Los Ancares. Fotografía: ICAL

Los Ancares. Fotografía: ICAL

León

Los Ancares apuestan por la naturaleza

La Reserva de la Biosfera de los Ancares Leoneses celebra sus 15 primeros años de andadura con la implantación de dos nuevas empresas de turismo activo en el último año

7 noviembre, 2021 14:58

D. Álvarez / ICAL

En este mes de noviembre se cumplirán 50 años de la puesta en marcha del programa Hombre y Biosfera (MaB, por sus siglas en inglés) de la Unesco, un aniversario que esta semana se conmemora en los 52 espacios protegidos de este tipo que forman parte de la red española de reservas de la biosfera. En la comarca del Bierzo, el aniversario es doble, ya que hace unos días la Reserva de la Biosfera de los Ancares Leoneses celebraba sus 15 años de vida. Inmersa en la elaboración de un nuevo plan de acción para los próximos años, la Rbale ha visto nacer en los últimos meses a dos nuevas empresas en el ámbito del turismo activo, uno de las actividades de futuro para este territorio.

Daniel Alonso es el gerente de Ancares Activa, un proyecto emprendedor que tiene como centro de operaciones el camping de montaña situado en las afueras de la localidad de Pereda de Ancares, en el municipio de Candín. Desde este espacio verde a orillas del río Cuiña, la empresa ofrece a sus clientes rutas de senderismo por este antiguo valle glaciar poblado por castaños centenarios. Recorridos con raquetas de nieve, sesiones de observación de la naturaleza o rutas en bicicleta de montaña forman parte también de una oferta de actividades que se completa con descensos en kayak en la época estival.

Con formación especializada como técnico deportivo y guía de montaña, Daniel destaca la enorme variedad de fauna y vegetación que pueblan un entorno mucho menos explotado que otros destinos de montaña como Picos de Europa, Pirineos o Sierra Nevada. “El valle es increíble, cada estación tiene su magia”, señala el joven emprendedor, que asegura que el “amor por la tierra” le llevó a lanzarse a esta aventura. “Mis abuelos son de aquí y toda la vida he venido aquí a pasar los veranos, los fines de semana o los puentes con los amigos”, recalca.

Por su parte, Nacho Nava es uno de los tres socios fundadores de Señor Cúa, una empresa de ecoturismo activo con base en Vega de Espinareda, donde gestionaron el campamento de verano celebrado este año. La empresa también alquila material deportivo, como bicicletas, kayaks y tablas de paddle surf. Nacho ya disponía de experiencia previa en el sector, ya que gestiona desde Gijón la web turística Jo&Jane junto a Patricia Quintana, que también forma parte de la aventura de Señor Cúa.

La tercera pata de la empresa es Jose Méndez, que aporta el toque local a la empresa. “Aquí la gente joven tira mucho por sus pueblos”, valora Nacho, que valora la zona de los Ancares como “un lugar de pura naturaleza, prácticamente virgen”, donde el entorno se da la mano con unas tradiciones arraigadas y una identidad propia que bebe de influencias tanto gallegas como asturianas.

Convencido del enorme potencial que el turismo y la gastronomía pueden llegar a tener como elemento dinamizador de los pueblos del entorno, Nacho remarca que la zona necesita convertirse también en “un destino atractivo para la gente joven”, un objetivo que hace necesario ofrecer actividades complementarias al alojamiento.

Apuesta por la economía circular

Al respecto, la gerente de la Rbale, Susana Abad, celebra que los jóvenes se vuelquen con su tierra, a través de proyectos de emprendimiento que van “más allá del turismo”, señala. “Estamos creando una red de empresas y asociaciones que desarrollan sus actividades en la zona y cada vez hay más agricultores que empiezan a utilizar la marca en sus productos”, explica Abad. En ese sentido, la proyección internacional que otorga la pertenencia a una red que agrupa a 714 territorios de todo el mundo es un impulso importante. “Los empresarios empiezan a verlo”, valora la gerente.

Tras una década y media de actividad y tras superar una aciaga etapa de parálisis con la entrada del Consejo Comarcal del Bierzo en el Consorcio que gestiona el territorio, la Rbale trabaja en el proceso de renovación de sus líneas de acción para los próximos cinco años. Una vez terminado el proceso de participación con vecinos del entorno, Abad apunta que a finales de año estará listo el documento marco que fije los programas operativos a desarrollar.

Estos programas, avanza la gerente, tendrán que ver con las actividades sostenibles más tradicionales de la zona, como la ganadería o los aprovechamientos forestales, pero también tratará de dar impulso a otros recursos poco aprovechados hasta la fecha, como los vinculados a la castaña o a la producción apícola. El objetivo es revertir los proceso de envejecimiento y despoblación con “una apuesta por la economía circular” en la que el patrimonio natural y el cultural se retroalimenten.

En esa línea, Abad subraya que la Rbale es “mucho más que naturaleza”. “Hay un patrimonio intangible de tradiciones y formas de vida, de cosas pequeñas que se hacen día a día en los pueblos de forma natural y que tienen un valor incalculable”, explica la gerente, que pone como ejemplos la elaboración de pan, la siega, o el teitado de las pallozas, elementos que aún se mantienen vivos en algunas de estas localidades.

Echando la vista atrás para valorar los pasos dados en estos 15 años de andadura, Abad señala que “lo más importante es el sentimiento de pertenencia y el empoderamiento de las personas que residen en este territorio”. “A lo largo de la historia nos hemos sentido un poquito más pequeños que los de al lado y ahora hay un orgullo cada vez más arraigado por los valores humanos que han hecho que éste paisaje sea como es”, concluye.