La provincia de Burgos y especialmente Miranda de Ebro están sufriendo mucho la segunda ola del coronavirus. La localidad burgalesa afronta su segundo confinamiento tras la caída del estado de alarma y, además, en esta ocasión va a llegar al menos hasta a cuatro semanas al no lograr rebajar la incidencia del coronavirus. 

Estos datos también se ven en la mortalidad, el último extremo del virus. El hospital Santiago Apóstol ha registrado en solo medio mes de octubre los mismos fallecidos que en los cinco meses anteriores. No en vano, los diez fallecidos en 16 días de octubre suponen más que los que hubo en marzo y la mitad de abril, el mes más duro. 

Y es que a estos diez, se suman los tres de septiembre, los cero de agosto, uno en julio y junio, cinco en mayo, 22 en abril y 8 en marzo. Pasan, por tanto, sus peores momentos de la pandemia en octubre y se hace necesario rebajar la incidencia.

También el hospital de Burgos sufre. En su caso menos en comparación con otros meses pero los 16 fallecidos de octubre, uno por día, ya suponen más que en septiembre, cuando hubo 14. Cero fueron en agosto y en julio y cinco en junio. También supera a mayo, cuando hubo 14, pero en este caso está lejos de los 72 de abril y los 48 de marzo. 

Por último, el hospital Santos Reyes de Aranda de Duero sí ha conseguido reducir su mortalidad en octubre. De hecho, ha pasado de 15 fallecidos en septiembre a solo uno en lo que va de octubre. Cero hubo en junio y julio y cuatro en agosto, mientras que en marzo fueron 13, 29 en abril y uno en mayo. 

La muerte, evidentemente, es la última consecuencia del coronavirus y, como tal, llega más tarde que los contagios y los hospitalizados. Ello explica que, pese al cierre total en marzo, fuese abril el peor mes para luego rebajar la incidencia, y eso precisamente también debe preocupar ahora porque los contagios son solo el primer dato de otros que van sumando bastante tiempo después.