Miriam González Durántez, reconocida abogada especialista en comercio internacional y fundadora de 'Inspiring Girl'

Miriam González Durántez, reconocida abogada especialista en comercio internacional y fundadora de 'Inspiring Girl'

Valladolid

Miriam González Durántez, la olmedana más internacional: "Me tienta la política"

ENTREVISTA | La abogada vallisoletana analiza la situación política y económica de España desde Palo Alto (California), después de cinco intensos años en Reino Unido donde su marido, Nick Clegg, llegó a ser viceprimer ministro

2 octubre, 2021 07:57

Ni los más de 9.000 kilómetros que separan la localidad vallisoletana de Olmedo de la exclusiva ciudad de Palo Alto, en California, han conseguido distanciar a Miriam González Durántez (1968) de sus raíces. Precisamente desde la urbe americana más tecnológica, sigue muy de cerca todo lo que acontece en su tierra, la actualidad política y económica de España, y expresa sus críticas sin reservas.

Esta exitosa abogada nunca ha perdido de vista sus orígenes, ni siquiera durante su etapa en Reino Unido (2010-2015) cuando su marido Nick Clegg llegó a ser viceprimer ministro en el Gobierno de David Cameron, ni ahora en California, destino en el que aterrizaron en 2019 tras el fichaje del exlíder del Partido Liberal Demócrata como jefe de Relaciones Internacionales y Comunicación de Facebook en Silicon Valley. Regresa muy a menudo a Madrid y a Olmedo, su refugio vallisoletano por donde se pasea como una vecina más, y asegura que gracias a la tecnología sabe ahora más de la gente de su pueblo que cuando estaba aquí. 

Dice haberse sentido querida y respetada en Reino Unido, en parte gracias a que supo separarse del tradicional papel que jugaban las mujeres en la política británica y de no ser un “apéndice de los hombres”. No obstante, confiesa que se ha planteado en alguna ocasión entrar en política y que si hubiera un partido con interés en un proyecto de futuro del país estaría en España “mañana”.

Con su amplia experiencia en las relaciones internacionales y su perspectiva desde el exterior, siente frustración por cómo se ve a España desde fuera -o mejor dicho, no se ve- y asegura que mientras no exista una dinámica de crecimiento económico, reformas y modernizaciones seguiremos estancados y en la penumbra. Miriam González lamenta asimismo la pleitesía que se rinde a la clase política española y considera dramático que, mientras la población desea avanzar, el sistema actúe como un tapón.

Es madre de tres hijos, trabaja en un bufete americano, empieza a impartir clases en la prestigiosa Universidad de Stanford y está inmersa en el apasionante proyecto de ‘Inspiring Girl’, que conecta a las niñas con mujeres referentes que las inspiren. La olmedana más internacional está viviendo una interesante aventura americana en el país que no deja de mirar al futuro, pero su futuro, espera no muy lejano, lo vislumbra en España.

¿Cómo ha sido su vertiginosa trayectoria tras salir de Olmedo, pasar por Reino Unido y llegar a Palo Alto?

Estuve en Olmedo durante toda mi infancia, fui al colegio e instituto de allí, después a la Universidad de Valladolid y gracias a una beca pude ir al Colegio de Europa, que fue el principio de empezar una carrera europea. Fui negociadora en la OMC para la Unión Europa, trabajé en relaciones internacionales y pasé al Reino Unido por razones familiares, ya que mi marido quería hacer política allí. Nos fuimos, yo me reinventé y pasé a la práctica privada. Tuve la suerte de empezar la primera práctica de la City de Londres de comercio internacional, fue un éxito y ahí he seguido trabajando en bufetes privados. Después de luchar el Brexit, porque somos los dos proeuropeos convencidos, surgió la idea de venirnos a California y fue un buen momento de venirnos a esta zona que está muy mirando al futuro. Ahora empiezo a dar clases en Stanford, pero sigo en los bufetes donde valoran que estés en el mercado.

