Los salmantinos salen al campo para celebrar el Lunes de Aguas

Los salmantinos salen al campo para celebrar el Lunes de Aguas David Arranz ICAL

Salamanca

Ni el apagón puede con Salamanca: miles de personas se vuelcan con un Lunes de Aguas muy analógico

Ni la falta de electricidad frenó a miles de salmantinos, que se volcaron en el Lunes de Aguas más improvisado, divertido y auténtico que se recuerda.

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Hay días en los que Salamanca se olvida de la rutina, rompe su propio guion y se lanza en masa a celebrar lo que solo aquí se entiende: el Lunes de Aguas.

Hoy Salamanca ha vuelto a escribir uno de sus capítulos más personales, y lo ha hecho a su manera. Esta vez sin electricidad, sin wifi, pero con todo el arte y el desparpajo que solo ella sabe desplegar cuando el río Tormes llama a la orilla.

Ni el apagón generalizado que ha dejado a toda España en pausa ha conseguido apagar el pulso de la capital del hornazo. Desde primera hora, las cuadrillas de amigos, familias enteras y grupos de estudiantes ya calentaban motores en la calle y en los parques.

El Puente Romano, testigo de tantas historias salmantinas, volvió a ser la pasarela por la que miles de personas cruzaron buscando la zona perfecta donde desplegar mantas, neveras y, por supuesto, el hornazo más XXL que entre en la mochila.

Las orillas del Tormes desde La Aldehuela, Huerta Otea, el Zurguén y hasta en los rincones más improvisados, también se transformaron en una gigantesca zona de picnic, tan analógica y auténtica como pocas veces se recuerda. 

Un año más, la orilla del Tormes en el Puente Romano ha sido el lugar elegido por excelencia

Un año más, la orilla del Tormes en el Puente Romano ha sido el lugar elegido por excelencia David Arranz ICAL

Sin apenas stories de Instagram por la falta de cobertura, pero la fiesta fue tan real como siempre. Eso sí, esta vez más conectada al momento que nunca. 

La provincia también se sumó a la cita

En municipios como Santa Marta o Villamayor la fiesta saltó de las aulas y oficinas a los parques y a los merenderos, demostrando que el Lunes de Aguas es un sentimiento que no entiende de cables, pero sí de buena compañía.

¿Y de dónde sale toda esta locura que mueve a Salamanca cada año? Aquí va la historia: siglos atrás, la ciudad decidió exiliar a las prostitutas al otro lado del río durante la Cuaresma, para que los estudiantes no cayeran en la tentación.

Cuando regresaban, pasado el Domingo de Resurrección, la bienvenida se convirtió en la madre de todas las fiestas. De ese exilio forzoso y aquel reencuentro nació el Lunes de Aguas, que con el tiempo fue mudando los motivos, pero jamás perdió la esencia: celebrar el regreso, la amistad, la alegría de juntarse y esa magia salmantina que ni el mayor apagón es capaz de dejar en standby.