Urogallo en su hábitat.

Urogallo en su hábitat. iStock

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El canto del urogallo se hace fuerte en los bosques de Castilla y León tras pasar por un momento crítico

La población de este animal ha aumentado un 8 % en los últimos cinco años, pasando de 191 ejemplares en 2019 a 209 en 2024.

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La población de urogallo cantábrico ha aumentado un 8 % en los últimos cinco años, pasando de 191 ejemplares en 2019 a 209 en 2024, según el nuevo censo realizado por el Grupo de Trabajo para su conservación. Esta es la primera vez que se frena su declive, desde que fue declarado en situación crítica en 2018.

Del total estimado, un 56 % son machos y un 44 % hembras, mejorando notablemente la proporción respecto al censo anterior. Además, dos de cada tres urogallos viven en León (Alto Sil, Laciana, Omaña), y el resto en zonas de Asturias como Degaña, Cangas del Narcea e Ibias.

Este estudio ha sido posible gracias a un gran esfuerzo científico y logístico: se recorrieron más de 1.100 km de montaña y se analizaron genéticamente 959 muestras de excrementos para individualizar a las aves, según los datos ofrecidos por la Consejería de Medio Ambiente, Vivienda y Ordenación del Territorio.

El aumento de hembras es clave para la recuperación, ya que son las que crían y sufren mayor mortalidad. Las medidas de conservación, como la reducción de depredadores, están dando resultados: en zonas con control de depredadores, nacen hasta 0,5 pollos más por hembra.

También se han invertido más de 2 millones de euros en mejorar hábitats forestales y se avanza en la cría en cautividad. El centro de Valsemana (León) ya cuenta con 38 urogallos reproductores y planea liberar hasta 100 aves al año a partir de 2026.

Aún en peligro

Aunque solo sobreviven unos 200 ejemplares, por primera vez en años hay datos que invitan al optimismo.

El siguiente censo completo será en 2027, y entre tanto, se mantendrán los esfuerzos de seguimiento, restauración del hábitat y reproducción en cautividad, con el apoyo de científicos de toda España y colaboraciones internacionales con Francia y Polonia.

La cría en cautividad del urogallo es otra de las líneas de actuación con las que se pretende mejorar el estado de conservación de las poblaciones silvestres mediante el reforzamiento de núcleos de presencia actual de urogallos y la reintroducción en áreas que habitó la especie hasta hace pocas décadas y que en la actualidad cuenten con características positivas para acogerla de nuevo.

Aunque aún no se han acometido liberaciones de individuos al medio natural tras la declaración en situación crítica del urogallo, los dos centros de cría en cautividad del programa de conservación ex situ (Valsemana y Sobrescobio, gestionados por la Junta de Castilla y León y el Gobierno del Principado de Asturias, respectivamente).