmo de los gozos y encima salí airoso y triunfante. Me había preparado a conciencia porque sabía, modestamente, que iba a triunfar. Necesitaba el triunfo, confié en Dios y lo conseguí”.

Fuentes: “Los Toros”, de J.M. de Cossío. Ricardo Furones (libros “Valladolid, toros y toreros 1890-2004” y “Valladolid y Provincia, toros y novillos 1900-2009”). (De hombres, toros y caballos). (“Historia de la plaza de toros de Valladolid”), de Emilio Casares. Libro “Valladolid Ciudad Taurina”.