Castilla y León

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Salamanca

El primer fin de semana universitario hace mirar con preocupación a los contagios de la próxima semana

6 octubre, 2020 09:44

Salamanca, ciudad universitaria, ha vivido este pasado fin de semana los primeros días de 'fiesta' de inicio de curso dejando imágenes preocupantes para el futuro de la pandemia. 

De sobra es conocido que la propagación del coronavirus es exponencialmente proporcional a los contactos de la gente. La distancia de seguridad y el lavado de manos se han articulado como las principales prevenciones para evitarlo, y a ello se le unió la mascarilla obligatoria para tratar de ser más eficientes en su propagación. 

Y lo cierto es que estos primeros días, donde sí se ha visto una gran presencia policial por las calles, también se han podido ver aglomeraciones que, más allá de la de las calles, que se han producido, resultan especialmente preocupantes en lugares cerrados. 

Así, establecimientos de ocio han dejado imágenes preocupantes mientras que muchos pisos de estudiantes se han convertido en fiestas como denotan las bolsas con alcohol y hielos que circularon por las calles durante viernes y sábado. 

Cierto es que antes de este primer fin de semana universitario, esas imágenes ya se podían ver pero igualmente lo es que, al ser un virus que necesita el contacto para propagarse, cuantos más haya más fácil será que ocurra. 

De momento, la Junta de Castilla y Léon ya anunció este lunes el confinamiento perimetral de León y Palencia al superar los criterios marcados por el Gobierno, publicado en el BOE y BOCyL, dando un paso más a las restricciones tomadas en Salamanca y Valladolid anteriormente, que también acogió Palencia antes de este martes. 

Y los contagios, también es sabido, no son inmediatos. Tardan en aparecer, un poco menos que los hospitalizados y todavía menos que los ingresados en UCI. Por eso los siguientes días, especialmente la próxima semana, será esencial para conocer el desenlace del primer fin de semana universitario. Lo que parece evidente es la necesidad de erradicar al máximo las escenas vividas para, cuanto menos, dejar de arriesgarse a seguir el camino de León y Palencia, más aún en un momento en el que los datos parecían indicar en una ralentización de la curva.