Castilla y León

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Valladolid

21 de septiembre de 1561: el gran incendio de Valladolid

22 septiembre, 2019 16:19

La madrugada del 21 de septiembre de 1561 se desató en la calle Platerías de Valladolid un gran incendio que arrasó una parte importante de la ciudad, incluida la plaza del Mercado donde hoy se asienta la Plaza Mayor, y que tardó dos días en ser sofocado.

El origen del fuego se atribuye a la casa del platero Juan de Granada, en la esquina de las calles Costanilla (hoy Platerías) y Cantarranas (actual Macías Picavea), curiosamente una de las zonas que esta semana se han visto más afectadas por los estragos de la intensa tormenta que sacudió la ciudad en la noche del martes.

De ahí se extendió por las calles de la Trapería (Bajada de la Libertad) y la Frenería (plaza Fuente Dorada) y alcanzó el Corral de la Copera (Conde Ansúrez), Malcocinado (Francisco Zarandona), Especería, Plaza del Ochavo y Cebadería hasta la Rinconada donde hubo que derribar algunas casas para frenar su avance, tal como explica el historiador Javier Burrieza en su libro 'Guía Misteriosa de Valladolid'.

En la plaza del Corrillo, por su parte, las llamas se dividieron hasta alcanzar la calle Lencería y la plaza del Mercado, incluido el convento de San Francisco donde ahora se asienta el Teatro Zorrilla y el antiguo Consistorio, que quedó arrasado, para continuar desde ahí por la calle Jerez (hoy de Jesús), Empedrada (Correos) y Pasión. Finalmente, el día 23 se dio por controlado el incendio, en el cual se calcula que pudieron emplearse hasta 3.000 personas de Valladolid y localidades cercanas.

Ante la magnitud del desastre, con entre tres y seis fallecidos y entre 400 y 600 inmuebles arrasados dependiendo de las fuentes, el Ayuntamiento pidió ayuda al rey Felipe II, que había trasladado años antes la corte a Madrid, quien dictó diversas órdenes para reconstruir el centro de la ciudad, entre lo que destaca la nueva Plaza Mayor, la primera plaza regular de España, erigida bajo la dirección de Francisco de Salamanca y la supervisión de arquitectos reales.

En este tiempo muchos vecinos hubieron de ser acogidos en otras casas, al tiempo que la arrasada plaza se llenó de tiendas y talleres provisionales. Los trabajos de reconstrucción, que se extendieron hasta 1576, sirvieron para extender en la ciudad el pujante estilo herreriano.

Aunque oficialmente el incendio se achacó a causas accidentales, en su momento se investigaron otras teorías que no llegaron a aceptarse. Así, frente a la tesis de la hoguera mal apagada en un corral de la Costanilla contiguo a la casa del platero Juan de Granada, hubo sospechas de que hubiera sido provocado por luteranos para vengarse de los autos de fe celebrados dos años antes. También se creyó que alguien utilizó pólvora para ayudar a expandirlo, motivo por el que llegaron a ser detenidos tres franceses para su interrogatorio.