No era un día para arriesgar pero sí para cumplir. Y el VRAC Quesos Entrepinares bordó el guion previsto en Altamira, donde le hubiese gustado jugarse algo más que acabar con buenas sensaciones la fase regular. De nada sirve ya lamentarse por los evitables tropiezos que han privado al Quesos de la primera plaza. Esperan las semifinales, que serán exigentes pase lo que pase en cuartos de final, y una hipotética final en la que el Entrepinares aspira a estar.

Una de las novedades que presentó en el 15 inicial Diego Merino fue Pablo Alcalde, y precisamente estrenó el marcador nada más comenzar el partido con un ensayo que suponía el 0-5 en el electrónico de Altamira. Poco después recortaría distancias Lander Mujica con un puntapié de castigo que dejaba el 3-5. Se desató entonces el VRAC para adquirir una importante ventaja que hacía presagiar que el partido quedaba cerrado a favor de los azulones. Las marcas de Álvar Gimeno, Coke Ortiz y de nuevo Pablo Alcalde, todos ellos con la transformación de Greg Dyer, engrosaron el tanteo a favor del VRAC hasta un 3-26 en el minuto 30.

Pese a que los cinco puntos parecían garantizados, Ordizia pisó el acelerador justo antes del descanso y animó a su afición a pensar que la victoria era posible. Del 3-26 se pasó al 17-26 en un abrir y cerrar de ojos, con dos ensayos transformados que dejaban viva la segunda parte.

Tras el intermedio se mantuvo la tónica con la que se había cerrado el primer acto. De hecho, en la primera jugada Ordizia sumó su tercera marca, anotada por Puyadena, y sólo cinco minutos Aizpurua confirmaba la remontada local colocando, con la ayuda de Aizpurua con el pie, el provisional 29-26.

El VRAC, demostrando que se tomaba en serio el partido, volvió a la carga y volteó a su favor el electrónico de Altamira con un John Wesell-Bell poco dispuesto a que la victoria no se subiese al autobús vallisoletano. Suyo fue el ensayo que supuso el 29-31, ratificado por Dyer, y también el último, sobre la bocina. Antes, Gavidi sumaba su marca y Manuel Jorqui demostraba en su debut con el primer equipo que su buen pie también vale para la División de Honor. El canterano Álvaro Pírez también se estrenó en la máxima categoría del rugby nacional.