El presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, y el líder de Vox, Santiago Abascal, durante su reunión de este martes.

El presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, y el líder de Vox, Santiago Abascal, durante su reunión de este martes.

Región

La buena sintonía entre Feijóo y Abascal abre una nueva etapa y apuntala el pacto de PP y Vox en Castilla y León

El apoyo sin condiciones de Vox a la investidura del líder del PP unido al acuerdo alcanzado en Murcia han alejado la posibilidad de un adelanto electoral en la Comunidad

6 septiembre, 2023 07:00

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El Partido Popular y Vox han iniciado esta semana una nueva etapa de entendimiento después de meses de tensiones y desencuentros entre ambas formaciones. La reunión de este martes entre el presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, y el líder de Vox, Santiago Abascal, ha mostrado la sintonía entre ambos partidos en un momento que ambos definen como "trascendental" para España, ante las "cesiones" del candidato socialista, Pedro Sánchez, a los independentistas para lograr su investidura como presidente. 

El dirigente popular, que se presentará a una investidura previsiblemente fallida en el Congreso de los Diputados los próximos 26 y 27 de septiembre, ha agradecido la predisposición de Vox a apoyarle "sin condiciones" y ha defendido que es el momento "de ser constructivos y de anteponer la igualdad de los españoles". Por su parte, Abascal ha justificado ese apoyo incondicional ante el riesgo de un "golpe a la Constitución" por parte de Pedro Sánchez y por la situación de "excepción nacional". Una distensión en las relaciones entre ambos partidos que ha apuntalado el acuerdo entre ambas formaciones en Castilla y León, puesto en entredicho en los últimos meses.

Con todo, el líder de Vox ha señalado este martes, tras su encuentro con Feijóo, que "hay diferencias" entre PP y Vox pero ha reconocido que en el momento actual "no son importantes". Una buena sintonía y un acercamiento de posiciones entre ambos partidos favorecido por el acuerdo alcanzado en la Región de Murcia esta misma semana, después de meses de tensiones y de amenazas con una repetición electoral, para la investidura del popular Fernando López Miras como presidente de un Gobierno de coalición entre PP y Vox.

El acuerdo murciano guarda evidentes paralelismos con el alcanzado en Castilla y León en marzo de 2022, que supuso el inicio del piso piloto para los pactos entre ambos partidos, y que acaba con las ayudas directas a sindicatos y patronal en esa Comunidad, en la línea marcada por el consejero de Industria y Empleo, Mariano Veganzones. El acuerdo entre PP y Vox en Castilla y León sale reforzado con este acercamiento de posiciones y se alejan los nubarrones de un posible adelanto electoral, que se sintieron muy presentes hace solo unos meses.

Las tensiones en Extremadura y Murcia lastran los pactos entre PP y Vox

Los resultados de las elecciones municipales y autonómicas del pasado 28 de mayo produjeron rostros de alegría y celebración en las sedes de PP y Vox. Los populares tenían en bandeja, a tenor del escrutinio, recuperar gran parte del poder territorial perdido en 2019 y Vox se veía determinante para condicionar buena parte de los nuevos Ejecutivos regionales y locales. Pero pronto llegarían las primeras tensiones y dificultades.

Mientras en comunidades como Comunidad Valenciana, Baleares o Aragón o en capitales como Valladolid, Burgos o Toledo, PP y Vox llegaron a acuerdos sin grandes inconvenientes, las negociaciones se encallaron y estuvieron a punto de saltar por los aires en dos territorios: Extremadura y la Región de Murcia. 

En la comunidad extremeña, la candidata popular, María Guardiola, se negó desde un inicio a integrar a Vox en su Gobierno y les acusó de "negar la violencia machista" y de "deshumanizar a los inmigrantes". Unas acusaciones con las que Guardiola puso en entredicho acuerdos como el que mantiene el presidente de la Junta, Alfonso Fernández Mañueco, con la formación de Juan García-Gallardo en Castilla y León e hizo que comenzase a hablarse de un posible adelanto electoral en la Comunidad.

Además, en la Región de Murcia, el popular Fernando López Miras se negó en rotundo desde un inicio a incluir a Vox en el Ejecutivo autonómico, amenazando con una repetición electoral, mientras la formación de Abascal reclamaba su derecho a formar parte del Gobierno al haber obtenido el 18% de los votos en esa comunidad. Finalmente, el pasado 30 de junio, PP y Vox llegaron finalmente a un acuerdo en Extremadura pero la relación entre ambas formaciones ya había quedado tocada a nivel nacional. 

El PP niega a Vox la entrada en la Mesa y Gamarra se queda sin sus votos

Las elecciones generales del pasado 23 de julio supusieron un auténtico jarro de agua fría para las dos formaciones conservadoras. PP y Vox esperaban sumar una mayoría holgada que les permitiera desalojar a Pedro Sánchez de La Moncloa pero se quedaron a cuatro diputados de la mayoría absoluta sumando a la Unión del Peublo Navarro y a Coalición Canaria y vieron como sus opciones de conformar un Gobierno de derechas se difuminaban.

A la hora de valorar los resultados, ambas formaciones se echaron a la cara la responsabilidad de esa victoria pírrica insuficiente para gobernar. El líder de Vox, Santiago Abascal, culpó a Feijóo del "fracaso de la alternativa" y le acusó poco veladamente de haber contribuido a la "demonización" de su formación durante la campaña. Mientras tanto, el portavoz popular Borja Sémper, contrario a cualquier acuerdo con Vox, aseguraba que la formación de Abascal había dado "más miedo que Bildu" a los españoles, a tenor de los resultados.

Las relaciones cada vez se enturbiaban más y la preocupación en el seno del Gobierno de Castilla y León por una posible ruptura provocada por esas tensiones a nivel nacional se hacía cada vez más evidente. Una ruptura que se evidenció más si cabe en la votación de la Mesa del Congreso, cuando el PP se negó a dar entrada a Vox en la misma y, en respuesta, los de Abascal no votaron a la popular Cuca Gamarra como candidata a la Presidencia de la Cámara baja y dieron sus votos a su propio candidato, Ignacio Gil Lázaro. Una decisión improvisada que el propio Feijóo desconocía, como bien dejo entrever su rostro de sorpresa tras observar el resultado de la votación.

Una "nueva etapa" de relaciones: un respiro para Mañueco

El inicio de las negociaciones para su investidura por parte de Pedro Sánchez y su socio, Sumar, y su buena voluntad a la hora de aceptar exigencias de Junts como la amnistía o la inclusión de las lenguas cooficiales en la Unión Europea, ha terminado forzando a PP y Vox a acercar posturas de nuevo. 

Abascal ha destensado la cuerda entre ambas formaciones, asegurando que el momento para el país es de "excepción nacional" y alertando de un "intento de golpe desde La Moncloa" con esas cesiones a los independentistas. Una situación que ha llevado a la formación a ofrecer 'gratis' sus 33 votos a Feijóo en la investidura que previsiblemente no saldrá adelante, al contar tan solo con 172 apoyos de los 176 necesarios para la investidura.

Feijóo ha recogido el guante y ha agradecido a Abascal su apoyo incondicional, dando vía libre a López Miras a integrar a Vox en su Gobierno en Murcia, con dos consejerías, Seguridad e Interior y Emergencias y la vicepresidencia del Ejecutivo. Las relaciones entre los dos partidos se han visto reforzadas y han optado por unir sus fuerzas ante la posible reedición de un 'pacto Frankenstein' dirigido por Pedro Sánchez. Mañueco vuelve a respirar tranquilo después de meses de fricciones nacionales que parecían amenazar seriamente el acuerdo de Castilla y León.