El director de ECOVAEstudios, Juan Carlos De Margarida, durante la presentación del Observatorio Económico regional
Los economistas de CyL advierten de "un trampantojo" para 2026: "Sin presupuestos hay riesgo de una recesión"
El director de ECOVAEstudios, Juan Carlos De Margarida, constata que Castilla y León se mueve en una “estabilidad frágil”, con crecimiento moderado, pero cada vez más expuesto a riesgos internos y externos.
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El Servicio de Estudios Económicos de Castilla y León (ECOVAEstudios), dependiente del Colegio de Economistas de Valladolid, Palencia y Zamora (ECOVA), ha advertido de que la economía regional afronta un año 2026 decisivo, condicionado por una desaceleración del crecimiento, una elevada incertidumbre política y financiera y la falta de un impulso estratégico que consolide la competitividad de la Comunidad.
Así lo ha señalado el director de ECOVAEstudios, Juan Carlos De Margarida, durante la presentación del Observatorio Económico regional correspondiente al tercer trimestre, en el que se constata que Castilla y León se mueve en una “estabilidad frágil”, con crecimiento moderado, pero cada vez más expuesto a riesgos internos y externos.
Según los economistas, el cierre de 2025 ya anticipa un escenario complejo: menor ritmo de crecimiento, volatilidad financiera, aumento de las restricciones comerciales y una creciente inseguridad política, factores que, de no corregirse, pueden trasladarse con mayor intensidad a 2026.
Presupuestos prorrogados
Uno de los principales riesgos señalados por ECOVA es la prórroga de los presupuestos, tanto a nivel autonómico como nacional, que limita la capacidad de poner en marcha nuevas políticas públicas e inversiones estratégicas en sanidad, educación, servicios sociales e infraestructuras clave para la competitividad regional.
De Margarida ha sido especialmente crítico con la evolución del gasto público: “Aunque el déficit se ha reducido por el aumento de los ingresos, seguimos ante un despilfarro del gasto sin contención, con medidas coyunturales que se han convertido en estructurales”.
En este sentido, ha defendido la necesidad de implantar presupuestos base cero, que permitan ajustar el gasto a las necesidades reales de la sociedad y eliminar partidas que ya no resultan imprescindibles.
A esta situación se suma, según el Observatorio, la ineficiencia en la ejecución de los Fondos Next Generation, que supone una pérdida de oportunidades para modernizar el tejido productivo y reforzar el crecimiento a medio plazo.
De cara a 2026, los economistas alertan de la alta dependencia de Castilla y León de sectores estratégicos como la automoción o el agroalimentario, ahora bajo presión por el aumento de costes, los nuevos aranceles internacionales y la incertidumbre en los mercados exteriores.
“El incremento de impuestos y aranceles acaba trasladándose a los precios, reduce márgenes empresariales y genera más inflación”, ha advertido De Margarida, subrayando que muchas empresas se encuentran ya al límite para absorber estos sobrecostes sin perder competitividad o cuota de mercado.
El riesgo, señalan, es una reducción de las exportaciones y de la producción, lo que podría desembocar en una recesión a medio plazo si no se refuerzan la productividad, la innovación, la digitalización y la internacionalización de las empresas.
El Observatorio destaca que el empleo sigue siendo el principal pilar de la economía regional, sustentado en gran medida por la mano de obra extranjera, las pymes y los autónomos.
Sin embargo, avisa de un mercado laboral marcado por la temporalidad, la necesidad de pluriempleo y la pérdida de poder adquisitivo de las familias.
“La gran amenaza para 2026 sería una caída del empleo”, ha señalado De Margarida, ya que el consumo de los hogares es el verdadero motor de la economía regional. De mantenerse la presión sobre los ingresos familiares y el aumento de los precios, los economistas no descartan un escenario de ‘recesión silenciosa’, con crecimiento aparente pero debilitamiento social y económico.
"Estas realidades han hecho que exista un trampantojo económico en su crecimiento, tanto a nivel nacional como regional, que de no consolidarse a través de la productividad empresarial, la innovación, la digitalización y el incremento exponencial de las relaciones internacionales pueden provocar una recesión a medio plazo", advierte el experto.
Elecciones e inversión
El contexto electoral añade un factor adicional de incertidumbre. Según ECOVA, los periodos electorales no paralizan la actividad, pero sí retrasan decisiones de inversión, tanto públicas como privadas, a la espera de conocer el rumbo de los presupuestos y las políticas económicas futuras.
Esta cautela afecta tanto a las empresas como a los ciudadanos, que moderan su consumo e inversión ante la falta de certidumbre institucional.
Pese a los riesgos, los economistas subrayan que Castilla y León parte de una posición relativamente sólida: crecimiento moderado, base industrial diversificada y capital humano cualificado.
No obstante, advierten de que 2026 será un año clave en términos de credibilidad.
“Las empresas y los ciudadanos necesitan ver coherencia, sentido común y estabilidad en la gestión pública”, ha afirmado De Margarida.
Por ello, ECOVA insiste en la urgencia de un plan económico robusto, que combine ajuste del gasto con estímulos productivos, refuerce la atracción de inversión y permita afrontar retos estructurales como la despoblación y la competitividad.
“Solo con presupuestos adaptados a la realidad, una gestión eficiente y una visión estratégica a medio plazo se podrá garantizar la estabilidad económica y social de Castilla y León en 2026 y en los años siguientes”, han concluido los economistas.