Campo de fútbol Alfonso San Casto Archivo
Así es el comunicado que ha tenido que lanzar un club de fútbol tras dos fines de semana de violencia
La oleada de violencia verbal y física obliga a una histórica entidad deportiva a lanzar un mensaje contundente a toda la comunidad del fútbol base.
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La Unión Deportiva Santa Marta ha tenido que alzar la voz tras encadenar dos fines de semana marcados por incidentes graves en sus partidos: insultos racistas y homófobos desde la grada, agresiones físicas y árbitros obligados a detener el juego.
A través de un comunicado oficial, la entidad ha lanzado un mensaje contundente en defensa de la convivencia, el respeto y la figura del árbitro, al tiempo que advierte de que no tolerará más episodios de este tipo.
Una grada que se descontrola
Todo comenzó el pasado fin de semana en el Alfonso San Casto. A falta de cinco minutos para que finalizara el encuentro entre los juveniles de la UD Santa Marta y el CD Ribert, el árbitro se vio obligado a detener el partido tras escuchar insultos racistas y homófobos dirigidos desde la grada contra un jugador de 19 años del equipo visitante.
Según el acta arbitral, las expresiones "maricón" y "puto moro" fueron lanzadas, presuntamente por una mujer, lo que activó de inmediato el protocolo antiviolencia.
La reacción de parte del público, que se posicionó en defensa del joven agredido verbalmente, evitó una escalada aún mayor de tensión, pero lo sucedido dejó una huella difícil de ignorar. Y, lejos de tratarse de un caso aislado, apenas una semana después se vivió un nuevo episodio.
Un cabezazo al final del partido
Esta vez fue ayer, durante un encuentro infantil entre el Jai Alai y el Santa Marta C, en el campo Rosa Colorado. Al término del partido, el delegado del equipo local informó al colegiado de que había sido agredido por un aficionado del Santa Marta con "un tortazo y un cabezazo".
Aunque no requirió asistencia médica, el hecho fue recogido en el acta como una situación grave que vuelve a poner el foco sobre el comportamiento de algunos asistentes en el fútbol base.
El comunicado del club: tolerancia cero
Ante estos dos episodios consecutivos, la Unión Deportiva Santa Marta ha hecho pública su postura en un comunicado que busca marcar un antes y un después.
En él, el club expresa su "total y decidido apoyo a la labor arbitral", subraya su "firme compromiso por la convivencia y el desarrollo del deporte dentro de un clima festivo y saludable" y advierte que tomará las "medidas oportunas dentro de la disciplina del club" si se producen nuevas conductas similares.
La UD Santa Marta también lanza un llamamiento directo a toda la comunidad del fútbol base salmantino -clubes, familias, técnicos, jugadores y árbitros- para que "nuestro querido deporte se desarrolle siempre bajo los parámetros de cuidado y respeto mutuos", y subraya que cualquier forma de violencia está fuera de lugar en un entorno que debería ser, ante todo, formativo.
Una realidad incómoda que va más allá de un club
Aunque los dos incidentes más recientes hayan tenido como protagonistas a aficionados del Santa Marta, la violencia en el fútbol base no es un problema exclusivo de este club.
En los últimos meses, se han producido en toda la provincia situaciones similares: insultos desde la grada, presiones constantes a los árbitros, faltas de respeto y, en algunos casos, incluso agresiones físicas.
Una deriva preocupante que contrasta con los valores que supuestamente deben transmitir estas categorías formativas.