Muchas son las atracciones que ofrece la exuberante naturaleza de Las Arribes del Duero salmantinas. Pero, en los últimos tiempos, en épocas de lluvias una impresionante cascada, desconocida para los turistas, se ha convertido en una atracción que congrega a cientos de visitantes.

Se trata la conocida cascada del Desgalgadero, una brutal y atronadora caída de agua en La Ribera de Villarino de los Aires. Este riachuelo, que transcurre por la Mediatrabanca, deja a su paso belleza y arquitectura rural. Es el caso del Molino del Pasadero, uno de los pocos que queda con toda su maquinaria original, donde las gentes del lugar aprovechaban los rápidos de la ribera para moler el trigo. Pero también los puentes y pontones, de una belleza y valor incalculable.

En el paraje de las Espundias se parte el terreno en una falla vertical por la que desciende tumultuosa el agua de La Ribera. Ya en el final de la faya se encuentra el paraje de Guasalvas, donde antaño había vino y también almendros y frutales y, cómo no, una pequeña central eléctrica. Y, al final, el río Tormes, que si antaño de cauce vertiginoso, ahora no es más que una mansa corriente llena de vegetación fluvial donde anida el jabalí, el zorro, el corzo pero también la nutria.

Sin lugar a dudas. un espectáculo este paraje.

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