¿Cómo está viviendo esta aventura americana?

Es muy interesante el momento en el que hemos venido. Me encantó ver las elecciones americanas desde aquí, te abre mucho la perspectiva. Desde Europa solo se ve la parte de la izquierda de América y hay otra que no se ve desde fuera y que te haces a la idea cuando estas aquí. Y por otra parte, es un país que ve todo de cara al futuro, están que se matan para pasar a una fase siguiente, la de la revolución tecnológica. Aquí todos los días estoy oyendo hablar del metaverso, de la realidad virtual, y te das cuenta de que hay países como Estados Unidos que han metido un acelerón importante y te entra la urgencia. Estoy diciendo a todas horas que en España estamos muy estancados, no necesariamente es que estemos cayendo, es que si los demás van a toda marcha hacia delante y nosotros no nos enganchamos, se va a crear una brecha tremenda. Pero, a pesar de todo eso, echo mucho de menos España.

¿Cómo es el día a día de Miriam González en California?

En California estamos trabajando todavía desde las casas por el Covid, las oficinas todavía no se han abierto. Mi día a día es como todos los días a días, la gente mira lo que haces y se piensa que estás haciendo eventos glamurosos a todas horas, pero es mucho más básico de fondo: mucho leer, escribir y hablar con clientes. Además, tengo dos hijos aquí conmigo, otro está ya en la universidad, y mantengo a toda la familia unida.

Tiene tres hijos y una intensa agenda, pero uno de sus principios ha sido no renunciar a su vida laboral como exitosa abogada de comercio internacional, ¿es capaz de conciliar?

Cuando empecé mi carrera estábamos viajando a todas horas y fue bastante duro, pero siempre tuve la suerte de tener ayuda. De todas formas también es posible entendiendo que hay que tener una relación de respeto con el padre de tus hijos, que es lo mas importante que haces en tu vida. Si no existe ese respecto tienden a caer las cosas sobre las mujeres. En nuestro caso, nosotros vamos adaptándonos según va cambiando nuestras vidas, no es que lo hagamos todo al 50%, pero vamos corrigiendo las cosas que vamos viendo. Parte de las soluciones no tienen que venir solo de las empresas sino de la política pública, pero tenemos que hacer que los hombres se sientan responsables y los empresarios y políticos hombres también tengan que responder a este tipo de preguntas.

Se considera abiertamente feminista, ¿cree que se está demonizando este término?

Me considero abiertamente feminista desde que nací y no entiendo que en España se esté discutiendo de esto, se haya llegado a esta politización del término feminista y se esté perdiendo tanto tiempo en la manera en la que se llaman a las cosas. Desde fuera resulta un poco rancio que estemos todavía ahí. Hay países de un nivel de desarrollo similar al nuestro donde esto ya está absolutamente superado. El feminismo es los mismo derechos y oportunidades entre hombres y mujeres. Si lo quieres llamar feminismo, fenomenal.

Ha vivido muy de cerca la política antes de conocer a su marido. Su padre fue alcalde de Olmedo y senador del PP y usted está muy pegada a la actualidad de España, ¿no le tienta entrar en política?

Sí, y me lo he planteado en algún momento, pero luego la vida te lleva por otros derroteros. Cuando empecé a pensarlo tuve a un hijo con una enfermedad muy grave y de repente todo te da un vuelco todo y ya ves clarísimo cuál es tu prioridad. Donde yo estoy es donde está un montón de gente muy parecida a mí en España, que estaríamos dispuestos a ayudar siempre que veamos que hay un partido que tiene interés en un proyecto de futuro del país. Si yo viera que eso existe, estaría allí mañana, pero yo y estoy segura de que miles de españoles en mi misma situación que ahora no están implicados en la política. Es uno de los grandes problemas de España, que hay una clase, sobre todo profesional, que se siente separada de la política.

