Pedro Merino Castro en la Comandancia de la Guardia Civil de Salamanca

Pedro Merino Castro en la Comandancia de la Guardia Civil de Salamanca Luis Cotobal

Salamanca

Pedro Merino Castro, un coronel con un emotivo pasado en Salamanca, nuevo jefe de la UCO

Interior le ha designado nuevo jefe de la Unidad Central Operativa en sustitución de Rafael Yuste, recientemente ascendido al empleo de general. Tendrá que hacer frente al caso Koldo y otras investigaciones relacionadas con el Gobierno. 

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Pedro Merino Castro cerró hace un año una etapa clave de su trayectoria profesional dejando atrás Salamanca, la provincia que dirigió como coronel jefe de la Comandancia de la Guardia Civil desde febrero de 2022.

Ahora, un año después de su marcha, se convierte en uno de los hitos más visibles de su carrera. El Ministerio del Interior le ha designado nuevo jefe de la Unidad Central Operativa (UCO), uno de los destinos más sensibles y estratégicos del instituto armado,  en sustitución de Rafael Yuste, que recientemente fue ascendido al empleo de general.

Merino Castro, madrileño de nacimiento, pasó con anterioridad por la UCO y la unidad técnica de la Policía Judicial de la Guardia Civil, además de ser vocal asesor en el Departamento de Seguridad Nacional del Gobierno.

También estuvo al frente de la Comandancia de Salamanca, entre otros empleos. El relevo en la UCO se produce por el ascenso a general de Rafael Yuste. Esta unidad es la encargada de investigar casos de corrupción como el 'caso Koldo', como los que afectan a la mujer y al hermano del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.

Con mascarilla

Su llegada a Salamanca estuvo condicionada por un contexto excepcional. Asumió el mando en plena pandemia, con restricciones sanitarias y una normalidad alterada que quedó simbolizada en una imagen poco habitual: la jura del cargo con mascarilla. “Reflejaba los tiempos que vivíamos”, ha recordado después en una entrevista exclusiva con EL ESPAÑOL Noticias de Castilla y León el pasado mes de enero.

Aun así, bajo su dirección, la Guardia Civil en la provincia recuperó progresivamente la rutina institucional, la presencia en los municipios y los actos tradicionales, sin perder de vista una misión que, como él mismo subraya, no se detiene ante ninguna circunstancia: proteger y servir.

La provincia de Salamanca, con 362 municipios y una acusada dispersión geográfica, ha sido un escenario especialmente exigente. Merino Castro ha tenido que afrontar los retos propios del mundo rural, donde la falta de recursos tecnológicos y la distancia entre núcleos de población obligan a redoblar esfuerzos.

En ese contexto, ha defendido una Guardia Civil cercana, presente y profundamente humana.

No oculta que los momentos más duros de su carrera se han vivido precisamente en destinos como este. Comunicar fallecimientos, desapariciones o tragedias personales ha sido, en sus propias palabras, lo más difícil del servicio.

“Somos una mezcla de sacerdotes, psicólogos, militares y policías”, ha reflexionado, reivindicando una función que va mucho más allá de la persecución del delito y que interviene también en conflictos de convivencia y situaciones límite.

Su paso por Salamanca se suma a una trayectoria amplia y diversa. Antes de recalar en la provincia, Merino Castro trabajó en la UCO, especialmente en el área de delincuencia económica y prevención del blanqueo de capitales, fue asesor en la Dirección General de la Guardia Civil, ayudante de campo del entonces príncipe y después rey Felipe VI y vocal asesor en el Departamento de Seguridad Nacional en La Moncloa.

Ahora, con el empleo de coronel y las tres estrellas de ocho puntas en el uniforme, regresa a la UCO para asumir su jefatura, relevando a Rafael Yuste tras su ascenso a general.