Un profesional penitenciario, cuya identidad no está relacionada con esta información, en la prisión de Topas.
Un preso agrede a patadas a una funcionaria en la cárcel de Topas tras negarse a compartir celda
La funcionaria sufrió contusiones en piernas y cuerpo y tuvo que ser atendida en la enfermería del centro penitenciario.
Más información: “Nos jugamos la vida cada día y nadie parece verlo”: los funcionarios de Topas alertan de la falta de seguridad
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La cárcel de Topas volvió a ser noticia este martes por un episodio de violencia dentro de sus muros.
Lo que parecía una situación rutinaria terminó en tensión cuando un interno, al negarse a compartir celda con otro preso, reaccionó con violencia contra una funcionaria del área de vigilancia.
El interno, en un arrebato de ira, le propinó varias patadas en las piernas y el cuerpo. La agresión, que se produjo en cuestión de segundos, dejó a la trabajadora con varias contusiones que obligaron a trasladarla a la enfermería para ser atendida.
El sindicato CCOO ha vuelto a poner el foco en la situación de vulnerabilidad que sufren los trabajadores penitenciarios.
Denuncian que la Administración carece de medidas preventivas eficaces para afrontar la violencia laboral y que el único protocolo implantado en los últimos veinte años, el PEAFA, no protege al personal, no previene las agresiones y además recorta derechos recogidos en la Ley de Prevención de Riesgos Laborales.
Desde la sección sindical de Topas recuerdan que fueron la única organización estatal que rechazó firmar dicho protocolo y advierten de que el tiempo “no deja de darles la razón”.
Un problema estructural y en aumento
Las cifras respaldan la preocupación: las agresiones al personal penitenciario se han incrementado un 113,94% desde 2010 por cada mil internos.
Solo entre enero y mayo de 2025 ya se han contabilizado 233 incidentes que proyectan un total de 281 agresiones. De seguir esta tendencia, aseguran, 2025 será el peor año en cuanto a violencia contra los funcionarios de prisiones.
CCOO acusa además a Instituciones Penitenciarias de relativizar e infravalorar estos datos, transmitiendo hacia el exterior una imagen edulcorada que no se corresponde con la realidad que viven los trabajadores en su día a día.
Entre las propuestas del sindicato destacan la aplicación íntegra de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales, la evaluación de causas y riesgos, la adopción de medidas que se anticipen al peligro, la adecuación de la clasificación regimental a la realidad penitenciaria y la dotación de equipos de protección individuales.
También reclaman apoyo psicológico y jurídico a las víctimas de las agresiones y, de manera contundente, el reconocimiento del personal penitenciario como agentes de la autoridad.
El incidente de Topas es, según remarcan, la muestra más reciente de un problema que consideran estructural y que pone en jaque la salud y la seguridad de los funcionarios de prisiones en España.