"Me considero abiertamente feminista desde que nací y no entiendo que en España se esté discutiendo de esto, desde fuera resulta un poco rancio"

¿No ve ningún partido en la actualidad que reúna esas características?

En casi todos los partidos hay posibilidades y espero y deseo fervientemente que vayan por esa línea, pero creo que ahora están en un juego táctico y no en un juego de proyecto de futuro de país.

Cuando su marido ocupó el cargo de viceprimer ministro en el Reino Unido fue criticada por algún sector por no asumir el protagonismo de “esposa de”, ¿sufrió durante esa etapa al estar en el ojo del huracán?

Para nada, los únicos que criticaban eran los de la prensa conservadora nacionalista que son los del Brexit y que siguen criticándonos. Y ojalá sigan, porque el problema sería que estuviéramos de acuerdo. Al revés, desde el principio me encontré absolutamente querida y respetada en el Reino Unido, precisamente porque me separé un poco de ese rol tradicional que juegan las mujeres en la política británica, o jugaban, que es algo muy anglosajón. A la vista está que ahora ya ocurre muchísimo menos. Cuando yo empecé en 2010, el primer día de campaña me encontré con tres paparazzi a la puerta y el equipo del partido me pedía que hiciéramos comunicados de prensa como hacían los demás en el que decían todas las mañanas dónde iba y la marca de lo que llevaba puesto... Ese fue mi principio y a partir de ahí las cosas han cambiado en la buena dirección. Hay que apoyar a la persona que está en política, ya que son puestos de auténtico privilegio al poder decidir sobre el país, pero de ahí a que estés de mujer florero hay mucha distancia.

Entonces fue avanzada en su tiempo por lograr permanecer en un segundo plano…

Es hacia donde va la sociedad, a que las mujeres no necesariamente sean apéndices de los hombres. Y no creo que estuviera necesariamente en un segundo plano, de hecho utilicé esa exposición mediática para lanzar ‘Inspiring Girl’. Es muy difícil de entender desde fuera la relación entre la prensa y las familias de los políticos, no tiene nada que ver con lo que ocurre en España, es muchísimo peor, estás constantemente en el ojo crítico. Allí están investigando todo lo que haces y culturalmente, al principio, me resultó un shock. Al no poder luchar contra eso, lancé ‘Inspiring Woman’ en 2013 y fue el origen de ‘Inspiring Girl’ en 2016, cuando empezamos a hacerlo internacionalmente.

Ese proyecto ‘Inspiring Girl’ persigue que las niñas luchen contra los estereotipos de género y crezca su ambición profesional para volar alto, ¿estamos aún muy lejos de conseguirlo?

Conectamos a las niñas con mujeres referentes, que las inspiren y es muy agradecido. Empezamos el camino con mucha gente diciendo que no había suficientes mujeres referentes en el mundo, y hay millones, el problema es conectarlas con las niñas. Hay un problema de visibilidad. Hay muchas mujeres referentes, casi todas que ves por la calle, pero no interactúan con las niñas, sobre todo en profesiones que no consideran de mujeres. Las conectamos en los colegios y llevando a las niñas a los lugares de trabajo, ahora de manera virtual, y vamos a las redes sociales donde están ellas. Es fantástico ver la campaña y el éxito que está teniendo. Las mujeres son increíbles. El acceso a los referentes es la parte de la discusión sobre género más fácil: las mujeres están ahí, solo hay que conectarlas. Pero esto hay que solucionarlo y pasar ficha, hay cuestiones más complejas, sobre todo las que tienen que ver con la política pública.

"Hay que apoyar a la persona que está en política, pero de ahí a que estés de mujer florero hay mucha distancia"

¿Tiene algún referente de mujer que le haya inspirado a usted?

