
Matanza de Guijuelo: la gran pesada solidaria en una fiesta gastronómica y musical
Matanza de Guijuelo: la gran pesada solidaria en una fiesta gastronómica y musical
La Matanza Típica de Guijuelo, más allá de los actos oficiales y tradicionales del despiece del cochino, también tiene otros momentos de solidaridad, convivencia y fiesta.
Más información: Guijuelo rinde homenaje a la capa española en su tradicional fiesta de la matanza
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Demetrio y Juanpe, los dos hermanos puchereros, y nunca mejor dicho en la comida del cocido matancero del Pernil de don José Antonio Ramos, Catalina y Josete -qué gran pesada solidaria en la noche chacinera- llegan a Guijuelo, cuna del mejor jamón ibérico, un lugar donde la tradición y la gastronomía se entrelazan en una de las festividades más esperadas del año: la Fiesta de la Matanza Típica.
Entre convivencia, risas, música rumbera y de la otra -de la buena, a cargo de los chicos y chica de Seven-, y buen comer, un grupo de muchos y buenos amigos decidió sumarse a esta celebración, disfrutando de una jornada matancera, y van dos, llena de sabor, cultura, diversión y mucho baile. Ay, como se contorneaban las 'Titas', danzaba Marta y vivía su felicidad Sandrita. Es que hasta Toñín o el señor José Ramos y su querida esposa Maritere, vivían también su propia felicidad familiar.
Todo comenzó temprano en la mañana, cuando el grupo llegó a la plaza de Castilla y León, un lugar con gran arraigo en la fiesta matancera. La jornada arrancó con la bienvenida de los lugareños a cargo de Chuchi Merino, con la presencia del alcalde, Roberto Martín, atento a todos los detalles. Y, cómo no, los amigos de Villamayor el alcalde, Ángel Peralvo, y Dani Velasco, no podía faltar la música.
Pero también asistieron el presidente del CES, Enrique Cabero, y los diputados provinciales Antonio Labrador, Nieves García, Santiago Castañeda y Gerardo Marcos, quienes, junto a Ángel Peralvo, acompañaron el compañero en La Salina Roberto Martín. Vamos, que pocos más y un interesante pleno sin incordios.
También se contó con la visita del amigo presidente de Pinhel, Rui Ventura, a la espera de su nuevo e importante cargo, como también la futura presidenta, Daniela, y la vereadora Irene. quienes compartieron historias y anécdotas sobre la importancia de la matanza en la cultura local.
Después de un desayuno contundente a base de perrunillas y aguardiente, chichas y vino, comenzó la matanza del cerdo, un ritual que, más allá de su aspecto gastronómico, es un símbolo de comunidad y sustento. Pero la fiesta, con la entrega de los jamones de rigor a los matanceros, como fue Víctor Viró, de La Rosa Ibérica, continuó en el pueblo.
Ya en el Virò, donde Víctor y el buenazo de Andrés, siguieron las comandas, jamón del bueno de La Rosa Ibérica y esa panceta asada... Alvarinho y Ribera del Duero para humedecer la garganta en una mañana de agradable temperatura.
Tras la faena, por decirlo así, llegó el momento más esperado: la comida. En los Salones del Pernil -donde don José-, los asistentes disfrutaron de un magnífico cocido matancero de sopa con fundamento, garbanzos y verdura rehogada con pimentón y las carnes. Por este orden y de primera calidad. La sobremesa se alargó entre conversaciones animadas y brindis, mientras se degustaban unas frescas natillas fortaleciendo el amor por la buena mesa.
Fiesta hasta medianoche
Al caer la tarde, la zona de baile del Pernil se convirtió en un escenario de fiesta. Un estupendo trío de músicos de Seven pusieron ritmo a la velada: rumbitas buenas, bachata guerrera, los ochenta y, cómo no, 'La Campanera'.
Una copla que transmite la fuerza y la pasión de una mujer valiente y libre, cuyo destino está marcado por el repique de las campanas. Son los amores imposibles, de anhelos y el peso del destino. Es un eco en el alma, llevando consigo la nostalgia y la belleza de la tradición española. Es, por decirlo, el himno de las verbenas. ¡Cachis, don Daniel!
Mientras la alegría, la música, el baile y el buen humor reinaban hasta entrada la noche, todo estaba preparado para la 'gran pesada'. Un acto solidario para recaudar fondos a favor de la lucha contra el cáncer que, cada año, se supera. Llegando casi a los 4.000 euros, a decir pronto. ¿Alguien acertó el peso de Jose, Cata y Josete? A buen seguro que alguno se aproximó.

Matanza de Guijuelo 2025
Y, de por medio, sopas de ajo o castellanas, bien calentitas y el saborcito justo de ajo. Panceta asada en pan de horno y unas chichas para cerrar la noche. Todo donado por empresas locales. Eso sí, la mano de obra correspondió al personal del Pernil, siempre atento y agradecido.
Y, llegamos al final, con el amigo Ángel Picado con quien la amistad perdura en el tiempo, Sandra feliz al observar cómo marcha todo de bien, Juanpe luciendo sus galas matanceras cuando tocaba recoger y don Julián en modo relax.
La Fiesta de la Matanza en Guijuelo no solo es un homenaje a la gastronomía ibérica, ni un invento moderno como se dan ahora las matanzas por la geografía provincial, sino también una oportunidad para estrechar lazos y disfrutar de la esencia de la tradición española. Para este grupo de amigos, muchos y buenos, fue otro sábado inolvidable, donde la buena comida, la música y la amistad se mezclaron en un cóctel perfecto de diversión y cultura.
La matanza de Guijuelo es mucho más que un evento gastronómico; es una celebración de la identidad cultural, un homenaje a las raíces y una forma de mantener viva una tradición que ha pasado de generación en generación. Cuando se comparte entre amigos, se convierte en una experiencia inolvidable, llena de sabor, risas y complicidad.
En un mundo cada vez más acelerado, la matanza nos recuerda la importancia de detenernos, de vivir juntos y de disfrutar de los placeres sencillos de la vida. Y, sobre todo, nos enseña que la mejor manera de honrar una tradición es compartiéndola con aquellos que más queremos.
Si aún no has vivido esta experiencia, Guijuelo te espera con los brazos abiertos para que descubras el sabor y la pasión de su Fiesta de la Matanza. Aún queda otro fin de semana. ¡No te lo puedes perder!