Instalaciones de Bodegas Protos, en Peñafiel

Instalaciones de Bodegas Protos, en Peñafiel

Valladolid

Tres vinos transversales a la historia universal

Carlos Villar, director general de Bodegas Protos, comparte las previsiones de una vendimia "de muy buena calidad"

25 septiembre, 2021 08:00

Una tierra tan antigua como el tiempo, mecida por la comba aire que sopla, como el que más, cuando se lo propone y es tan quieto y calmado como el oscuro líquido que reposa entre tablas amaderadas durante dilatados períodos de tiempo; un sol incesante que dota al hollejo del fruto, como a quien lo recoge, de un leve velo cobrizo sobre sus pieles; una noche que no es sino testigo del esplendor de un campo rodeado de bajas viñas prolijas en el suero que rebosará en botellas y copas repartidas por todo el globo; y una lluvia que escapa a todo radar y tecnología de última generación para detener y postergar la recogida de una uva que llevaría agua a la bodega.

Son unos de los muchos factores que influyen a lo largo del proceso de recogida y tratado de la uva para su posterior fermentación y transformación en vino, caldo que ha sido testigo de la historia, desde las más antiguas celebraciones que tenían lugar a lo largo del vasto Imperio Romano y hasta las más contemporáneas, invitado de excepción en mesas de artistas, albañiles, políticos, profesores y profesiones de todo calado. El vino es, así, uno de los mayores igualadores de la sociedad, paladeado por credos, filias y fobias de todo tipo y es ahora, a final de verano, cuando la uva se torna líquida.

Carlos Villar, director general de Bodegas Protos, comparte sus impresiones con EL ESPAÑOL – Noticias de Castilla y León acerca de las tres zonas vitivinícolas en las que Protos tiene presencia, como son las de Ribera de Duero, Rueda y Cigales, en un momento de trabajo a pleno rendimiento del que está convencido se obtendrá “una muy buena añada”. Cabe destacar que la lluvia de las pasadas jornadas fue más presente en la burgalesa zona de Aranda de Duero que en la propia provincia de Valladolid pero, aun así, advierte que “no es un problema, siempre y cuando la uva se oree con la luz del sol, durante el día, y el frescor de la noche”.

Carlos Villar, director general de Bodegas Protos

Carlos Villar, director general de Bodegas Protos

Villar no basa su predicción en el optimismo inherente a todo dirigente sobre el futuro de su labor sino que lo hace al tener en cuenta “las analíticas diarias de 150 muestras, desde principios del mes de septiembre”, unas muestras que ayudan a elegir el momento óptimo de la vendimia.

Si bien, tal y como estima el propio Villar, se espera una bajada de producción final, en el caso de Rueda, “de entorno al 20%”, la calidad de la cosecha “será muy alta, incluso mejor que la del pasado año, cuando hubo muchas lluvias que causaron enfermedades fúngicas en el fruto que precisaron ser tratadas con azufre”.

“Este año, los racimos son más pequeños”, subraya el director general de la bodega, un hecho que no es necesariamente negativo ya que, al no contar, la uva, con una necesidad imperiosa de precipitaciones, ésta no “engordará y madurará a su debido tiempo”.

Ribera de Duero, Cigales y Rueda

Al especificar por variedades, la correspondiente a Rueda tendrá una buena añada, basado en que, según Villar, “es mejor en años más frescos, como éste”. Por su parte, la cuantía de kilos por cada hectárea es de 4.000, cuando suele rondar el doble, pero, no obstante, “el valor alcohólico se sitúa entre doce y quince por ciento de alcohol probable, con mayor acidez, algo que ayuda a que el vino evolucione mejor”, señala Carlos Villar.

Por su parte, la variedad de Cigales comenzó su proceso de vendimia con el albillo, para continuar con la mezcla de variedades, que incluye claretes, y, por último, las pintas. En este proceso, ha sido la uva a la que la lluvia más ha trastocado los planes iniciales al haber sido necesaria una nueva hoja de ruta, algo a lo que Villar resta importancia ya que el agua caída del cielo “dota a la planta de frescor y un engorde que no hace más que potenciar sus cualidades”.

En unas condiciones climáticas ideales para la vendimia se encontrarían, de la mano, unas temperaturas diurnas de 25 grados centígrados y de diez, durante la noche, una circunstancia que, este año, no se ha cumplido del todo en la zona de la ribera donde, a 750 metros sobre el nivel del mar “las heladas han perjudicado mucho, por la mayor frecuencia de las mismas en comparación, por ejemplo, con la zona de Cigales”, apunta Villar. Asimismo, también explica cómo las viñas y la uva son capaces de resistir “heladas de hasta veinte grados bajo cero pero, por debajo de ahí, afecta mucho, como fue el caso de ‘Filomena’, durante el pasado invierno”.

Ése, precisamente, es uno de los condicionantes que encarecen el Ribera de Duero o, como dice Carlos Villar, “la mejor variedad” de Bodegas Protos, una que ha bañado las mesas, terrazas, barras de bar y cócteles sin importar las condiciones climatológicas más adversas, durante los casi cien años de vida de la casa, cuando se instaló en la vallisoletana localidad de Peñafiel, allá por el año 1927.