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Salamanca

La segunda fase del traslado al nuevo hospital arrancará con la reubicación de los enfermos del Virgen de la Vega

Se realizará a mediados de septiembre y dará paso de forma inmediata a la posterior mudanza de los departamentos del Clínico, cuyo viejo edificio será demolido

31 agosto, 2021 14:42

LLega septiembre, un mes que va a resultar fundamental para Salamanca, dado que en este periodo se va a acometer y culminar la fase final del traslado de los servicios del antiguo Complejo Asistencial Universitario al nuevo hospital de Salamanca. Será el capítulo final para el estreno al completo de la nueva infraestructura, que es, sin duda alguna, la más importante de las últimas décadas en el caso de la capital del Tormes. Y no es para menos, porque el nuevo hospital de Salamanca ha supuesto para las arcas de la Junta de Castilla y León una inversión absolutamente  colosal, que asciende a nada más y nada menos que 290 millones de euros.

No hay cambios sobre los planes iniciales que ya avanzó en julio el director gerente de Complejo Asistencial Universitario, Luis Ángel González, durante la visita que efectuó al nuevo edificio la consejera de Sanidad de la Junta, Verónica Casado. Así y según los últimos datos facilitados a este diario por un portavoz del hospital, esta segunda fase del traslado se hará, a su vez, en dos subfases, tal como ya apuntó entonces Luis Ángel González. 

Los primeros en ser trasladados serán los pacientes del Hospital Virgen de la Vega, así como todos sus servicios quirúrgicos con su personal, el área de hospitalización, la Unidad de Cuidados Intensivos y la REA. Es decir, se procederá a la mudanza de áreas como Nefrología, Neurología, Traumatología, Oftalmologia, Maxilofacial, Neurocirugía y Urología. El traslado de los pacientes se hará, lógicamente, en ambulancias, dada la distancia existente entre el Virgen de la Vega y el nuevo hospital. El objetivo es conseguir que estén funcionando dos hospitales a la vez, uno como soporte del otro, por si se produjera alguna contigencia. El área de Urgencias existente actualmente en el Virgen de la Vega también será reubicada al nuevo hospital. Previsiblemente, el vaciado de las dependencias del Virgen de la Vega se hará a mediados de septiembre.

Posteriormente, cuando ya estén asegurados estos nuevos servicios, se comenzará a trasladar la actividad del Hospital Clínico, abarcando quirófanos, urgencias, reanimación y áreas de hospitalización. El personal de Cardiología, Hematología y Medicina Interna, entre otros departamentos, tendrá que mudarse.

15 largos años

Si no se producen demoras ni imprevistos de última hora, este mes de septiembre será el punto final a una larga historia, que arrancó el año 2006 con la presentación del proyecto. Entonces se generó un intenso debate ciudadano entre los partidarios de que el futuro inmueble se construyera en el emplazamiento del Hospital Clínico -lo que obligaría al derribo de éste- o que se levantara en otra zona de la ciudad. Finalmente se impuso la primera tesis, sobre todo por el hecho de su cercanía con las facultades universitarias de las áreas clínicas, como Medicina, Enfermería, Fisioterapia, Farmacia y Biología. De hecho, la Universidad se posicionó en este sentido. Entonces se anunció que las obras se prolongarían hasta 2012. Evidentemente, los plazos se incumplieron y el nuevo hospital llega con nueve años de retraso. 

La superficie construida del nuevo complejo es de 87.343 metros cuadrados, con una zona de hospitalización de 28.618 metros cuadrados, una zona para pruebas diagnósticas de 9.250 metros cuadrados, una zona quirúrgica de 6.214 y 5.258 metros cuadrados más para Urgencias, a los que se sumará el nuevo edificio de consultas que se edificará en el espacio del Hospital Clínico, quedando una parte para futuras expansiones, pensando en las necesidades que vayan surgiendo.

La nueva estructura ha sido diseñada para transformar y consumir la energía de forma sostenible con el medio ambiente, y cuenta con una tecnología integral de última generación, lo que permitirá que el edificio también se adapte, con flexibilidad, a las nuevas necesidades tanto asistenciales como logísticas.