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Los “Brazuelas” calentaron la gélida tarde en Roa de Duero

17 agosto, 2021 10:52

El ganadero de Toros de Brazuelas, debutaba en corridas de toros y la tarde se saldó con seis trofeos: tres orejas Pinar, dos Moral y una Chacón. Dos toros fueron premiados con la vuelta al ruedo y todos fueron aplaudidos de salida por la impecable presentación. Otros dos aplaudidos en el arrastre.

No se puede pedir más; yo quiero ser ganadero y, en mi debut, triunfar de la forma que lo ha hecho el ganadero de Alcazarén Jesús Pérez. Con nobleza franciscana, con presencia impecable y con arrobas -eso influyó en los dos primeros toros que rozaban los 600 kilos- y embistiendo con clase y humillación. 

              

No crean que el titular es falso, a pesar de estar en agosto. La tarde fue fría y con un ventarrón que sólo afectó a la grada alta, porque en el ruedo apenas se apreciaba. Lo cierto es que los siete toros (fue devuelto por acalambrado el sexto) que salieron al albero raudense tuvieron su importancia. De presencia, con plaza, con cara -y si no que se lo digan a las tablas del primer burladero donde saltaron echas astillas- y lo más importante: con una nobleza total, sin gestos malos o miradas de esas que incomodan a los toreros.

El sobrepeso impidió que algunos se movieran con más agilidad que otros, pero a la postre hubo entrega de la terna actuante que, con más o menos acierto, estuvieron a la altura de una tarde importante de toros y toreros. De esas que no se olvidan fácilmente porque la emoción se vive en el ruedo ante toros con presencia, trapío y nobleza.

Octavio Chacón, que abrió plaza, no tuvo suerte con la espada, de lo contrario hubiera acompañado en volandas a sus compañeros de cartel, junto al mayoral y al ganadero. El precioso colorado dio un peso de 590 kilos en la tablilla, y eso influyó en que no se moviera más. No obstante, cuando el gaditano comprobó que el toro no se comía a nadie y él se puso en el sitio, el animal respondió y ambos pudieron lucirse. Tres intentos con la espada enfriaron al público. Fue ovacionado.       

             

Con el que hizo cuarto, un colorado que dio un peso de 555 kilos, toreó muy despegado toda la faena, entonándose más en los finales con toreo accesorio pero que llegó al público en una faena larga sonando un aviso. Esta vez sí colocó la espada arriba a la primera y se ganó un trofeo. El toro fue premiado con la vuelta al ruedo.

Rubén Pinar estuvo muy entonado con su primero, un precioso castaño albardado que según la tablilla pesó 620 kilos. Excesivos a todas luces. Fue el toro más deslucido y el que menos embistió. Faena voluntariosa del albaceteño que colocó una estocada arriba. Paseó la primera oreja de la tarde.

Con el quinto, un gran toro negro premiado con la vuelta al ruedo, Pinar estuvo muy firme logrando tandas de mérito por ambos pitones. El animal tuvo duración, nobleza y clase y el de Tobarra aprovechó al máximo la dulzura del animal. Mató arriba y fue premiado con las dos orejas.

Pepe Moral hizo lo mejor de la tarde con el tercero. Fue un toro castaño y listón que metió la cara con humillación desde los inicios capoteros, cumplió en el caballo y en la muleta tuvo duración, nobleza y clase. Mató de soberbia estocada y paseó las dos orejas. El toro fue aplaudido en el arrastre.      

 

Con el sexto bis (el titular fue devuelto por estar acalambrado de la pata izquierda), un castaño albardado y girón, con presencia y plaza, que fue deslucido y con el que el sevillano hizo un toreo bullicioso.

La tarde-noche ya estaba echada y todo el pescado vendido. Solo quedaba ofrecer tributo a los triunfadores que fueron sacados en volandas, incluidos el mayoral y el ganadero de los Brazuelas, que habían puesto al rojo vivo una tarde fría, de viento huracanado y desagradable. Mi amigo Javi Martín y un servidor nos quedamos ateridos grabando en la última fila para Grana y Oro. Todo un poema…helado.

                       

Lo dicho, yo quiero ser ganadero como Jesús Pérez, que en su primera corrida de toros triunfó plenamente. Y además llegaban las buenas noticias desde Alborox (Toledo), donde Jesús Pérez hijo se había desplazado para llevar una novillada, también triunfante, a la que le cortaron cuatro orejas, con un utrero premiado con la vuelta al ruedo. Y eso que los coletudos fallaron a espadas.          

No se puede pedir más. Jesús y Alicia estaban exultantes, y seguro que esta noche la han pasado en vela soñando y pensando en lo maravilloso que resulta ser ganaderos de bravo. Lo de La Palmosilla y lo de Lola del Yerro (Juan Pedro) funciona. Hoy, “El Refugio” de Alcazarén será una fiesta. ¡Enhorabuena!

Podrán ver el reportaje de esta corrida en el próximo programa de Grana y Oro.

Les ofrecemos una amplia galería de fotos de Natalia Calvo.