Cuando nací en Olmedo y durante los años de mi infancia las mujeres no trabajaban, por tanto, era difícil ver diversidad de referentes. Siempre tienes gente cercana que consideras una inspiración, pero cuando empecé en relaciones exteriores apareció Anna Lindh, ministra de Asuntos Exteriores de Suecia, a la que después asesinaron. Esta mujer era lo otro de la imagen que teníamos entonces del ministro de Asuntos Exteriores: jovencita, con mochila, camisetas, y fue una revolución para mí. Además, tenía niños pequeños y lo podía compaginar, decía ‘no’ a las cenas y no pasaba nada. Para mí fue importantísimo verla porque cuando yo empecé a tener niños me decía a mí misma: si esta mujer lo puede hacer, yo también.

Volviendo a los temas de actualidad, se muestra muy crítica con el exceso de poder en España ¿confía en que esto cambie en un futuro cercano?

La clase política tiene muchísimo poder en España. Es la consecuencia de cómo hemos llegado al sistema político que tenemos. Fue reacción a la dictadura, intentar que no descarrilara el proyecto democrático y la manera más fácil fue poner el poder en pocas manos y en las del sistema político. El sistema de la Constitución creo es muy buena base, pero ese sistema que sirvió de mucho a España en su momento, como no lo hemos reformado porque no se hacen prácticamente reformas, ahora se nos ha quedado anticuado. Sigue con el gran poder en los políticos y no va a los ciudadanos. Todos los países que van avanzando tienen mucho más poder puesto en los ciudadanos y controlan mucho más el poder de los políticos. Esa pleitesía que hay en España y ese permitirles tener esa cantidad de asesores y símbolos es anticuado. No es difícil de hacer, pero hay que hacer una revisión del sistema de poner muchos más controles sobre el sistema político y la sociedad lo pide a gritos. Los únicos que no lo piden son los propios políticos.

Usted que ha vivido gran parte de su vida en el exterior, en Reino Unido y ahora en Estados Unidos, ¿cómo se ve España desde fuera?

Desde fuera no se nos ve. Siempre me da cosa decirlo porque es como un shock, pero desde Estados Unidos no se ve casi a Europa como se la veía antes, ha perdido peso especifico y se está moviendo todo a un EE.UU. contra China. Con respecto a España, se nos tiene que meter en la cabeza que mientras no estemos en una dinámica de crecimiento económico y de reformas y modernizaciones del país no se nos va a ver. ¿Por qué vas a ver a un país que no se está moviendo y está ahí estancado? Eso es imposible. Hay una tendencia a la baja que se acentúa al no crecer y no modernizarnos. Si los demás no lo hicieran, todavía, pero el resto va que se mata. China y EE.UU son inalcanzables para nosotros y luego con las reformas de Francia e Italia, el poder de Alemania…incluso Holanda cuenta más que nosotros en la Unión Europea. No podemos pretender que nos quedemos callados y que todo el mundo venga a contarnos qué es lo que pensamos nosotros sobre las cosas. Es dramático porque es hay una población bandera en España y fíjate lo que conseguimos con el sistema tan terrible que tenemos, si tuviéramos un sistema que rema a favor de los españoles y del crecimiento, nos salíamos.

"Desde fuera no se ve a España, ¿por qué vas a ver a un país que no se está moviendo y está estancado?"

¿Siente impotencia como española al ver esta brecha desde fuera?

Me produce frustración porque yo que he hecho muchas relaciones internacionales creo que hay veces que como país no te puedes mover, pero no es el caso de España, que la gente está deseando avanzar. Cuando tienes esa población y el sistema actúa como un tapón me produce una frustración enorme.

A pesar de todo, ¿se ve en un futuro volviendo a España?

Espero que sí, he aprendido a no hacer planes muy concretos porque no funciona. Mi vida es más una aventura que un plan. La verdad que sí, me veo y espero que no en mucho tiempo. Estoy implicada en muchos proyectos allí y creo que hemos llegado a un punto en el que o empezamos todos a implicarnos más hacia dónde va el país o vamos a perder comba, así que hay que implicarse. Voy mucho por Olmedo y por Madrid y con la tecnología sé más de la gente de mi pueblo que cuando estaba allí.